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La luz del sol entraba por la cortina semi-cerrada de la habitación de Taehyung. De un momento a otro, la calidez de los rayos acarició suavemente el rostro del dueño de la mansión, quien tenía abrazado a su chofer dormido aún.

Empezó a abrir los ojos con lentitud y sentir un dolor de cabeza tan fuerte que terminó por despertarlo. Al palpar lo que tenía abrazado, recordó lo que había ocurrido la noche anterior paso a paso.

Jimin, Yoongi, una relación, bebidas, su chofer... Y sí, justo él se encontraba acostado durmiendo sonoramente a su lado sin tener puesta la chaqueta de su uniforme, pero con todo lo demás encima, excepto sus zapatos.

Sin hacer ruido, Taehyung retiró su brazo que estaba rodeando al menor que no se inmutó siquiera ante el movimiento. El magnate tuvo que cerrar los ojos ante el dolor de cabeza que lo invadía a causa de las bebidas consumidas la noche anterior, y recordó el dolor más fuerte que le había causado el enterarse de la relación entre uno de sus mejores amigos y el amor de su vida.

Quiso quejarse en voz alta del dolor físico y del alma que sentía en ese momento, pero su mirada se posó en el joven acostado a su lado. A pesar de tener la boca abierta, Taehyung pudo observar con más detenimiento y curiosidad los rasgos de su rostro. Era muy bonito, con la piel tersa y al parecer suave.

Sin saber por qué, extendió la mano que hace un momento estaba abrazándolo y rozó su mejilla. Sí, era una piel suave, y sus ojos cerrados... Vaya... Qué pestañas más largas y bonitas, pensó Taehyung. De repente, el dolor de cabeza regresó y lo hizo tomarse la sien con las manos nuevamente. Ya sin importarle nada, le dio la espalda a su chofer e intentó seguir descansando.

Logró conciliar nuevamente el sueño y cuando despertó, su dolor de cabeza se había reducido. Buscó a su lado y su empleado ya no estaba en la cama, pero notó un vaso de agua y una pastilla en su mesita de noche junto a una nota. Hizo un esfuerzo y se arrastró hasta alcanzar el pedazo de papel.

"Tome esta pastilla, lo hará sentir mejor. Sé que hoy no tiene planes. Lo estaré esperando abajo para que, si usted gusta, lo pueda llevar a un lugar especial. Su chofer".

Taehyung leyó tres veces la nota y examinó/olfateó la pastilla cinco veces. Tras más de 20 minutos, su curiosidad pudo más y se levantó de la cama para arreglarse y ver dónde quería llevarlo su empleado.

Jungkook no pudo negar su sorpresa cuando vio a su jefe saliendo de la mansión, con el cabello mojado saliendo de un gorro de lana gris, ropa muy informal, suéter negro, pantalones vaqueros celestes, zapatillas negras y gafas de sol que cubrían seguramente sus ojeras por la noche de borrachera.

Salió enseguida del auto y le abrió la puerta sin decir nada ni mirarlo directamente a los ojos. Entró en el coche y empezó a conducir fijándose de rato en rato en su jefe por el reflejo del espejo retrovisor. Taehyung se tomaba de vez en cuando la cabeza y el tabique con los dedos.

-¿Tomó la pastilla que le dejé, señor? - preguntó cautelosamente.

-No tomo medicamentos que no fueron recomendados por mis médicos de cabecera -respondió cortante.

Jungkook no respondió, pero se encogió de hombros. De todas formas, si la pastilla no funcionaba, lo que se venía, sí lo haría.

Luego de unos 40 minutos dentro del auto, Jungkook estacionó en una calle muy congestionada en la que tuvo suerte de encontrar espacio. Salió del coche y abrió la puerta del lado de su jefe, quien lo miraba con un gesto sorprendido y nada seguro en ese lugar.

-No se preocupe, señor. No iremos lejos -empezó a explicar, pero Taehyung no quiso moverse de donde estaba, shockeado por la cantidad de gente que lo rodeaba, el ruido y los olores tan distintos a los que solía estar acostumbrado.

I'm Here To Kill YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora