Blood (J.J.K. - L.M. +18)

*59*

Son casi dos días que vaga por ahí, por esas colinas boscosas. Cuando se había alejado de la cabaña había tratado de recordar el trayecto que la habría llevado al aereopuerto, allí habría pedido ayuda, habría podido contactarse con JiSoo o JiMin, pero algo había ido mal... más bien demasiado torcido, durante el viaje la espía roja de la gasolina había empezado a relampaguear y pronto había sido obligada a retenerse. Había entrado en pánico porque la calle dónde se encontraba era poco frecuentada y costeada a los dos lados por manchas de árboles, de hechos cortaban en dos el bosque y peor aún no se veía alma viva. Había llorado lágrimas de frustración, estaba consciente que al Ranch probablemente ya habían dado la alarma, indudablemente debían haber informado también a JungKook, en cualquier sitio se encontrara en aquel momento. La tarde se estaba acercando y no sabía dónde encontrar refugio, había encontrado una chaqueta acolchada en el asiento posterior del coche y había buscado cualquier otra cosa podía serle útil, una antorcha, una botellita de agua usada y hurgando en el salpicadero se había quedado de piedra cuando había encontrado ese arma... una pistola. Se había preguntado porque Hyuna tenía consigo ese objeto tan peligroso, pero quizás le pertenecía a Dawn o algún otro empleado de la hacienda, también así le había parecido raro, en todo caso la había llevado consigo por si a caso hubiera encontrado algún mal intencionado o animal salvaje en el bosque, esperaba calurosamente que las dos cosas no coincidieran pensando en los cambiaformas que poblaban esa isla. Tomando los pocos objetos había vestido la chaqueta y se había adentrado en esa mancha verde misteriosa, esperaba encontrar un refugio, una casa dónde habría podido pedir ayuda, hacer una llamada pero había encontrado solo verde soledad, parecía adentrarse cada vez más en otro mundo, despoblado de humanidad y poblado únicamente por los ruidos de la naturaleza. El sol había desaparecido y ella no había encontrado a nada ni nadie, debía detenerse por la noche, no podía continuar y entonces se había acurrucado bajo un árbol arrimándose las rodillas al pecho, con la antorcha a iluminar frente a si... era una escena surreal que ponía escalofríos, los aullidos de los lobos a lo lejos de su escondite la ponían sobre alarma, estaba segura de que ya la estaban buscando... no había entendido si había empezado a temblar por el frío o el miedo, tal vez los dos... había tratado de quedarse despierta, pero tampoco se había dado cuenta cuando se había derrumbado en un sueño profundo quedándose durmida por horas. Lentamente una húmeda sensación sobre la mejilla la había hecho estrujar los ojos, se había sobresaltado asustada encontrándose el morrito de un cervato a pocos centímetros de la cara, el animal de los dulces y grandes ojos avellana a su vez se había asustado y había brincado no muy lejos, había parado su carrera un instante volviéndose a mirarla curioso una ultima vez... esos ojos le habían acordado mucho los de Chaeyoung, tan límpios y puros, el animal en fin se había perdido dentro el hondo del bosque. Bostezando se había estirado los músculos y los huesos, la antorcha se había descargado y había bebido las últimas gotas de agua que le quedaban, sin pensar más se había levantado y puesto en marcha, no habría estado capaz de pasar otra noche al aire libre. Aquella larga marcha la había probado, los pies quemaban por la fatiga, los pensamientos se sucedían vertigosos, no sabía cuántas veces en esas horas había rogado Dios de sacarla de esa situación, había rogado también a sus padres, a Chaeyoung, a Jackson... su querido Jack, tan bueno, tan fuerte, tan... había llorado desconsolada una vez más a su recuerdo, era por su culpa que había perdido su valiosa vida en las garras de aquel psicópata, sentía como si viviera dos vidas paralelas... se sentía atascada a aquella noche de tres años atrás cuándo había parido a su niño y todavía se sentía dentro de esa prisión donde había vivido años como un animal atado, hasta que estuvo allí se había transformado en alguién más para poder sobrevivir... no sabía más quién era exactamente. Se sentía prisionera entre dos realidades paralelas, ¿Cuántas personas diferentes había estado en su vida? Ha perdido la cuenta... la duda que su niño pudiera estár vivo de verdad la estaba matando, se había torturado el alma alejándose pero sabía que sóla no podía hacer nada, necesitaba ayuda, aunque sabía que él la había ilusionado solo por sus toscos fines. Había seguido caminando con ese arma en el bolsillo de la chaqueta, de vez en cuando la tocaba para darse valor, se había retenido muchas veces para tomar aliento y gracias a Dios había encontrado alguna raíz comestible, almenos esperaba que lo fuera. La mancha forestal parecía sin fin, tenía que ir adelante no podía rendirse ahora, no cuando por fin había alcanzado su anhelada libertad. Otro día estaba para acabarse, el cielo se había teñido con los tonos anaranjados del ocaso, estaba preocupada por su situación, tenía sed y no había encontrado ningún arroyo dónde poderla calmar... estaba segura de haberse alejado mucho de Jeon Ranch, ¿Pero damnación dónde se encontraba? Si sólo pudiera tener un mapa para poderse orientar. Ahora está sentada sobre la raíz saliente de un árbol a descansar un poco cuando de repente oyee un aullido agudo en lejanía, a su corazón falta un latido... no es como las veces anteriores, esta vez es diferente, una sensación de angustia se apodera de ella cuando advierte la sangre fluir más veloz en las venas y una picazón rara a la nuca, es como un hormigueo creciente... abre los ojos con horror, esta sensación solo puede significar una cosa... aterrada salta de pie y frenéticamente se mira alrededor, no está en su sano juicio, solo sabe que tiene que huír de allí inmediatamente, mientras corre a ciega extrae la pistola del bolsillo y la aprieta fuerte contra su pecho. El corazón está a punto de estallar, escucha pasos y voces cada vez más cercanos...¡No! No puede pararse, no volverá atrás, ese pensamiento destruye la mínima pizca de razón que todavía le queda... más bien prefiere morír. Tiene los pies llenos de vejigas, es doloroso dar otro paso más pero sigue adelante... está desesperadamente aterrada, cansada... esta escena ya se ha repetido demasiadas veces.