No te apartes de mí [Minhyun x Seonho]

열 셋

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Un año después

Lo he extrañado mucho. Como la nieve en el último día de invierno, o como aquella estrella fugaz que regresa a la tierra después de un millón de años. El no tenerlo tanto tiempo junto a mí me hizo darme cuenta de que la vida sin él es diferente, no tiene mucho sentido. Por eso es que últimamente he estado considerando en mudarme a su departamento, o a donde sea, mientras los dos vivamos bajo el mismo techo.

En tanto muevo con impaciencia el pie de un lado a otro, su rostro comienza a introducirse en mis pensamientos. ¿Lucirá más grande ahora? ¿Habrá mantenido esa expresión tan inocente de él? Reviso el mensaje de texto que le envié ayer por la tarde:

<< ¡Seonho! El contrato con Wanna One ha terminado, ¿sabes? Mañana tengo día libre, hay que vernos. Pero no te diré en dónde. Un auto pasará a recogerte, el chófer sabe la dirección>>.

Sinceramente me siento muy inquieto por este encuentro pero a la vez estoy emocionado. Recuerdo todas las horas que pasé preparando los platillos junto con Shin, mi amigo de la infancia, especialmente para esta ocasión. Espero que le guste, ansío ver su sonrisa de felicidad al ver tal festín, ya me lo imagino.

Sin previo aviso, caigo en un estado de ansiedad y empiezo a dudar de mí mismo. ¿Y si no viene? ¿Si en todo el tiempo que no nos vimos cambió? Un año es bastante tiempo, 365 días... cada quien en un camino diferente para alcanzar sus sueños. Pero mi corazón sigue siendo el mismo. Mi amor no ha desaparecido. ¿Seonho, todavía me quieres?

Un auto negro se detiene frente al establecimiento donde me oculto. Es él, ha llegado. Lo veo bajarse y observar con curiosidad el lugar: sus grandes ventanales, las macetas de flores variadas en la entrada y el enorme letrero en la parte de arriba donde se lee: Sichunju.

Salgo por la puerta trasera para no ser captado y me acerco por detrás como un gato. Cuando estoy lo suficientemente próximo, le cubro los ojos con las manos. Después me las retira mientras se da media vuelta y finalmente nos vemos sin preámbulos.

―Seonho ―sonrío de lado a lado. Ahora que la otra mitad de mí se encuentra a unos pasos, soy plenamente feliz.

―Hyung ―suspira. Sí ha cambiado, se ve más varonil y menos delgado, pero la expresión dulce todavía la tiene―. Te extrañé mucho ―se lanza a mis brazos segundos después. Su aroma me inunda el olfato por lo que aprovecho la oportunidad para inhalarlo y grabarlo en mi memoria.

―Es hora de descubrir tu sorpresa ―digo. Me separo de él y me lo encuentro con una expresión de asombro.

Enseguida le muestro un pañuelo negro que llevo en la mano. Cuando me acerco para amarrarlo, miro hacia sus labios rosados y siento un hormigueo por la nuca. Luego, coloco las manos sobre sus hombros y lo conduzco por el camino que lleva hacia el interior del Sichunju.

―Espero que te guste ―le susurro con extrema emoción antes de quitarle el pañuelo.

Observo que parpadea unas cuantas veces. El establecimiento no es de lo más lujoso, pero a mí me agrada por su tranquilidad y ambiente ameno. Además, necesitaba un lugar donde pudiéramos estar a gusto.

Las mesas son de madera junto con extensas bancas del mismo material. El piso es de loseta blanca, las paredes están decoradas con cuadros de diversos paisajes y las lámparas le dan un toque fresco al sitio.

―Él es mi amigo de la infancia, Shin Lee ―explico cuando noto que lo está viendo―. Estará con nosotros por si necesitamos algo.

Ambos se saludan con una reverencia.