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—¿Qué tal ha ido? —preguntó Changbin al ver como Ann llegaba a la habitación sin la compañía de su menor.

—Creo que bien —respondió, no muy convencido. —Si tu idea era que esos dos pelearan de alguna manera, creo que lo has conseguido. Con tan solo un beso de cinco segundos he destruido una relación de bastantes años. Me siento hasta importante por dicho logro. Bueno... ¿Me he ganado mi tarta?

—Lo has hecho perfecto —halagó el bajito, orgulloso por las dotes escénicas de su amigo, aunque algo amedrentado precisamente por lo mismo. Desde luego, apreciaba no ser el enemigo del español. —Aunque seguramente luego tengas que volver a ayudarme, ahora es el turno de Soyeon.

—¿El mío? —la muchacha al oír su nombre se preparó con una sonrisa socarrona, crujiendo manos y cuello. —¿Qué debo hacer?

—Todavía no lo sé. Chan y Woojin son seguidores incondicionales de (G)I-DLE, aparte de que te conocen y temen en menor medida. Cualquier cosa que salga de tu boca, la creerán incluso a tientas y ciegas —respondió, cruzado de brazos.

—Bueno, si con Seungmin funcionó lo de Ann, yo podría intentarlo con Chan, pero en vez de con unos besos, ¿que te parece unos buenos derechazos?... —sugirió la rubia haciendo gestos agresivos con los puños, simulando a un boxeador, pero Seo negó con la cabeza.

—Tal vez podamos hacer otra cosa.

(...)

—¡Soyeon! —exclamó el azabache persiguiéndola por el corredor de aquella casa —¡Espera!

—¡No pienso hacer eso! —protestó la chica, ya agarrando el pomo de la puerta. —¡No puedo hacer algo así! ¿Como piensas que me sentiré una vez te lo presente?

—Soyeon, será mejor que no grites aquí...—susurró Changbin, en vista de que el resto de los integrantes salían al pasillo para ver que eran esos gritos. Sin embargo, en cuanto vió los rostros confundidos de Chan y Woojin, sonrió internamente.

—Pero es que no puedo entenderlo —insistió ella, frunciendo el ceño. —¿Acaso sabes como es? Puede que luzca como una persona dulce, pero es todo lo contrario. ¿Por qué no te quedas con Woojin o Chan? Ellos serían mejor para tí.

—¡Soyeon! —un intenso sonrojo inundó el rostro del aludido, observando como el resto de Stray Kids se miraban entre ellos, para luego mirar al mayor de todos y al líder, al ser nombrados por la rapera. Oh, sí, ahora mismo estaría nominado al Óscar como mejor actor del año. —Mejor volvamos a mi habitación...

—No —protestó ella, amenazando con salir por la puerta principal. Ambos estaban bordando su papel. —Porque me seguirás insistiendo en que te lo presente. Ya te he dicho que para buscarte mayorcitos, tienes a Chan o Woojin.

—Ellos no son como él... —murmuró, tratando de que los demás no lo escuchasen aunque buscase el efecto contrario. —¿Podemos volver a la habitación? En serio, es mejor que...

—¿Por qué diablos insistes tanto? —Jeon estaba a punto de perder la paciencia. —Mira, como amiga que soy, te diré una cosa. Si realmente quieres darle celos a Woojin tirándote a alguien, tan solo reconoce que lo has hecho con Chan y ya está...

—¡¿Qué Changbin ha hecho qué?! —atronó la voz del más mayor, asustando a quienes estaban manteniendo aquella acalorada conversación.

—Te dije que no habláramos de eso aquí... —murmuró el bajito, maldiciéndose por lo bajo. —En serio, habría sido mejor haberlo usado a él que esto.

—¿Quién es ese él del que tanto habláis? —preguntó Chan, ahora interesado por el hombre que Changbin quería utilizar. No, no estaba molesto por descubrir que el menor lo estaba utilizando solo para acercarse a Woojin. Para nada.

Sweet, sweet, little cupcake •°changharem°•  (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora