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Al abrir sus ojos lo primero que notó fue un claro tono azul en el cielo, el brillo del sol era tan fuerte que fue orillada a cerrar sus ojos nuevamente. Lentamente se fue incorporando del suelo duro y notó las ruinas a su alrededor.

¿El castillo Heinstein? ¿Por cuánto tiempo estuve durmiendo? ¡Los espectros! — Inmediatamente se puso de pie, sus piernas estaban algo débiles y tuvo que apoyarse de grandes rocas para no volver a caer el suelo.

Pandora no recordaba absolutamente nada de lo que había ocurrido, sólo recordaba haber estado regañando a Radamanthys por su irresponsabilidad de mandar tropas al santuario y perderlas.
Sentía como si hubiera estado durmiendo durante días, estaba confundida y desesperada por no poder encontrar un rostro familiar; en momentos así incluso ver el horripilante rostro de Zeros sería reconfortante.

No te esfuerces, todos están muertos — Dijo una voz que ella reconoció inmediatamente.

S...señor Hades ¿Cuánto tiempo ha pasado? — Preguntó asustada la chica.

Unos meses probablemente, Athena nos ha derrotado y Pegaso destruyó mi cuerpo, sólo tú puedes oírme por ahora — El aire comenzó a hacerse cada vez más pesado y una gruesa capa de humo negro comenzó a envolver toda la zona de lo que fue una vez el castillo.

¿Hay algo que pueda hacer? Por favor, permítame compensar mi incompetencia, puedo llamar a los dioses Hypnos y Thanatos, seguramente ellos... — La alemana buscó con su mirada su tridente, sin embargo, la voz de su señor la interrumpió esa pequeña tarea.

Tampoco será de mucha ayuda, desaparecieron, probablemente no sepamos de ellos hasta dentro de doscientos años y cuando una nueva Pandora despierte. Pero yo no tengo tiempo, hay almas errantes por la tierra y deben ir al inframundo, pero necesito mi cuerpo para levantarlo — Explicó el Dios.

Podría intentar buscar otra persona con el alma pura, debe haber alguien — Ofreció la chica, claramente se notaba que estaba desesperada.

No, tengo una idea mejor, Andrómeda es todavía un buen candidato. Tomaré su cuerpo y usaré su puesto en el ejército de Athena como ventaja, la atacaré cuando más vulnerable se encuentre — Explicó la presencia de Dios.

¿Cómo planea infiltrarse sin que Athena lo descubra? Incluso si logra evadirla, ella siempre es vigilada por sus caballeros de bronce — Explica Pandora.

Es precisamente en donde entras tú, usaré tu cuerpo como escondite temporal y me llevarás ante Andrómeda, ¿Tienes recuerdos de  como me ayudaste a poseer al chico de hace doscientos años? Has exactamente lo mismo, del resto me encargaré yo y tú buscarás la manera de despertar a mi ejército sin que Zeus se de cuenta — Explicó Hades.

Haré todo lo que se encuentre a mi alcance, no voy a defraudarlo — Con cuidado se alejó de la roca que usaba como apoyo, y lentamente se fue inclinando para hacer una pequeña reverencia.

Ahora prepárate, entraré en tu cuerpo; probablemente llegues a toser sangre, pero es normal, no eres la persona destinada a albergar mi alma — Avisó Hades, antes de que el humo negro que rodeaba la zona se reuniera para formar una pequeña esfera negra.

Pandora vió la esfera ante ella e inmediatamente lo que debía hacer. Con mucho cuidado la tomó entre sus dedos y la llevó a su boca y mordió aquella cosa explotando en el interior de su cavidad bucal, la esfera se había convertido en un amargo y rancio líquido que ella tragó con dificultad.
Minutos después de haber consumido esa pequeña esfera, Pandora tuvo un pequeño ataque de tos, al revisar sus manos notó que estaban manchadas de sangre, debía apresurarse si no quería que su vida termine sin haber cumplido su deber.

Otro lugar

Señorita Saori, me complace ver que finalmente ha regresado del Olimpo sana y salva — Exclamó con alegría Tatsumi.

¡Saori! ¿Supiste porqué Zeus pidió verte? ¿Acaso nuevamente hay un enemigo al que debemos derrotar? — Preguntó Seiya irrumpiendo en el estudio donde se encontraba Saori.

¡No seas irrespetuoso con la señorita, y toca antes de entrar! — Gritó con molestia el mayordomo.

No interrumpas Tatsumi ¿No ves que hablo con Saori? — El castaño se cruzó de brazos al ser interrumpido.

¡Maldito mocoso, te voy a enseñar buenos modales...! — Tatsumi alzó la mano para intentar golpear al castaño, pero inmediatamente Saori les llamó la atención.

Tatsumi, déjalo por favor, puedes retirarte — La chica no los miró directamente, pero alzó su voz para hacerse notar.

Como ordene mi señora, con permiso — Tatsumi hizo una reverencia de respeto hacia la joven heredera y se retiró, no sin antes mirar al caballero de Pegaso, diciéndole con la mirada que después arreglarían cuentas pendientes.

Que idiota — Rió sin mostrar temor por la mirada de Tatsumi y nuevamente dirigió su atención hacia la joven chica — Ahora ¿Qué fue eso tan importante como para solicitar una audiencia contigo, Saori?

Saori guardó silencio unos minutos, parecía dudar sobre si decirle que Hades ahora estaba con vida, aún después de haber movido cielo, mar y tierra para volver a la normalidad a Seiya después de haber sido gravemente herido por el Dios del inframundo.

Algo que sólo le corresponde al santuario y a mí, me temo que no es algo en lo que puedan ayudar ustedes, mis fieles caballeros — Respondió la chica, de esa manera ella se negaba a revelar la valiosa información, no por egoísmo y tampoco por capricho, simplemente quería proteger a sus caballeros de bronce, ya no quería involucrarlos más de lo que ya estaban con ella.

Saori, sabes que puedes decirnos cualquier cosa, nosotros somos los encargados de protegerte y velar por tu bienestar después de todo — El castaño sonrió con amabilidad a la chica, intentaba transmitirle confianza.

La conocía lo suficiente como para saber que ella estaba tensa, muy preocupada por algo, aunque no lo decía era fácil de saber por sus ojos y la manera en que jugaba con unos pedazos de papel en el escritorio frente a ella.
Saori sonrió y dejó el magullado pedazo de papel a un lado, no iba a ser capaz de ocultarlo mucho tiempo y él tarde o temprano lo sabría.

Bien, pero quisiera hablarlo con todos ustedes en privado y que me hagan prometer que no harán nada hasta que yo les diga — Respondió la chica.

Vamos Saori ¿Cuando hemos hecho algo qué...? — Seiya estaba por decir algo cuando la joven Diosa lo interrumpió.

En realidad, hablaba más por ti Seiya. Te conozco lo suficiente como para saber que harás algo completamente irresponsable, y expondrías tu vida, por eso me sentiría más cómoda si todos están presentes, así puedo tener la seguridad de que la probabilidad de que no harás nada hasta que yo lo ordene — Explicó la chica.

Saori no era tonta, desde esa pequeña reunión comenzó a sentir un extraño presentimiento. Ahora que Hades estaba suelto tenía que mantener la guardia en alto, aún teniendo la palabra de Zeus de vigilarlo ella no confiaba en absoluto, conocía al Dios del inframundo y sabía que él no aceptaría tan fácilmente una derrota.

Lo que ella no podía predecir, es que lentamente se aproximaba la persona que cambiaría por completo el destino de dos de sus caballeros.

My Dear Persephone - Shun/Hades x HyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora