NamJoon después de haber hecho un par de llamadas importantes por empezar su investigación, siguiendo la estela de una fragancia familiar sale en el pórtico, tiene las manos hundidas en los bolsillos de sus vaqueros cuándo se detiene un instante en el umbral de la puerta para contemplar el perfecto perfil de su personal tormento... Kim JiSoo. La chica envuelta en uno de sus elegantes traje pantalón de color pastel y el liso pelo negro recogido en una cola baja, cerca una de las columnas está paladeando una taza de café mientras fija cuidadosamente el horizonte. Sigue su mirada y sus ojos oscuros se agrandan cuándo divisa el grupo de hombres que está de regreso del pasto, a la cabezera Jin bonito como un príncipe avanza. La chica aprieta levemente la taza humeante entre las manos, síntoma de su agitación, ella que siempre ha sido un muro insondable, buena en ocultar sus propias emociones a todos... excepto que a él. Silencioso se acerca y se para a sus hombros, se inclina a cuchichear a su oreja "veo que no lo has olvidado todavía" la chica sobresaltada se da la vuelta y delante se encuentra el hombre, siendo más alto que ella tiene que levantar la cara para poder mirarlo a los ojos. Kim NamJoon, su viejo compañero de universidad y mejor amigo del hombre que le ha brutalmente destrozado el corazón, el único a quién siempre ha sido difícil celar sus sentimientos. No soporta la intensidad de su mirada, la mira como si quisiera devorarla y ella sabe el por qué, había sido cuándo había terminado con Jin y había encontrado el valór de confesarle sus sentimientos pero ella no había podido corresponderlo. Era joven en ese entonces, una chica tonta llena de sueños y esperanzas, soñaba con licenciarse y encontrar el príncipe azul con quién formar familia, aquella mañana de fin de mayo cuándo había entrado en la biblioteca de la facultad para recoger algunos libros lo había visto... sentado cerca una de las ventanas abiertas intento a leer, la brisa le había desordenado el pelo negro y cuando él sintiéndose observado había levantado la mirada se había enamorado al instante de los ojos castaños que la estaban examinándo curiosos.
Solo después había descubierto que eran compañeros de curso, Kim SeokJin era un verdadero ángel, siempre sonriente y disponible, cuándo le había pedido de salir por primera vez había tocado el cielo con un dedo, el primer beso había sido mágico. Con el pasar de los meses le había presentado a sus amigos, entre los cuales Kim NamJoon, el encuentro con él había sido un poco problemático, el chico se había obsesionado con ella... gritaba a los cuatro vientos que ella tenía que estár con él y no con Jin. Más adelante había entendido, había descubierto la verdad sobre ellos, es decir que eran cambiaformas, hombres lobos y que Nam había reconocido en ella su mate, un especie de alma gemela destinada, pero ella era solo un ser humano, no relacionada a las complicadas relaciones dictadas por la Luna o del destino, ella era sencillamente una chica enamorada. A su mente fría y analítica costaba aceptar esa realidad, pero su corazón no quería escuchar razones, sus amigos le habían dicho que ella no podía ser la mate del chico, sobre todo NamJoon le había dicho que antes o después Jin la habría dejado partiéndole el corazón... y así había sucedido, ella confiada en su novio no había creído a nadie, creía que su amor era invencible, pero no había sido así. Era una noche de verano, durante una animada fiesta en la piscina en la casona de Park Bom que Jin había encontrado a su pareja... como una escena en cámara lenta de una vieja película en blanco y negro, mientras que bailaban él había parado de golpe y mirando entre la muchedumbre de cuerpos danzantes los ojos se habían detenido sobre la esbelta y flexuosa figura de una joven chica del liso pelo negro, ella también se había volteado hacía ellos, como atraída por una atávica llamada y entonces las miradas de esos dos se habían atado en una conexión misteriosa, el color de los ojos de Jin se habían vuelto de un gris intenso, mientras que los de la chica se había vuelto de un gris claro. Lo había llamado muchas veces tratando de sacudirlo de aquel estado, lo había agarrado por un brazo pero él se había sustraído de su presa de modo brusco y sin dignarla de una mirada se había acercado a esa desconocida dejándola boca abierta, paralizada por la rabia, el dolor... estaba herida, una mano misericordiosa había bajado a cubrirle los ojos ahorrándole la escena disgustosa de su novio devorando la boca de esa pelinegra en un beso posesivo, correspondido