"Las reglas son hechas para ser rotas. Yo soy una especialista en este campo."
Marie van Schuyler
Lisa y JungKook son dos almas irremediablemente atadas desde siempre que una horrible sombra negra como el pecado más grande trata de separar a cada co...
Lili pasea al lado de Jung HoSeok admirando sus caballos en el recinto. Esa mañana cuando había encontrado JungKook durante el desayuno algo en ella se había agrietado, de reojos lo había visto flirtear con su compañero y a pesar de todos sus infalibles planes algo le había abierto una minúscula brecha en el corazón, enfadada negándo a si misma la verdad se había concentrado en el atractivo alfa de pelo anaranjado que no hacía misterio de su inmensa alegría por su regreso. Han transcurrido el tiempo organizando el traslado de los caballos y será propio él a acompañarla en este breve viaje, JiSoo y Mino se quedarán en la hacienda y su decisión los había dejado aturdidos además de preocupados, pero había tomado su decisión y no quería vacilar. No quiere que nadie cuide de sus animales y luego tiene que poner en marcha su plan sin que nadie pueda impedirselo, serán solamente dos días y luego volverán en Corea del Sur. Regresando al presente se detiene a acariciar el morro del guapo semental negro que se ha asomado de la empalizada.
"¡Eres un espectáculo magnífico!" sonríe no percatándose que en cambio la mirada del veterinario está fijada en ella.
"¡Magnífico!" repite en voz baja. De repente la chica oye un zumbido a las orejas, el pecho se sierra en una mordaza de acero y la respiración se pone pesada. La voz de Hobi le llega acolchada, su cuerpo quema y se debilita, sin embargo ella es consciente, una sensación de rabia la atropella al instante, ¿Qué diablo está ocurriendo? Siente fuertes brazos cargarla, alguién está transportándola con urgencia, vuelve plenamente consciente minutos después cuándo se encuentra tumbada en una camilla en lo que tiene todo el aire de ser un estudio médico, un poco incierta se levanta y girandose se sienta con el claro intento de bajarse de allí pero un mareo la retiene.
"¡Yah!¡Yah! No tengas prisa pequeña" reconoce la voz ronca de HoSeok que entrado en la habitación corre a sustentarla haciéndola sentar de nuevo. Respira hondo un par de veces antes de mirar la cara preocupada del hombre frente a ella, esboza una sonrísa.
"Estoy bien ahora, en serio... éste es..." dice echando un vistazo a su alrededor.
"Sí es mi estudio" dice sonriéndo el alfa levantando la cara hacia ella.
"Ah que bien, ¿Me llevaste aquí como si fuera uno de tus necesitados animalitos?" pone un falso puchero. Hobi se acerca aún más y aprovecha para instalarse entre sus piernas abiertas poniendo las manos en la camilla a los costados de sus caderas, la chica ojiplatica por la audaz iniciativa del veterinario no es capaz de decirle una palabra más, sobre todo cuando su cara está a pocos centímetros de la suya. Él ladea la cabeza y con una sonrísa pícara le susurra.
"Diría uno infinitamente más lindo..." los ojos ambarinos del joven se entrelazan con lo suyos color cafés mientras un leve color rosado va a pintarles las mejillas. El momento es interrumpido por un brusco golpe, ambos se giran y se sorprenden de ver JungKook cerca de la puerta con la mano todavía levantada y los nudillos apoyados a la superficie de madera. Ella ve los ojos color chocolates estrecharse hasta casi convertirse en dos grietas negras, su mirada inquisitoria está observando sus comprometedora proximidad.
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