No te apartes de mí [Minhyun x Seonho]

여섯

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Horas más tarde; después de agradecer a mis compañeros y familiares, y de grabar un par de videos, decido dirigirme hacia el baño para que su silencio me ayude a pensar con claridad.

Abro la llave del lavabo, formo una pequeña cueva con mis manos para llenarla de agua y así mojarme la cara. Seguidamente apoyo las manos sobre la pared y cierro los ojos. Comienzo a dilucidar que el público me ha elegido a mí por alguna razón y no debo defraudarlos.

Mientras un suspiro se me escapa de la boca, escucho que alguien abre la puerta.

―Hyung, ¿te sientes mejor? ―es Seonho. Me alegra que sea él.

Sin pensarlo dos veces, camino con desespero hacia donde se encuentra, y la distancia se acorta entre nosotros cuando lo rodeo con mis brazos. Aprieto su cuerpo contra el mío, tanto que me es posible percibir los latidos de su corazón. O tal vez, son los míos los que siento. Ahora ya me da igual, deseo que los dos nos hagamos uno.

―Seonho, muchas gracias por lo que hiciste allá afuera ―susurro a su oreja. Un aroma a colonia mezclado con sudor me inunda el olfato.

―Ni que lo digas. Es debido a ti que ahora soy una persona diferente ­―siento sus manos que se aferran a mi espalda―. No lo hubiera logrado si no te hubiera conocido.

―¿Por qué dices todas esas cosas? ―le pregunto.

―Ya te lo dije, tú me gustas mucho. Y espero que algún día me correspondas.

Deshago el abrazo y deslizo las manos hacia su rostro. Con los pulgares le acaricio las mejillas. Después lo miro fijamente a los ojos y él a mí, ahora se ha relamido los labios y aquello provoca que desvíe la mirada hacía esa parte. Brillan y están un poco resquebrajados. Vuelvo la vista hacia sus ojos. Tiene la boca entre abierta por lo que su respiración choca contra la piel de mi barbilla.

Yo me acerco todavía más hasta el punto de ser capaz de sentir el ángulo de su nariz friccionando contra la mía.

Él cierra los ojos.

Entonces, finalmente lo beso.

Y también cierro mis ojos.

Ha sido un beso corto y tierno, pero es suficiente para encender mi cuerpo. La suavidad de sus labios me provoca una sensación placentera en mi nuca y en la parte baja de mi cadera.

Creo que él ha sonreído, aunque no lo dejo terminar pues nuevamente lo beso, ésta vez decido ejercer un poco de más presión.

Percibo la punta de su lengua sobre mis labios y yo abro la boca. Me asombra lo abrasador de su interior, es tan candente. Ladeo un par de veces la cabeza para acentuar el beso. Lo que deseo ahora es ilícito, sin embargo, una imagen bastante provocadora se cruza por mi mente, así que pego mi cuerpo al de él lo más que puedo. Una de mis manos deja su mejilla y se posiciona detrás de su cabeza para acariciarle el cabello; mientras, la otra resbala hacia su cintura y se introduce bajo sus pantalones. Antes de que empiece a tocar algo, Seonho se aleja repentinamente.

―Hyung ―murmura con voz débil.

Lo miro a los ojos tratando de adivinar sus pensamientos. Están tintineando bajo la luz de mis deseos.

Saco la mano de su pantalón y camino hacia la puerta para cerrarla con seguro. Así nadie podrá interrumpirnos.

Cuando volteo, él se parece a un jitomate humano. El rostro lo tiene todo colorado.

―Tú eres lo más lindo que he visto en mi vida ―digo, antes de volver a besarlo.

Esta vez no pierdo el tiempo y escurro mis manos bajo sus pantalones para deleitarme con su trasero. Es tan redondo como un durazno. Seonho se quita el saco y lo tira al suelo, después comienza a desabrocharse los botones de la camisa. Dejo de besarlo en los labios y muevo la boca hacia su cuello. En tanto lo hago, mis manos pasan a tocar un bulto escondido tras sus calzoncillos y lo aprieto para sentir todo su grosor.