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Les recomiendo escuchar y leer con este Ost de The Promised Neverland con el cual lo escribi, y fue muy lindo ♡

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Al darse cuenta de que la atracción se había detenido por completo, la castaña y el rubio se miraron alterados. Luego miraron a su alrededor viendo donde estaban Tokinari y Mei, pero no se los veía.

—Esto no me parece casualidad —comentó Bakugou con algo de enojo mirando hacia todos lados.

—¿Tú crees...? —la castaña buscaba mirando hacia el lado contrario que el rubio pero tampoco los veía en ningunas de las cabinas de la atracción— ah... pensé que solamente nos íbamos a divertir un rato...

Bakugou la miro frunciendo el ceño y queriendo decir "te lo dije". Pero simplemente negó con la cabeza y seguieron buscando al rededor.

—No sirve de nada quedarnos aquí —dijo Bakugou mientras intentaba explotar el piso para salir despedidos de donde estaban y la castaña lo detuvo.

—¡Espera, espera! Todavía no estamos seguros si solamente es una interrupción de la corriente —comenta ella.

—¡Deja de ser ciega! ¡Esto no es casualidad! —advertía el rubio y ella lo miro pensativa, y decidió seguirle la corriente— usa tu don así hago explotar esto y salimos.

Uraraka uso su don en ambos y Bakugou junto las manos y sobrecalentar, así crear una buena explosión para asegurar salir de ahí, pero no funcionó.

—¡¿HUH?! ¡¿QUE PASA?! —grita el rubio enojado, la castaña mira hacía un costado y ve que Tokinari estaba justo bajó de ellos viéndolos— ¡ESE MALDITO!

—Grita y haz todo lo que quieras chico bomba, no podrán salir —decía Tokinari desde abajo bastante tranquilo— enseguida vendrán a buscarlos.

"¿Buscarnos? ¿Quiénes?" Se preguntaba Uraraka y siente como si cabina se mueve, estos caen uno encima del otro, pero el rubio se vuelve a levantar y ver hacía fuera. Ésta se había salido del lugar y habían sido agarrados por una grúa.

La ventana que la cual sería normalmente para la visión de la atracción se llenó de fierros bloqueando la última salida que tenían. Hasta que la grúa los llevo hacía la parte trasera de un camión.

—Si... tendríamos que haber saltado directamente por la ventana —pensó Bakugou.

—Tu fuiste el que quiso mejor hacer explotar la cabina —dijo la castaña algo seria.

—¡¿HUH?! Disculpa por querer hacernos sacar rápido —la miro amargado y con los brazos levantados.

—¡La ventana era más rápido! —le retruco ella.

—¡¿Y POR QUE NO HICISTE QUE SALTARAMOS RÁPIDO?! —el rubio se alteraba cada vez más— ¡Todo por que quisiste pensar que no era casualidad!

—¡Disculpa! ¡También cometo errores! —aumentaba su tono de voz.

—¡TE LO DIJE! —objetó el rubio— ¡Te dije que ese chico era una peste! —advirtió gritos mientras pegaba con fuerza a unas de las paredes de la cabina— todo esto fue armado y preparado —decía el rubio sentándose, resignado— ¡Eiko tenía razón!

—¡¿Qué?! —al escuchar nuevamente ese nombre se le ponían los pelos de punta— ¡Que insoportable que eres con Eiko! ¡Más te vale que nos saque de estos líos ya que confías tanto en lo que dice!

—¡Otra vez! ¡¿Que tienes en contra de ella?! ¡Sólo intenta ayudar! —el rubio se sentó más derecho y mirándola fijamente, la cual en ese momento la castaña quisiera estar sola para descargar su ira contra esa chica.

—¡Hablas como si fueras en la única en que confiaras! ¿Y los demás? —la castaña apretaba sus puños con furia— ¡¿Por qué sólo piensas en ella?!

—¡NO ES DE ESA FORMA! ¡Ella fue de gran ayuda! —explica impaciente— todos pensaban que ese chico era sospechoso, algunos te lo advirtieron, pero Eiko cuando lo vio me dijo lo que les dije a todos, y ahí cuando pensé que teníamos toda la razón —se calmó, pero fueron unos segundos— ¡¿Por qué mentiría sobre eso?!

—¡AGH! ¡Más te vale que ayude!

—Ya ayudo bastante —comentó Bakugou que con esas palabras hizo que los nervios de Uraraka salieran disparados.

La castaña empezó a pegar sobre las paredes, los fierros con mucha furia, pegaba con todas sus fuerzas como si de un enemigo se tratase. Bakugou la miro exaltado viendo como golpeaba y se lastimaba las manos. Éste se levantó a detenerla.

—¡ESPERA! ¡DETENTE! —ordenaba Bakugou tratando de pararla pero ésta estaba cegada en furia. No podía detenerla— ¿Qué es lo que te sucede?

Bakugou la agarró de los hombros e hizo hacerla girar hacía él. Le agarró los puños pensando que podría llegar a pegarle a él, ya que estaba cegada. Tenía tensos los puños hasta que los calmó. El rubio vio como sus ojos estaban llenos de rabia y lágrimas.

—Eiko, Eiko... —dijo ella con una voz siniestra y quebrada— no se por que la quieres tanto... —hablaba sin pensar— no se que es lo que tiene de especial para ti... Pero cada vez que hablas de ella... me siento como si nomas fuera un estorbo para ti, una inútil —exhala— estoy cansada.

Uraraka nunca levantó la mirada hacía él pero sabía que el la estaba mirando fijamente, no sabía su expresión pero sabía que estaba sorprendido sin saber que decir.

El rubio le soltó los puños y sus brazos cayeron con fuerza, y a los segundos la sostuvo de los hombros. Ella pensó que iba a decirle algo, que iba a nombrar nuevamente a Eiko, que iba a regañarla por el escándalo que había hecho. Ella cierra los ojos mientras sus lágrimas caían con todas sus fuerzas y en eso siente una mano tibia sobre su mejilla. Le seca las lágrimas y sólo se queda ahí mirándola, y está vez ella levanta la mirada. El se veía tal cual como lo había pensado. Confundido, sorprendido, y a la vez sus ojos brillaban. No dijo ni una palabra. El segundo que se miraron fijamente uno al otro se trató de unos cuantos minutos. El respira profundo y da un paso más adelante hacía ella, apoya nuevamente su mano sobre la mejilla de la castaña dando unos pasos más adelante de ella hasta que quedan a sólo un centímetro uno del otro. Su mano pasó lentamente dentro de su cabello empujando su cabeza hacía su pecho. Uraraka se sorprendió ante su acto. El otro brazo la rodeó por atrás de su cuello haciendo que se aferrara más hacía él. La castaña estaba muy sorprendida, sus respiración estaba acelerada.

Ésta cerró los ojos, empezó a escuchar los latidos algo acelerados del corazón de Bakugou. Nunca habían estado tan cerca uno del otro. Ella se sentía feliz, se sentía aliviada de estar entre sus brazos, la cual la hizo llevar sus brazos hacía la cintura de Bakugou, apretando con sus manos contra la espalda de él haciendo que éste se pegara más y más a ella.

No dijeron una palabra, tampoco hubo miradas entre ellos... Un silencio donde sólo hablaban los corazones.

Blznakaks perdón por la diabetes jajajaja
Gracias por estar, gracias por leer♡

Don't Leave Me {BakugouxUraraka}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora