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Al llegar a la mansión todos se percataron de la ausencia tanto de Shun como de Hyoga, aunque buscaron por todos los alrededores de la mansión Kido no hubo rastro alguno de ambos jóvenes; las cámaras de seguridad ni siquiera funcionaban, estuvieron todo el tiempo apagadas y los pocos guardias que estuvieron vigilando, todos ellos aseguraron no haberse percatado de tal error.

- Señorita Saori, ya le pregunté a todos los demás caballeros de bronce y nadie los ha visto - dijo Shiryu a su diosa.

Saori observaba el clima nublado por la gran ventana de su estudio, estaba de más decir que se encontraba desconcertada y muy preocupada por sus caballeros ¿A dónde se pudieron ir? Para ella no tenía sentido que de la nada hubieran decidido irse sin avisar, sin dejar una nota y sin ninguna de sus pertenencias y sobre todo, sin sus respectivas armaduras.

- creo que sólo puede significar una cosa - murmuró la chica de cabellos s violetas.

- ¿Sucede algo Saori? - preguntó Seiya a su diosa.

Saori se giró para ver a sus caballeros restantes, en estos momentos un sólo nombre podía llegar a su mente, la persona que creía podría estar detrás de todo esto; mentalmente se regañó asi misma por no haberse dado cuenta antes, la respuesta que tan desesperadamente había buscado días atrás estuvo delante de ella todo el tiempo.

- Hades definitivamente ha regresado - dijo finalmente la diosa.

- ¿Estás diciendo que mi hermano fue raptado por Hades? - la cuestionó el cabello de fénix, quién sólo porque no tenía idea de dónde empezar a buscar no abandonaba la mansión.

- No raptarlo, pero sí tomar su cuerpo una vez más y quizá en donde se encuentre Hades también podamos encontrar a Hyoga - ella no lo demostraba con palabras, pero su mirada estaba cargada de una gran frustración al no haber hecho nada cuando aún había tiempo.

Pudo detener todo cuando todavía no era tarde, prácticamente Hades se ocultaba frente a ella y fue demasiado confiada al creer que el dios del inframundo no sería capaz de ir a la boca del lobo, pero una vez más su confianza la traicionó y ahora dos de sus caballeros estaban en grave peligro. Pero aún no era tarde, todavía podía enmendar su error y salvarlos a ambos.

Otro lugar, inframundo.

- Mi señor Hades, finalmente ha logrado despertar completamente

En la entrada del templo de Hades esperaba Pandora, la siempre fiel sierva del dios del averno.
Hades aún en el cuerpo de Shun no reaccionó en absoluto al verla, después de todo era su trabajo estar allí.

- no vine solo - respondió con calma.

Pandora no comprendió en un principio sus palabras, al menos no hasta que vió en los brazos de Minos una persona que intentaba por todos los medios zafarse del agarre del juez, el caballero de cisne ¿Por qué su señor se tomaría la molestia de tomar un rehén? Aunque no debía cuestionar sus acciones no podía evitar sentirse extrañada.

- es mi Persephone, finalmente la encontré

Confesó finalmente y la chica miró con sorpresa a su señor, era simplemente imposible que se trate de ella, en primer lugar porque se supone que Persephone desapareció de la faz de la tierra, ni siquiera Zeus sabe dónde está.

- ya... ya comprendo, mi señor. Entonces cuidare de "Persephone" como lo hice hace muchas vidas atrás - dijo no muy convencida.

Aunque Pandora tenía que admitir que una escena similar ocurrió en la época del mito; era imposible olvidar un rostro tan asustado y enfadado como el que tenía Persephone cuando llegó por primera vez al inframundo.

- ¡Sueltame maldito desgraciado! ¡Sueltame o te arrepentirás de las consecuencias! - exclamaba con su voz cansada el ruso.

- ¿Podrías preparar su vieja habitación? Estoy seguro que estando en un ambiente conocido podría despertar su memoria - ordenó el dios, a lo cual Pandora asintió y se retiró para dejar a los tres a solas.

- Minos, sueltalo y retirate a cumplir tus obligaciones

El mencionado inmediatamente lo soltó dejándolo caer al suelo y después se retiró sin decir ni una sola palabra, pero sí riendo a carcajadas cuando lo vió caer al suelo.
Hyoga al ver que de nuevo era libre de moverse inmediatamente se abalanzó contra Hades para intentar golpearlo en el rostro, sin embargo él logró esquivarlo sin siquiera prestarle gran atención.

- iluso, si me dañas sólo dañarás a Shun, además, puedo leer cada uno de tus movimientos; está no es la primera vez que intentas golpearme ¿Acaso olvidas cuando te traje aquí? Esa cara de enfado, miedo y frustración era exactamente la misma que pusiste cuando te dije que esté sería tu nuevo hogar - explicó Hades.

Hyoga al saber que no iba a ser sencillo dañarlo sin dañar a su compañero de armas simplemente bajó su mano, pero se mantuvo a una distancia prudente de él, no quería tomar riesgos.

- ¿Por qué insistes en que soy Persephone? Hasta donde sé yo no tengo ninguna relación con el Olimpo y mi madre era una humana, no una diosa - exclamó el ruso con gran enfado.

- lo eres, puedo verlo en tu cosmos y tus ojos son similares a los de ella, estoy seguro que si mi amada eligiera un recipiente para reencarnar ese serías tú

- no es verdad

- sí lo es

Podrían estar así todo el día y no llegarían a nada, Hades insistía en que él era su esposa desaparecida y Hyoga negaba completamente el hecho de serlo; ninguno de los dos quería dar su brazo a torcer tan fácilmente.

Primera prisión

Sin embargo, alguien en otro lugar del inframundo celebraba la llegada de la esposa de Hades con gran devoción; Minos, la estrella celeste de la nobleza sonreía para sus adentros ante la idea de tener una vez más a esa "florecilla" que escapó de sus garras tiempo atrás, y no sólo a ella, sino también al caballero que se atrevió a humillarlo en la última guerra santa. Esta sería una gran oportunidad para poder poseer al objeto de su deseo y a la vez hacer sufrir a quien más detestaba en toda la faz de la tierra.

- cuando menos lo esperes, cuando nadie observe y cuando creas que la soledad es tu única compañera, entonces yo estaré allí para estropear cada uno de tus pétalos, diosa de la primavera y también... Arrancaré cada una de tus alas para que no vuelvas a volar, cisne~

De sólo imaginar esa expresión de dolor y esos gritos suplicándole parar hacia que su corazón se estremeciera, pues él era así, era un complemento sádico que encontraba placer en el sufrimiento de sus rivales; es por eso que siempre se tomaba su tiempo para matar a sus víctimas, ya que él encontraba divertido verlos retorcerse un rato y verlos llorar de impotencia, mientras sus miembros se torcían con un muy simple movimiento de sus dedos.

My Dear Persephone - Shun/Hades x HyogaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora