58 - Final

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Mientras Uraraka intentaba dormir, de lejos se escucha que alguien estaba gritando. Su voz chillona se podría reconocer en cualquier lado. La castaña sonrió al reconocerlo, así que llamó a una enfermera para pedirle que lo dejaran pasar. Y así fue, la enferma vino y la castaña le pidió que lo dejaran pasar, que querría hablar con él, pero la enfermera le dijo que no sería posible ya que tenia que respetar el horario de visita. La castaña solo suspiró y la enfermera salió a explicarle a Bakugou que tendría que venir en horario de visita. Se dejaron de escuchar los quejidos. 

Al otro día, los primero que habían sido en visitarla fueron sus padres, luego vinieron Tsuyu y sus compañeros, pero ella a quien más esperaba de vuelta era a Bakugou, como siempre. Pero no había ido a visitarla en cuatro días.

Finalmente, la castaña se recupera y puede volver a la escuela junto a todos sus compañeros. Pero antes de que pudiera llegar a abrir la puerta, sus compañeros la detienen.

—Por favor, quiero volver a mi habitación —se queja Uraraka.

—Espera —dice Kaminari mientras le coloca una cinta sobre sus ojos.

—¡Ay que es todo esto! —decía la castaña riendo.

Hacen caminar a Uraraka lentamente hacia la habitación principal, hasta que paran, hacen una cuenta regresiva de tres a uno para que se sacara la cinta, y cuando lo abre se encuentra con toda la mesa llena de comida de todo tipo, globos y guirnaldas por todos lados, y un gran cartel que decía "Bienvenida a Casa, te extrañamos" por parte de todos. 

Todos fueron hacia la mesa, donde comentaban las cosas que había sucedido mientras ella estaba en el hospital. Uraraka se sentía muy feliz, había extrañado estar en la escuela junto a todos, extrañó estar junto a los amigos que más quería. Tusyu interrumpe los pensamientos de Uraraka pidiéndole un favor.

—¿Podrías ir a la cocina a buscar mas bebida? Mientras yo sirvo lo poco que sobra —dice Tusyu, y Uraraka va sin chistar.

Cuando llega a la cocina se encuentra con Kirishima quién se encontraba apoyado en la pared como si estuviera esperando algo, pero así era, estaba esperando que se termine de preparar el postre.

—Oh, ¿que estás preparando? —pregunta ella.

—Agh, Bakugou me dejo a cargo de la cena porque dijo que estaba cansado, pero también me dijo que le llevara algo para tomar —explica Kirishima— ¿se lo puedes llevar así no se me quema la cena? 

Uraraka asintió, no supo en ningún momento que Bakugou había sido quién estaba preparando la cena, ya que estuvo todo el tiempo junto con ellos en la mesa. Fue hacia la habitación de Bakugou, toco dos veces y esperó, pero nadie atendía, luego volvió a tocar pero igualmente no atendía nadie, luego siente que alguien la esta mirando desde el final del pasillo. Bakugou la estaba mirando desde lejos sin decir nada, ambos se quedaron mirándose uno al otro hasta que el rubio empieza a caminar hacia otro lado.

—¿Bakugou? —dice ella y lo sigue.

Bakugou iba por las escaleras sin parar y ella lo seguía sin problema, pero a la vez muy intrigada. 

—¿A donde piensas ir? —pregunta ella sin poder llegar hasta él, hasta que por fin llegan al final de la azotea, donde ahí había una mesa solo para dos.

Ella se quedó anonada al ver eso y al darse cuenta de que fue el mismo Bakugou quién lo había planeado.

—Creo que te mereces algo mejor, pero quería estar a solas contigo —comentó él, aunque no podía mirarla directamente a los ojos. Fue hacia una de las sillas y la abrió para que ésta pudiera sentarse, y al hacerlo éste la empuja hacia dentro de la mesa lentamente, luego él va hacia su asiento. Uraraka estaba sin palabras— antes de que me preguntes algo, no fui porque estuve planeando todo esto y quería que todo saliera bien —se veía algo tranquilo y a la vez no podía ni mirarla— y también había ido a ver a Eiko al hospital, una vez —aclara— tenía muchas drogas encima, casi la matan, pero por suerte se encuentra bien —hace una pausa— fui una noche y no me dejaron pasar a verte, después de eso estuve hablando mucho con Kirishima —suspira— y me doy cuenta que siempre te traté mal y no lo merecías, sé que lo dije muchas veces, pero no termino de arrepentirme —saca una caja que tenía guardada en su bolsillo y se lo entrega— espero que te guste.

Era un colgante con un pequeña ala, ella no entendió bien el significado pero tampoco quiso preguntar para no arruinar el momento, hasta que vio él llevaba el mismo. Ella sintió una inmensa felicidad dentro de ella.

—Siento que contigo no necesito esconder mis sentimientos —comenta— sé que me lo has dicho muchas veces, pero no era fácil para mi comprenderlo —él ríe y ella se sonroja— y principalmente, pude encontrar mi camino, mi cabeza voló un montón de veces pero contigo puse los pies en la tierra, y quería agradecerte de alguna manera, espero que te haya agradado y no te moleste que tengamos el mismo.

—¡Para nada! —dice ella con entusiasmo— estoy sin palabras, la verdad es que no esperaba nada de esto —ella tenía la sonrisa de oreja a oreja, y él había sonreído de una manera muy tierna y sutil viéndola.

Luego Bakugou se levanta de su asiento y camino hacia una esquina de la azotea. Éste se veía más pensativo de lo normal. Ella se levanta y va hacia él. Caminó lentamente hacia él pero le daba nervios hacerlo así que simplemente se puso a su lado.

—Gracias, Bakugou —le agradece ella tratando de encontrar su mirada.

—Yo te agradezco a ti.

Hubo un silencio de unos minutos de ambos perdidos en la vista de la ciudad desde arriba, estaba atardeciendo, él cielo estaba pintando en un color algo naranja, luego una gran brisa pasó entre ellos y ella cierra los ojos y abre los brazos para sentir el viento por todo su cuerpo, y luego siente unas manos que agarraban con delicadeza su cintura, ésta se sorprende y se da vuelta.

—¿Bak —ésta fue interrumpida por los labios de el rubio. Ella apenada, con sus mejillas color rojo estaba sorprendida pero acto seguido ésta apoya sus manos sobre sus hombros y dejan que los labios dancen en medio de una linda briza del atardecer.

—Quiero ser un héroe junto a la persona que más adoro y admiro —decía él y ella sonreía mientras caían lágrimas de sus ojos, era algo hermoso de escuchar de parte de él, sabía que salían directamente de su corazón.

—Yo también te adoro, Bakugou, y quiero salvar a todos a tu lado.

Él la toma del cuello y ésta se acerca lentamente, haciendo puntas de pie, tomando el cuello con delicadeza, y mientras éstos juegan con sus labios ella juega con su cabello. Estos se separan los labios por un segundo solo para verse, él seguía con una sonrisa en su rostro, ella se derretía de ternura al verlo y se abrazan muy fuerte, tan fuerte como si no se hubiesen visto hace mucho tiempo. En medio del abrazo él la alza hacia su altura y ella ríe mientras lo toma de las mejillas con delicadeza, corre un mechón que tenía cerca de su ojo y él la acerca más hacia sí mismo para volver a besarla. 

—Te quiero siempre conmigo, cara redonda —dijo él con ternura, y ella sonrió abrazándolo con mucha fuerza.


Don't Leave Me {BakugouxUraraka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora