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Todo ese día de trabajo fue un fastidio para Taehyung. Si por él hubiese sido, se habría encerrado en su habitación hasta que esa nube negra que tenía sobre su cabeza se esfumase.

Reuniones acá, allá, firma de contratos y una que otra entrevista llenaron su día e hicieron que pasara rápido. Al llegar al estacionamiento de la empresa se dirigió sin pensar mucho en si en realidad despediría a su chofer si le daba una negativa.

Abrió la puerta de atrás, porque su chofer no estaba fuera cuando llegó, y se encontró con un ramo de flores en el asiento del lado. Sorprendido, miró hacia el asiento del conductor y halló a Jungkook mirándolo con una sonrisa tímida.

-Lo haré, señor, seré su novio... sólo, no me despida –le dijo en tono suplicante.

Taehyung sintió lástima por el muchacho y por primera vez en mucho tiempo, se puso en el lugar de alguien y entendió cómo se debía estar sintiendo su chofer.

Cerró la puerta y tomó las flores en sus manos para luego acercarlas a su rostro para sentir su aroma.

-No... tienes que hacerlo si no quieres. Hablé sin pensar en la mañana. Sólo olvídalo –Taehyung ocultó su rostro en las flores para no mostrar su gesto decepcionado, pero sabiendo que estaba haciendo lo correcto.

-Señor... lo haré. Quiero ayudarlo –respondió Jungkook siguiendo su actuación.

El mayor subió la mirada hacia el muchacho y no pudo evitar sonreír.

-¿Es en serio? Mira que no te obligaré a hacer nada de lo que no quieras, simplemente debemos fingir que somos novios ante Hoseok y sus allegados para que me deje en paz por fin –explicó sin ocultar su emoción creciente.

-Está bien señor... yo creo que podemos manejar esa situación lo mejor que se pueda –el menor sonrió

-Gra... gracias –en muy contadas ocasiones se podía escuchar a Taehyung agradeciendo, por lo que Jungkook pudo sentirse vencedor en esta etapa. Paso a paso estaba logrando su cometido.

-Compré esas flores para usted... supongo que eso... hacen los novios –fingió timidez bajando la mirada hacia el ramo.

Taehyung lanzó una carcajada llena de alegría.

-Pues yo supongo que sí –contestó mirándolo a los ojos ahora que él lo miraba de regreso.

Se quedaron con la mirada puesta en los ojos del otro durante un momento, y fue Jungkook quien rompió la conexión al darse la vuelta para ponerse el cinturón de seguridad.

-Esta noche no quiero que vayamos a casa enseguida–dio la orden el mayor –conduce hacia la Torre Namsan... por favor –agregó endulzando un poco el trato hacia su chofer.

-Está bien, señor –respondió Jungkook tomando la ruta señalada.

En esos minutos de camino a su destino, cada quien en ese auto pensaba en lo mismo, pero de distintas maneras. ¿Cómo llevarían adelante aquella relación falsa?

Ninguno de ellos había tenido una relación con un hombre antes, uno porque definitivamente no era homosexual, y el otro porque nunca antes se había animado a tener una relación así. Las expectativas de ambos eran muy diferentes, uno sintiendo miedo y el otro incluso un poco de repulsión, pero algo seguro era que ninguno quería dar vuelta atrás.

Jungkook detuvo el auto en un estacionamiento cercano al lugar y ambos caminaron hacia la alta torre que se alzaba frente a ellos. Subieron al ascensor entre nerviosismo y ansiedad. Ni siquiera quisieron mirarse a los ojos. Parecían dos chiquillos enamorados de secundaria.

I'm Here To Kill YouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora