Don't Leave Me {BakugouxUraraka}

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Uraraka y Tokinari se sentaron en un banco que había dentro del centro comercial mientras disfrutaban de un helado cada uno. Al principio la charla fue algo incómoda, Uraraka no sabía como comenzar la conversación, pero luego Tokinari sabía como romper el hielo.

Empezaron a contarse sobre sus gustos, sobre momentos graciosos en sus vidas, recuerdos cuando eran pequeños, todo iba bien hasta que él le pregunto como era la vida de un "héroe".

-¿Que es lo que quieres saber? -pregunta ella y no sabía por qué tenía sospechas sobre esa pregunta.

-Simplemente creo que la vida de héroe es divertida y fácil -comenta el.

-¿Fácil? -replica ella con un tono histérico- no es fácil entrenar todos los días, no es fácil estar en cualquier lugar y tener que estar alertas que no nos ataque un villano -explica ella- ¿te parece divertido o fácil? -dice finalmente ella y el se queda avergonzado.

-Lamento... No quería suene así -dice el queriendo disculparse- divertido lo quise decir que debe ser divertido tener poderes y ayudar a las demás personas -sonríe y larga aire- y fácil... creo que lo dije porque los poderes te dan ventajas de hacer unas cosas que a otros no, verdad?

-Depende -contesta ella rápidamente.

-¿Y cuál es tu don? -pregunta y se muestra interesado, radiante por saber sobre sus poderes.

-Creo que no se dicen esas cosas... -contesta ella para desviar el tema, pero se sorprendió al ver su respuesta.

-Pero ya la se -contesta el, y se ve muy tranquilo, y ella lo mira asombrada y algo desconfiada- el festival, Ochaco...-al escuchar ella larga el aire que había sostenido por unos segundos.

-¡Ah! Claro, el festival... -dice ella algo nerviosa.

-Te dije que no soy ningún loco -aclara el- solamente veo la televisión -rie- y ese chico tendría que haberte dejado ganar -y ella suspiró al pensar en aquella pelea con Bakugou.

-Pero no soy suficientemente fuerte -dice ella algo angustiada pero nunca dejaba de mostrar la sonrisa.

-Yo creo que eres más fuerte de lo que crees -dice el mirándola fijamente a los ojos, y está se puso nerviosa- me tengo que ir, Ochaco -dice el mientras se levanta- si quieres te acompaño a tu casa -ofrece él y ella asiente y lo hace con seguridad.

El camino fue bastante incómodo, ya que no sabían de que hablar, el ambiente se había vuelto totalmente frío, y en realidad ella era quien sentía mucho frío lo cual hizo que empezara a temblar.

-Ten -exclama el mientras se sacaba la campera de piel que tenía, el frío estaba muy denso.

Ella acepta sin vueltas ya que de verdad estaba con mucho frío. Ella le agradece y empieza a hablar de lo suave que era la campera, y de ahí nació otra conversación la cuál hizo que Uraraka se olvidara del frío, hasta que llegaron.

-Bueno, aquí es "mi casa" -dice ella haciendo las señas de comillas con las manos, y luego una pequeña risa.

-Si quieres podemos encontrarnos en el banquito de hoy cada tanto -ofrece él- si te parece bien -el le sonrió para que se sintiera cómoda.

Ella aceptó, y luego cada uno siguió por su camino. Ella entró al edificio se la UA. Y en la sala de estar estaba Kirishima.

-¿Dónde estabas? -dice mirándola fijamente desde el sillón.

-¿Disculpa? -dice nerviosa.

-¿Dónde estabas? Estábamos preocupados -dice Kirishima quien parecía de repente ser padre de ella.

-Kirishima... solamente salí a tomar aire -contesta ella.

-¡Te fuiste todo el día! -exclama él y ella no entendía por qué estaba haciendo esa escena.

-Para mi fueron sólo horas -dice firme- ya estoy en casa, padre -dice con sarcasmo y va directo a su habitación.

Uraraka tenía hambre pero prefirió estar sola en su habitación hasta quedar dormida.

Al otro día despierta con su estómago gritándole por dentro que coma algo pero su cuerpo no tenía ganas de levantarse. Pero hace un esfuerzo, sabe que eso no le haría bien, ni tampoco le serviría para su entrenamiento. Se sentó en su cama y vio directamente hacia su puerta, y al final de ésta había una bandeja con un ramen y una manzana.

"¿Una manzana? Igual que en hospital ¿quién fue?".