"Nos encontramos con las ovejas asesinas..."
Si piensas "la isla del monstruo", te imaginas algo similar a la isla de las sirenas. Pero la isla del cíclope no tenía nada de eso.
Sí, vale, un puente de cuerdas sobre un abismo era lo mismo que una vaya publicitaria en la que se lee:ALGO MALIGNO VIVE AQUÍ
A parte de eso, el lugar parecía una postal caribeña. Skylar inspiró profundamente el aire perfumado.
— El Vellocino de Oro. — dijo.
Asentí. No lo veía aún, pero percibía su poder. Ahora sí creía que el Vellocino era capaz de cualquier cosa, incluso salvar el árbol de Thalia.
Skylar me explicó que la isla perdería su exhuberancia si nos lo llevábamos. Volvería a su estado original, pero no desparecería.En el prado que había al pie del barranco, se agolpaban varias decenas de ovejas. Parecían pacíficas, aunque eran enormes, tan grandes como hipopótamos. Más allá, un camino subía hacia las colinas, donde en lo alto se alzaba el roble que había visto en sueños. Había algo dorado que relucía en sus ramas.
— Esto es demasiado fácil. — murmuré — ¿Subimos hasta arriba y nos lo llevamos?
— Se supone que hay un guardián. — Skylar entornó los ojos.
Justo en ese momento surgió un ciervo de entre los arbustos. Trotó por el pasto y de repente todas las ovejas se pusieron a balar, abalanzándose sobre él.
Hubo un revuelo de pezuñas y pelaje marrón. Unos segundos más tarde, las ovejas se dispersaron y volvieron a pastar pacíficamente. En el lugar donde había estado el ciervo sólo quedaba un montón de huesos blancos.Skylar y yo nos miramos.
— Ya no son tan monas. — dijo ella.
— Pirañas con lana. ¿Cómo vamos...?
Skylar levantó un dedo, para que me callara, y señaló a la orilla. Un bote salvavidas del CSS Birmingham había sido arrastrado hasta la arena.
Llegamos a la conclusión de que era imposible atravesar aquel cerco de ovejas caníbales. Skylar quería volverse invisible y cruzar, pero la convencí de que podrían olerla y yo estaría demasiado lejos para ayudarla.
Además, nuestra primera tarea era encontrar a Grover y a cualquiera que hubiera llegado en ese bote. Estaba demasiado nervioso para decir en voz alta lo que los dos esperábamos... Que Tyson siguiera vivo.Fuimos a amarrar el Vengador de la Reina Ana a la parte de atrás de la isla, donde los acantilados se alzaban a unos sesenta metros de altura. Se me ocurrió que en aquel sitio sería menos probable que el barco fuera visto, y parecían escalables.
Yo fui delante, sólo estuve a punto de matarme seis o siete veces. Cuando estuve a punto de caerme, Skylar apareció levitando a mi lado y sonrió divertida.— ¿Estás de broma?
Ella se encogió de hombros y siguió su subida sin ningún esfuerzo. Notaba los dedos como el acero derretido y los músculos me temblaban al alcanzar la cima.
Skylar me observaba cruzada de brazos. Iba a soltarle un comentario poco apto, pero me mandó a callar en cuanto escuchó un gruñido. Avanzó hasta el borde contrario a por donde habíamos subido y me hizo una seña para que me acercara.En el terraplén de debajo, Polifemo y Grover se hallaban frente a Clarisse. La hija de Ares colgaba sobre una olla de agua hirviendo.
— ¿Qué opina mi novia? — murmuró Polifemo — ¿Me como a esta bocazas ahora o lo dejo para el festín de boda?
Se volvió hacia Grover, que retrocedió y tropezó con su cola nupcial. Clarisse estuvo a punto de revelar la tapadera de mi amigo.
— Cariño, creo que se le está subiendo la sangre a la cabeza. — dijo él, en su tono falso de mujer — Deberías bajarla de ahí.
El cíclope era incluso más horrible que en mis sueños. En parte porque su hedor me llegaba desde allí, y en parte porque iba con su traje de boda: una falda escocesa y un chal cosido chapuceramente sobre un esmoquin azul celeste.
— ¿De qué sátiro me hablas? — preguntó Polifemo.
