Sweet, sweet, little cupcake •°changharem°• (+18)

7

Habían pasado ya dos días desde que Changbin había comenzado con lo que denominaba como "Operación: Eliminar al líder". Sin embargo, los resultados que había cosechado no eran para nada satisfactorios.

Si bien se había ganado la indiferencia del mayor, lo que más lastimado había salido era su orgullo. Taehyun le había dicho incluso que era bastante lindo.
Incluso cuando compartía momentos íntimos con Seungmin y Jeongin, estos le aseguraban lo mismo.

¿Entonces por qué el mayor no caía del mismo modo que ellos?

—Ah, estoy tan cansado —bufó, tirándose sobre el sofá mientras llevaba una camiseta azul cielo que le había robado a Woojin. Al mayor no pareció importarle que Seo la usase sin permiso, no después de que su menor comenzase a comportarse de una manera algo... extraña. Los pucheros de Changbin se estaban convirtiendo en su debilidad.

—No seas maleducado —le reprochó Bang al ver como las delgadas piernas del mayor quedaban al aire —Y por dios, tápate. Nadie quiere ver tus zancos de pollo.

El comentario provocó la risa general.

Inclusive Seungmin y Jeongin, quienes últimamente habían formado un vínculo bastante estrecho con el rapero, se unieron al concierto de carcajadas pero al notar la furiosa mirada del mayor, se callaron.

—Eso no ha estado bien, hyung —salió Yang en su defensa. —Changbin hyung es libre de vestir como quiera.

—Innie tiene razón —secundó Seungmin —¿Cuál es el problema de que muestre sus piernas? Todos ya nos hemos visto casi desnudos.

—¿Casi? —preguntó divertido el líder, esbozando una sonrisa maliciosa —Estoy seguro de que algunos ya se han visto sin nada.

A Changbin casi le dió un infarto cuando escuchó salir eso de los labios de Christopher. ¿Cómo demonios sabía él lo que hacía con los menores?

Incluso los pequeños se miraron confusos, no entendiendo como demonios el mayor los había descubierto. ¿Los habría estado espiando?

—¿A qué te refieres? —quiso saber Hyunjin, ya que al igual que los demás, no entendía a qué se refería.

—Oh, me refiero a que cualquiera ha podido tener algún accidente y ver sin querer algo que no quería. ¡Maldita sea Félix, acuérdate de cerrar la puerta del baño con pestillo! —exclamó el rubio con una mueca de desagrado.

—¿¡Qué!? ¿¡Has visto "my sausage"!? —se escandalizó el segundo miembro de la " aussie line", volviendo el ambiente festivo de antes.

Seo suspiró, aliviado. Menos mal. Por un momento creyó que Chan había descubierto lo que estaba intentando hacer.

—Oh, por cierto. Tengo algo en la habitación para ti, Changbin. —comentó el líder, volviendo a disparar todas las alarmas del aludido —Recuérdame que te lo dé después.

—Ah, de acuerdo —respondió, intentando no verse afectado por aquello.

¿Chan? ¿Queriendo darle algo? Aquello sonaba a sucia trampa. Ni más ni menos.

(...)

—¿Qué es lo que quieres? —preguntó Changbin con el ceño fruncido y los brazos cruzados, ya en la habitación del líder.

—¿Perdón? —Chan alzó una ceja, confundido. —¿A qué te refieres?

—Oh, vamos. No te hagas el tonto. —bufó el bajito con impaciencia —Ambos sabemos que me odias. No me citarías a solas si no es para joderme aún más la existencia.

—En eso, te doy la razón. Me encanta "joderte la existencia", como bien has dicho. —repuso con una sonrisa que a ojos de Changbin, se le hizo incluso macabra —Sin embargo, y por mucho que te cueste creerlo, no. No te odio.