Sweet, sweet, little cupcake •°changharem°• (+18)

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Si les gusta Sehun y Taehyung y una buena historia bangtan, lean Lluvia de Estrellas en mi perfil, 100% recomendado.

(...)

—Espero que no sea nada turbio —repuso Ann, con una mueca, al ver el rostro de disfrute de su amigo, imaginando los peores escenarios posibles que estaban teniendo desarrollo en su cabeza. —Porque de ser así, me niego a participar a cualquier cosa que propongas.

—Ann, precisamente tú, serás la piedra angular para comenzar con esta noche en la que haremos sufrir a mis compañeros —bramó Seo, triunfal. —Vamos a gastarles una jugarreta a Stray Kids. ¿Qué os parece?

—¿En serio? ¿No creees que estás exag...— comenzó a decir Jeongin, pero Soyeon volvió a colocarle la mordaza, antes de que el pequeño continuase hablando y provocara que Changbin se retractara en su idea.

—Yo me apunto —dijo, decidida.

—Estoy con Soyeon. Si vamos a divertirnos, que al menos sea a lo grande —secundó Kang, frotándose las manos. —Y de paso te ayudamos, claro.

—No sé yo si será buena idea... —comentó el español, preocupado porque fuera precisamente él el origen de la broma que Seo se encontraba planeando. Después de haberlo prácticamente obligado a secuestrar al maknae de Stray Kids, veía a Changbin capaz de mandarle cualquier cosa. —¿Y si algo sale mal?

—Os tengo a vosotros. No se atreverán a hacer nada mientras estéis aquí. ¿Quién no conoce a Blackpink o HeptaFam? (G)I-DLE y TXT son grupos cercanos a nosotros —informó con los brazos cruzados. —Mi grupo está compuesto de gente que solo se basa en las apariencias. Por quedar bien con vosotros, hasta pondrían la otra mejilla.

—¿En serio? -preguntó Soyeon, sorprendida. —Al final hasta debería de haber traído el bate.

—¡Soyeon! —exclamó la tailandesa, llevándose una mano al pecho, escandalizado por la brutalidad de su amiga. —¡Diablos! ¡No estamos aquí para hacer una masacre! ¡Mira, incluso has asustado al pobre Jeongin!

Y era cierto, Jeongin intentaba por todos los medios deshacerse de las ataduras que lo mantenían preso en aquella habitación, pero al ser consciente que había sido descubierto, tragó saliva duramente. Aquel grupo no le inspiraba demasiada confianza.

—¿Entonces? ¿Qué haremos? —quiso saber el pelirrojo, curioso por el plan de Seo. En realidad no es que le hiciese tampoco demasiada ilusión, pero si con eso su amigo se pondría mejor, incluso agarraría el bate de Soyeon y se pondría a golpear cabezas a diestro y siniestro.

Menos a los suyos, claro.

—Bueno, tenemos a Jeongin. ¿Que os parece ir empezando por una pequeña broma para Seungmin? —sugirió Changbin, con una sonrisa diábolica. —Pero necesitaremos la obligatoria colaboración de Ann. Sin él, no funcionará lo que tengo en mente.

Todos miraron a Sanissi, quien parpadeó confundido. ¿Para qué lo necesitarían precisamente a él?

—Está bien —suspiró rendido. —¿Qué tengo que hacer?

(...)

—Recordad el plan —susurró Changbin, divertido por la incomodidad del menor al tener tan cerca a alguien como Ann. —Sobre todo tú, Jeongin. Nada de echarse para atrás. Me lo debes.

Les había costado más convencer al español, pero cuando lo retó alegando que no podría conseguir llevar a cabo una misión tan sencilla como aquella, este prácticamente ordenó que le explicasen lo que debía de hacer.

Ann era demasiado tozudo. Y cuándo alguien lo molestaba diciendo que no podría lograr algo, movía cielo y tierra tan solo para demostrar lo contrario.
Y era precisamente eso lo que lo volvía realmente peligroso. Seguiría atacando hasta llegar a su meta.