con igual intensidad. NamJoon la había arrastrado lejos de allí, la había consolado toda la noche mientras desperdiciaba todas sus lágrimas para ese idiota... no podía creer en lo qué había pasado ¿Dónde había acabado su ángel sonriente? En los días siguientes había descubierto que se había volatilizado sencillamente, tampoco se había tomado la molestia de explicarle, había sido ella a enfrentarlo y lo único que él supo decirle era que había encontrado su alma gemela, no era culpa suya ni de Irene... la maldita ladrona se llamaba así y era una beta como él, una mujer lobo, una de ellos... ¿Qué podía ella, una estúpida mortal contra eso? Después de aquel breve encuentro Kim SeokJin ya no había hablado más con ella, había empezado su nueva vida con su novia, ella de repente se había vuelto transparente mientras la pareja de cambiaformas ostentaba frente a todos y especialmente delante de ella su felicidad. Él llenaba de atenciones a la chica, atenciones que días atrás solo eran reservadas a ella, porque tenía que admitir que Jin había sido un novio perfecto, el amor y la pasión que le había demostrado parecían una buena imitación, él la había hecho mujer por primera vez en una noche romántica, mágica... al menos para ella y luego nada... NamJoon le había confesado sus sentimientos una noche que la había encontrado borracha en un bar de ínfimo nivel en periferia, pero era demasiado tarde... el corazón de Kim JiSoo se había rompido en mil pedazos y no quedaba ni un grano íntegro por ningún otro. Había explotado en carcajadas en su cara, le había vomitado encima toda su rabia, su odio por su raza, no entendía que podía haber de romántico en ser obligatoriamente atados por los caprichos de un astro celeste, un simple satélite y nada más... quererse por que lo ordenaba el ADN, el instinto... ¿Cuántos corazones habían rompidos así?¿Cuántas personas destruídas se habían dejado a los hombros? Y nadie podía decir nada porque era sencillamente el destino a quererlo así... y ahora ese alfa ruidoso y antipático le decía que ella era su alma predestinada... si había una certeza era que ella, Kim JiSoo era un ser humano y era libre... libre de elegir quién amar, dueña de sus mismos instintos, nadie la podía esclavizar con un deseo inducido y sobre todo negaría a uno de esos monstruos, ella no podía ser obligada a nada... había sido cruel aquella noche, aquella noche la parte amable de la dulce y alegre JiSoo había muerto para siempre. El día siguiente había hecho los tramites para trasladarse a la universidad de Pekín, en China y una vez allí se había dedicado cuerpo y alma a sus estudios, se había graduado y entrado en el mundo del trabajo, una vida hecha de empeños y cenas entre colegas, ninguna vida amorosa a excepción de esporádicos encuentros sexuales con perfectos desconocidos que no frecuentaba más de una semana... los sentimientos no hacían parte de sus proyectos, durante un congreso había conocido Jackson Wang que impresionado de su brillante inteligencia y de su eficiencia la había querido con él en su empresa de Hong Kong.
Cuándo había conocido a Lili y puesta al tanto del plan de venganza de la joven y su tutor se había desconcertado... entonces había entendido que el encuentro con el magnate no había sido una pura casualidad, no queria volver a Corea del Sur... no quería volver a ver a la persona que la había devolvido un estéril cáscara vacía, pero al final había cedido, cada uno de ellos tenía motivos para odiar esos monstruos deplorables. Cuándo había llegado a Jeju Island había tratado de mantener el control encontrándose frente Kim NamJoon y él... Kim SeokJin, habían quedados sorprendidos pero habían disimulado delante su indiferencia, ella los había tratado como a dos extraños hasta cuándo Irene no la había reconocido, mientras pasaban los días estaba cada vez más difícil no reaccionar hacía Jin y su pareja... parecía que Jin se había olvidado de ella de verdad, como si nunca la hubiera apretado entre sus brazos o nunca la hubiera besado... la rabia estaba allí, todavía aguijoneaba y ahora aquí está NamJoon, a pocos centímetros de su cara que se cansó de jugar al extraño. la mira como si quisiera exigirle algo, está furioso puede sentirlo.
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Blood (J.J.K. - L.M. +18)
Fanfiction"Las reglas son hechas para ser rotas. Yo soy una especialista en este campo." Marie van Schuyler Lisa y JungKook son dos almas irremediablemente atadas desde siempre que una horrible sombra negra como el pecado más grande trata de separar a cada co...