Recé por que Clarisse supiera tener la boca cerrada, pero todos sabemos que eso es imposible. Polifemo se volvió hacia Grover y le quitó el velo, revelando su pelaje ensortijado, su barbita adolescente y sus cuernos diminutos.
Bramó enfurecido y le arrancó el vestido de novia, revelando el atuendo callejero que llevaba debajo. Busqué mi espada, pero Skylar me detuvo con un siseo.Polifemo parecía reflexionar la idea de Grover de preparar una salsa antes de comérselo. Con un movimiento rápido, cogió a Grover como un perrito caliente y señaló a Clarisse; ahora ella sería la novia.
Apartó la roca de la entrada y varias ovejas, más pequeñas que las devoradoras de hombres, desfilaron para pastar. Algunas tenían nombres (Lanita, Chuleta, Superburger...) y cuando salió la última, Polifemo arrojó a los dos dentro y tapó la salida.— Mangos. — refunfuñó Polifemo — ¿Qué son mangos?
Se alejó caminando con su traje de boda azul celeste y nos dejó en compañía de una olla gigante de agua hirviendo.
Intentamos durante horas abrir aquella improvisada puerta, sin éxito. Ni siquiera Skylar podía usar su magia para moverlo, la única opción es que lo hiciera el cíclope.Nos sentamos en la cumbre, observando a Polifemo dar de comer a su rebaño. Se movía con total tranquilidad entre las pirañas cubiertas de lana y les daba de comer una carne extraña que guardaba en su cesta de mimbre.
— Necesitamos una artimaña. — dijo Skylar.
Una pequeña bombillita parecía haberse iluminado entre las arandelas plateadas que aún no se había quitado del pelo. Ella me dio una mirada que me puso los pelos de punta.
— ¿Hasta que punto te gustan las ovejas?
————— ψ ——————
— ¡Sobre todo no te sueltes! — dijo Skylar, en algún punto a mi derecha.
Ella era invisible y no estaba colgada del vientre de una oveja. Me sentía un bebé canguro mientras me paseaba abrazado al pecho del animal, procurando que no me entrara lana por la boca ni la nariz.
Y si os lo estáis preguntando, los bajos de una oveja no huelen precisamente bien. Imagínate un suéter de invierno arrastrado por el barro y que lleva en la cesta de la ropa sucia una semana. Algo así.El animal dejó escapar un gruñido. No podía culparla. A mí tampoco me gustaría que alguien practicara escalada en mi anatomía, pero si no me agarraba bien el plan se fasridiaría.
En cuanto entró la última, Skylar gritó:— ¡Hola, bicho horrible!
— ¿Quién ha dicho eso? — Polifemo se irguió de golpe.
— ¡Nadie!
La cara del monstruo enrojeció de golpe. Polifemo cogió una gran roca, que resultó ser la de la entrada, y la lanzó en dirección a la voz de Skylar.
Oí como se hacía añicos y todo quedaba en silencio.— ¡Ni siquiera has aprendido a lanzar piedras, inútil!
Polifemo aulló y salió colina abajo intentando seguir la voz.
Lo de llamarse "Nadie" no hubiera servido con cualquier otro monstruo, pero Skylar me contó que aquel había sido el nombre que Ulises utilizó para engañarlo siglos atrás, justo antes de pincharle el ojo.Encontré a Clarisse y Grover en una caverna llena de objetos recubiertos en lana. Saqué a Anaklusmos y corté las cuerdas que los apresaban.
La hija de Ares parecía sorprendida de que hubiéramos sobrevivido.— ¡Perrrrrcy! — Grover se puso a balar y me dio un abrazo cabruno — ¡Oíste mis mensajes!¡Has venido!
— Sí, amigo. Claro que he venido.
— ¿Dónde está Sky? — preguntaron Clarisse y Grover al mismo tiempo.
— Fuera. No hay tiempo para hablar.
Se oyó un estruendo, cuyo eco fue rebotando por la cueva, y luego un grito que me hizo temer que llegáramos tarde. Era Skylar la que gritaba de pánico.
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𝐒𝐄𝐀 𝐎𝐅 𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑𝐒 || PJO 🔱
Fanfiction• Primer libro de la saga: Percy Jackson "You shall sail the iron ship with warriors of bone, You shall find what you seek and make it your own, But despair for your life entombed within stone, And fail without friends, to fly home alone!" *La saga...