Blood (J.J.K. - L.M. +18)

*30*

Los días transcurren veloces uno tras otro, Tae con lentitud está recobrando su forma física pero nadie ha encontrado el valor de decirle que ya no puede tener otros hijos. El Doctor Jeon había vuelto a Seúl junto a su hijo YoonGi y su nuera, JungKook no había querido encontrarlo y su padre había respetado su dolor, de momento había decidido dejarle su espacio, antes de irse había intentado saber más sobre la chica misteriosa del hospitál, Lili Wang... pero ella había desaparecido, tampoco había podido irse para la hacienda a investigar más pero estaba seguro... nunca ha conocido la hija del magnate chino, sin embargo esa chica y la niña perdida de Bruschweiler son la misma persona. Mino había intentado encontrarse con Jennie pero su marido era como una sombra malévola que incumbía y lo único que habían podido hacer había sido saludarse bajo el pórtico de la casa como dos extraños. JiMin por su parte sobre su caballo había seguido con ojos hinchados el Jeep que se alejaba sobre la colina que llevaba al pasto, diciendole adiós para siempre a su primer amor. La casa había caído en un lúgubre silencio, dónde antes todo eran risas, alegría, ilusiones ahora estaba solo negro vacío.
Kim JiSoo entra en la cocina, necesita una buena taza de café negro, estos días han sidos increíblemente pesados, había informado constantemente Jackson por teléfono y el magnate ya estaba viajando hacia Seúl y desde allá una vez terminado sus asuntos vendrá por ellas, Lili lo había puesto al tanto de la extraña conversación entre el Doctor Kim y el Doctor Jeon alertandolo muchísimo sobre todo porque este último la había reconocido y sabe que no se quedará de brazos cruzados a mirar. La chica hurgando en estos pensamientos entra y no se percata que sentado en la mesa se encuentra NamJoon, se vierte directamente su taza de café del jarro electrónico y cuándo se gira y encuentra su mirada penetrante poco le falta para dejar caer la taza al suelo gritando, su usual instinto la llevaría a regañarlo para haberla asustada pero su cara cansada y con los ojos hinchados la hacen desistir, más bien cautelosamente se acerca y se sienta junto a él, no se ven hace muchos días, solo se han cruzados mientras él iba y veniba del hospital.

"NamJoon" murmura tocándole el hombro "lo siento muchísimo" él la mira y sin decirle una palabra la sorprende abrazándola, se entumece por ese gesto sin embargo cuándo lo siente llorar como un niño no puede que levantar la mano y darle suaves palmaditas en la espalda para consolarlo, sin saber porque sonríe... esta escena la reconduce atrás en el tiempo, cuándo estaban en la universidad a menudo ocurría que él se desesperara por algo y entonces acudía a ella para un consejo, siente el cuello mojarse de sus lágrimas pero no le importa, con la mano sube a acariciarle el pelo oscuro sobre el cogote "¡Yah! ¡Yah... Joonie!" cuchichea. Él se reincorpora pero ahora está a pocos centímetros de su cara, parece sorprendido por su tono maternal y de la manera en qué lo ha llamado, efectivamente no lo llama así desde la última vez que lo había visto en aquella tasca en periferia cuándo se había emborrachado por culpa de Kim SeokJin.

"Tú..." él levanta la mano y le roza la mejilla, con el pulgar va a dibujarle los contornos de los labios, es tan raro este contacto, calido, dulce... ¿Por qué no hace nada para sustraerse? Justo en ese entonces en la cocina entran Jin e Irene, incómoda carraspeando se aleja un poco del alfa que sigue su mirada para entender el origen de la molesta intrusión.

"¿Nam como está Tae?" pregunta una preocupada Irene sentándose frente a él imitada por su pareja. JiSoo escucha en silencio el boletín médico del omega, triste asiente de vez en cuándo paladeando su café, levanta la mirada sintiéndose observada y se queda átonita cuándo encuentra la de Jin, está escudriñándola pensativo como si quisiera leerle el alma... ¿A qué se debe su actitud? Irritada arquea una cega y entonces él reconduce su atención sobre Nam y su conversación. Que raro, estár sentados los cuatros en la misma mesa a conversar como si nunca nada hubiera ocurrido entre ellos... extraño de verdad, como es extraña la sensación de indiferencia que está sintiendo.