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¿Qué tal si patinamos?

- ¿Por qué mi hermano se tiene que mudar mami?

- ... es... que ya están algo grandes para compartir habitación. ¿No crees?

- Si, pero... ¡¿por qué tan pronto?! ¿Fue algo que hice?

- No tiger.

- ¿Pero p-por qué?

- ¡Joven Plisetzky! - le llamó la atención su tutora, que acababa de entrar en la habitación - Son cosas de gente grande, deje su insistencia.

- Pero...

- Lo sabrá cuando sea mayor. - Y al ver que su pupilo finalmente se rendía prosiguió, de verdad detestaba esa excusa, pero no podía hacer nada - Supongo que es hora de comenzar con su lección del día de hoy, espero que haya estudiado. - observándolo con esa mirada regia, el niño quedó estático. Nunca había abierto ni la primera página del libro de lengua que tendría que ver ese día y se estaba inquietando. Las mujeres los sabían, pero al estar algo afligidos por los que sucedió anoche y el tener que guardar el secreto, la reina salvó a su hijo menor de un buen regaño por parte de su tutora.

- Voy a... ayudar a Vitya con la mudanza. - salvado por la campana, pensó Yuri.

- Voy contigo. - Le afirmó, pero al notar que debía quedarse a estudiar y que no le permitían ir hasta que terminara, además de la mirada seria de Lilia debido a su irresponsabilidad se arrepintió rápidamente de sus palabras. La rubia salió, dejando a su hijo con la mujer castaña, cuya mirada se había suavizado algo con solo mencionar al otro príncipe.

- Bien, entonces... - Y aunque conservara su seriedad, en sus ojos se notaba su aflicción. - comencemos con la lección de hoy, Yuri, abre el libro en la página 63.

Y así lo hizo durante tres eternas horas que para él fueron fastidiosas, estúpidas y aburridas. Pero al estar con Lilia Baranovskaya tendría que calarselas y no decir absolutamente nada de sus disgustos, porque de lo contrario tendría un castigo que de verdad lo haría arrepentirse en el futuro. La mujer era regia, elegante y muy estricta con sus estudiantes, o por lo menos con él más que los pocos otros que tenía, solo por ser el príncipe.

¿Creyeron que era fácil ser de la realeza? Pues no lo es, en el futuro si es que su hermano mayor llega a completar sus estudios, herede la corona y llegase a contraer matrimonio algún día (de lo cual Yuri duda mucho), el menor seguiría siendo un miembro importante de la corte.

Aunque no había estudiado absolutamente nada la castaña no lo regañaba, extraño, pero no se quejaba. Y para que le dejaran ir a ayudar a su hermano, buscó la manera de terminar lo más pronto posible.

- Bien, ya... supongo que terminamos por ho- ni siquiera dejó a la mujer terminar de hablar, porque en cuánto volteó la mirada para revisar unos libros que tenía a su izquierda su pupilo ya se había ido corriendo. - y. - Y aunque ella lo negara, una pequeña sonrisa adornaba su rostro por la reciente travesura del niño que consideraba su hijo.

Yuri Plisetzky, el príncipe de cabellos dorados y ojos verdes, con una mirada parecida a la de su maestra, iba corriendo por los pasillos del palacio y por los atajos que su padre y su hermano le enseñaron. Se caía un par de veces pero estaba dispuesto a ayudar a su familia con la reciente mudanza de cuarto, apenas notaba que algunos sirvientes estaban guardando cosas y llevando equipaje de aquí para allá que aparentemente no solo eran los de su hermano.

La servidumbre que caminaba tenía cara de desilusión, e incluso estrés, pero él pequeño noble no lo notaba. Los que se daban cuenta de su presencia sentían un aire de nostalgia pues el rubio era igual a su madre, hasta corría como ella, y ellos ya no lo verían más.

Once Upon A Winter... [Otayuri/Viktuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora