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Las reuniones familiares nunca salen bien. 

- Ya paso una semana. – insistía el pelirrojo- ¿y si ya no vuelve ninguno?

- Volverán. Yuri envió aquella carta. Están bien. – la prometida trataba de disuadirle, ya casi era parte de la familia y del consejo, era su deber mientras su prometido se encontrase fuera.

- ¿Y cómo puede asegurarlo señorita? La carta llego el día después de su salida, han pasado seis días ya desde eso. Yo digo que lo mejor será tomar acciones.

- No podemos permitirnos actuar sin la presencia del rey o del príncipe. – intervino Yakov desde su izquierda.

- El rey no es de confianza. ¿Y el príncipe qué? Es un niñato ingrato que podría ser un traidor de la corona.

- ¡¿Traidor?! – intervino la hija del pelirrojo mayor en un grito que resonó por toda la sala.

- Tú te callas Mila. Siempre has estado de su lado - y en un murmullo continúo diciendo improperios sobre su propia hija - mujeres. Nunca saben su lugar.

- Estamos aquí lord Babichev. – llamo la atención la mujer mayor.

- Es exactamente de eso de lo que estamos hablando, usted no debería estar aquí, debería enseñarle cosas útiles a mi hija y a la futura princesa. Si es que el bastardo vuelve, claro. Cosas como a quedarse calladitas mientras los hombres hablan.

No podía protestar en eso, habían muchos hombres en la sala y cualquiera podría ponerse del lado del pelirrojo mayor. No creía que algunos le alzaran la voz o las maltrataran, pero Babichev agarro mucha confianza después de que el general Giacometti saliera con una brigada de búsqueda donde Seung gil-lee estaría presente ejerciendo su nuevo puesto de capitán. Giacometti menor se quedó en el palacio cuidando la ciudad, pero estaba muy ocupado. Lo que fue perfecto para que el pelirrojo por su experiencia ejerciera el control casi total sobre el reino, sino fuera por esas tres féminas que se encontraban en aquella sala: Mila, porque según su padre debe aprender como son las cosas si va a casarse; Erika, por ser la futura princesa y Lilia, por haber sido básicamente el pilar fundamental del reino después de la repentina muerte de los reyes anteriores. Pero, lord Sergei Babichev fue durante muchos años el consejero de Nathalie, durante más tiempo que Lilia como reina interina y eso le genera puntos extra además de que es un varón, sabe cómo actuar y cómo hacer que los demás cedan ante el por su aura autoritaria; y aunque Lilia pagaría por ver cómo le dan otra golpiza y tal vez dársela ella misma, no podía hacer nada más que escuchar, porque al mínimo ruido de interferencia el pelirrojo la sacaría del salón y ella necesitaba saber lo que iba a suceder.

- Ya despachamos a la mayoría a sus reinos, muchos se quejaron por tener que compartir navío con unos plebeyos.

- Pero era necesario para que todos vivieran. O al menos la mayoría, perdimos algunos por enfermedades respiratorias, otros por hipotermia...

- Eso no les interesa, lo único que les importa es conservar su intachable porte. ¡Emil!

- Diga.

- Tengo un negocio para ti. Dijiste que a eso viniste al reino.

- Sí señor. Iba a hablar con el rey al respecto directamente.

- Enserio eres un crío. Esas cosas no se dicen directamente al rey y mucho menos en una fiesta, tienes que escribir una carta, esperar una cita y ver si alguien lo suficientemente importante te atiende.

- Sí señor, lo sé, es solo que...- el mayor le interrumpió.

- Ya no importa, a la próxima hazlo como se debe. Bueno solo quería ofrecerte mi ayuda. ¿Importan textiles no?

Once Upon A Winter... [Otayuri/Viktuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora