Capítulo 5

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Es temprano y la oficina aún esta vacía, como era de esperarse en sábado. Solo unos pocos trabajan este día, los que deben recuperar días que faltaron o los que quieren faltar en la semana y deben adelantar trabajo. El jefe es afortunadamente flexible en estos temas.

Unos pasos de elegantes zapatos de oyen y entra Jonghyun, había llegado tarde varios días pues las sesiones de sexo nocturnas diarias y luego tener que correr a su departamento muy temprano simplemente lo dejaban agotado. Así habían pasado dos semanas, el mismo tiempo desde que Kibum llegó o mejor dicho el tiempo desde que estuvo con él; el tiempo que había luchado tratando de sacarlo de su mente con otra persona; es decir, con muchas mujeres.

¿Por qué no podía olvidarlo? ¿Quizás por que era su primera experiencia con un hombre?

Jonghyun se repetía lo mismo tratando de convencerse que en realidad no fue nada importante —claro, su lado humano— pero su lobo quería correr detrás del hermoso e indefenso omega y reclamarlo como suyo. Una voz algo chillona lo saca de sus pensamientos.

—Si, ya lo sé, está bien. Adiós. —kibum cuelga el teléfono y mira a Jonghyun antes de tomar su lugar. ¿Qué caso tenía saludarlo si este no le respondería como de costumbre? En dos semanas ya había aprendido a ignorarlo.

Al parecer entre ellos no había pasado nada —eso querían creer ambos— aunque los dos tengan muy presente los recuerdos y las sensaciones de aquella noche que pasaron juntos.

Mala suerte para ellos, ese día solo estaban los dos en esa oficina. Solo se escuchaban las teclas de las computadoras, las manecillas del reloj y sus respiraciones, por supuesto sin mencionar la tensión que se sentía en el aire.

Jonghyun se levanta, camina unos pasos, se recarga cerca de la ventana pensativo, mira de reojo a Kibum y se sienta. Ha repetido esta secuencia varias veces hasta que por fin —aunque con dudas— da unos pasos hacia el escritorio de kibum y se detiene, cosa que hace que kibum pare lo que hace y mire hacia arriba hasta chocar con los ojos del castaño.

—¿Qué? ¿Deseas algo? —Kibum arquea una ceja y le da una mirada vacía y sin importancia, tal cual había hecho Jonghyun las primeras veces que el omega intentó acercarse.

Jonghyun quiso responderle "a ti" pero en su lugar solo miró su reloj y dijo:

—Ya es hora de almuerzo, ¿quieres que pida algo para ti? —Le resta importancia a sus palabras para proteger su orgullo ya que él se había acercado primero.

Kibum mira el reloj colgado en la pared, toma su abrigo y se pone de pie para hablar:

—No, gracias. Tengo una cita —dice altanero. Si él puede hacer como que nada pasó entonces yo también, fue lo que se repitió por varios días para no correr a los brazos del contrario controlando su lado animal.

Salió de allí como si nada y Jonghyun quedó anonadado, ese chico lo tenía vuelto loco y su tortura era más grande porque su ego y su personalidad no le permitían acercarse a él fácilmente.

Al llegar a casa, Kibum pide una pizza y se tumba en su sofá.

—Pfff ¿Tan estúpido me cree? —bufa—, como si fuera a correr a sus brazos cuando me llame... A eso... ¡Prefiero comer solo que contigo! —grita como si tuviera a Jonghyun frente a él—. Tremendo patán —la tajada de pizza que tenía en la mano empieza a estrujarse como si del cuello del alfa se tratara por la cólera que empezaba a dominarlo cuando pensaba en el rechazo por parte de este—, pedazo de animal, imbécil que cree que con sus encantos, sus músculos... su... piel bronceada en el punto exacto... sus fuertes brazos... su mandíbula...

—Claro que lo odias, es obvio. —Ríe Taemin al ver como a su amigo casi se le cae la baba al hablar de Jonghyun.

—¡Por supuesto que lo odio! —Kibum frunce el ceño para mostrar que si lo odiaba—. Pero ¿tú que haces aquí? ¿Y tu mini luna de miel con el idiota de Minho?

Taemin solo suspira en señal de "no quiero hablar". Sin embargo, se sienta frente a su roommate y le sonríe.

—Mejor cuéntame como pasaron la cosas con ese alfa y no omitas nada —advierte el menor con esa mirada pícara que lo caracterizaba.

—Bueno... —Kibum toma aire para contar su historia, tenían tiempo ya que era sábado y no había hablado con su mejor amigo desde que viajó justo antes de que él empiece su nuevo trabajo y obviamente los mensajes de texto no son suficientes, así que seria con todos los detalles que demandaba Taemin. Además no le vendría mal quejarse un poco de Jonghyun, el tipo no le gustaba para nada pero vaya que hablaba de él.

—No me gusta ¡Lo odio! —Era su respuesta cada vez que Taemin le sugería lo contrario.

—Si claro, ¿cómo no odiar a ese clásico dios griego en miniatura? —respondía el menor después del relato de su amigo, que por cierto, tal como se predijo duraría horas.

Mi inevitable destino (Jongkey)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora