Capítulo XI

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"Nos alojamos en el balneario C.C de salud y belleza..."

Desperté en un bote de remos con una vela improvisada hecha con la tela del uniforme confederado. Skylar estaba sentada a mi lado, con varios cortes muy feos en los brazos y la cara.
Intenté reincorporarme y de inmediato me sentí mareado.

— ¿Y Tyson...? — pregunté

Ella bajó la mirada a las heridas e intentó limpiarlas con los restos de su chaqueta. Guardamos silencio mientras las olas nos sacudían.

— Quizás haya sobrevivido. — murmuró — Ya sabes, es ignífugo.

Asentí, pero no tenía ningún motivo para albergar esperanzas. Había visto como aquella explosión reventaba el acero blindado, era imposible que hubiera sobrevivido si estaba al lado de la caldera.
Había dado su vida por nosotros, y yo no podía dejar de recordar todas las veces que me había avergonzado de él y de que estuviéramos emparentados.

A los pies de Skylar, descansaba lo que quedaba de su mochila llena de ambrosía, un par de partes de arriba y una botella de SevenUp. El bote de vitaminas de Hermes también estaba ahí, y Anaklusmos, desde luego.

Navegamos sin rumbo durante horas. Ahora que estábamos en el Mar de los Monstruos, el agua relucía con un verde todavía más brillante. El aire era fresco y salado, pero tenía además un raro aroma metálico.
Sabía la dirección y la posición en la que estábamos respecto a nuestro destino, pero no por eso me sentía menos perdido.

— ¿Cuál es la Profecía?

Skylar apartó la mirada, como si el agua fuera lo más interesante del mundo.

— Si Quirón no te lo dijo, ¿por qué iba a hacerlo yo?

— Porque tú no prometiste nada a los dioses. — respondí — Además, a lo mejor me sirve para saber por qué me odias.

— No te odio. — la miré alzando una ceja — Es complicado.

— ¿Cómo lo de por qué no sé quién es tu parte divina?

Skylar bufó y volvió a intentar curar los cortes causados por la explosión.
Parecía no saber si decidirse por contarme sobre su familia, o sobre mi futuro.

— No sé mucho sobre la Gran Profecía. — habló — Sólo que es el motivo del Pacto de los Tres Grandes... Tras la Segunda Guerra Mundial, la profecía alertó a los dioses que el próximo mestizo que viviera hasta los dieciséis años se convertiría en un arma peligrosa.

— ¿Por qué?

— Porque decidirá si salva la Era de los Dioses o la destruye.

Pasé un rato intentando asimilar aquello. Por eso Cronos no me había matado el verano pasado, podía servirle de ayuda.

— La Profecía no se sabe si es sobre ti. — Skylar captó mi atención — Cuando Quirón vio a Thalia, dio por supuesto que era ella y luego... Bueno. Apareciste tú.

— ¿Entonces por qué los dioses me han dejado vivir siquiera?

Ella se encogió de hombros y me dio la razón.

— A lo mejor temen ofender a papi. — rodé los ojos por el tono que usó — Otros estarán esperando a ver que clase de héroe eres. Yo que sé, la verdad, lo único que quiero es salvar a mi amiga.

Quedé en silencio. No sabía el motivo para que Skylar les guardara tanto rencor a los dioses, a los Tres Grandes en especial, pero admiraba que fuera capaz de dejarlo a un lado por Thalia.
Quizá me hubiera contado algo más, pero una gaviota se posó en el improvisado mástil.

𝐒𝐄𝐀 𝐎𝐅 𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑𝐒 || PJO 🔱Donde viven las historias. Descúbrelo ahora