Capítulo 2

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Kibum se estira en su lugar, la silla giratoria le lastima la espalda y la misma posición durante horas frente a la computadora no lo ayudan.

El reloj marca la hora de almuerzo y Woohyun, un chico que fue amable desde el principio con él lo invita a comer, la expresión de Kibum se muestra aliviada ante esa probable amistad que lo salvará de comer solo, se pone de pie y salen juntos.

Jonghyun, como de costumbre sale a comer con Irene, Jessica y las otras chicas que se encuentran en esa oficina.

—Estuvo delicioso. —Entran de nuevo kibum y Woohyun conversando de su agradable comida.

Cada uno toma su lugar y casi al instante entra el jefe, el Señor Song, un hombre amable y de expresión cálida.

—Señores, como hoy es viernes saldremos a cenar con motivo de darle la bienvenida al señor Kim Kibum a nuestro equipo —pronuncia con una sonrisa y todos muestran alegría y se apresuran a terminar sus trabajos pendientes.

Al final de la jornada laboral salen en grupo guiados por el jefe Song y se dirigen a un restobar no muy lejos de la oficina.

Todos lucen contentos murmurando entre ellos, toman asiento y la mesa es puesta con un banquete, había mucha comida y sobretodo bastante licor. Kibum estaba agradecido que todo eso sea para él. La cena pasó agradablemente con todos conversando y dándole la bienvenida.

—¡Vamos a cantar! —dice Jessica con voz aguda y al resto parece gustarle la idea. Se trasladan al piso superior donde el ambiente era mas adecuado, solo iluminado con luces, sofás amplios y una pantalla grande que proyectaría las letras de las canciones, obviamente el señor Song pide más soju entre otras bebidas y los gallos de los chicos no tardan en llegar.

El jefe es el primero en irse, no sin antes dejar todo pagado para que sus empleados se diviertan.

Jessica corre a Woohyun y lo jala al centro para bailar, Irene le ruega a Jonghyun pero él no accede, esas cosas no son lo suyo. Unos pares de trabajadores parecen seguir cantando en su propio mundo.

Tres horas después, casi media noche y kibum aún estaba sobrio y solo, ya que su primer amigo estaba atrapado en la improvisada pista de baile, todos estaban tan borrachos que con mucho esfuerzo permanecen de pie.

Incluso Jonghyun había bebido mucho pero permanecía solo. Ya cansado de mirar como sus compañeras bailaban, gira la cabeza y ve al hermoso kim Kibum. Cabello rubio y liso, aretes y piercings en ambas orejas que lo hacía lucir dulce y rudo a la vez, y ese aroma que desprendía que era como el cielo y el infierno juntos. 

Por dios... de nuevo ese aroma que penetraba los poros de Jonghyun, el alfa estaba embriagado en ese olor por el cual se estaba dejando llevar ya que el mitad humano había bajado sus inhibiciones. En la oficina había estado controlándose todo el día para no ver al chico nuevo pero con el alcohol en la sangre había disminuido su control.

—Hueles delicioso —señala Jonghyun mientras se acomoda junto al menor—, como a vainilla y lilas. —Sonríe.

—Y tú hueles a madera y tabaco —responde Kibum mostrando desagrado, aunque en realidad ese olor que emanaba el alfa lo estaba deshaciendo por dentro.

Jonghyun lo piensa un momento y gira su cabeza de nuevo, toma las mejillas de kibum y sin pensarlo una segunda vez roza sus labios con los de él, va uniéndolos despacio hasta que nota que el opuesto no lo rechaza y pone más fuerza.

El corazón de ambos late a toda velocidad, luego de segundos se separan y Jonghyun se pone de pie, toma la mano de Kibum —quien no opone resistencia— y salen del lugar sin que nadie se percate de ellos.

¿Qué es esto? ¿Mi celo? No... entonces... ¿Es amor a primera vista?

En ese momento nada importa, fuera lo que fuera, amor o sus instintos, el alcohol o incluso calentura. A ellos no les importaba pensar qué era, qué era esa conexión que sucedió a la vista del contrario y aparentemente en cuestión de segundos.

Mi inevitable destino (Jongkey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora