𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘃.

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𝗰𝗵𝗮𝗽𝘁𝗲𝗿 𝘃.
𝗮 𝗻𝗲𝘄 𝗽𝗿𝗶𝗻𝗰𝗲
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—¿PODEMOS REPETIR EL PLAN? POR FAVOR —pidió Lance y Pidge rodó los ojos ante eso.

Lance no podía dejar de mirar su reflejo en el espejo. Estaba impresionante, mejor de lo que ya lo solía ser a diario incluso. No recordaba haberse sentido tan cómodo y limpio desde hacía mucho tiempo. Las telas celestes se amoldaban a su cuerpo con suavidad, resaltando su delgada figura.

En un principio se había sentido inseguro ante la idea. Tenía poca masa muscular debido a la falta de grasa y comida, a un príncipe de incontables riquezas no se le notaban las costillas tanto como a él. Por suerte, Hunk era bueno con su trabajo. Consiguió disimular con las telas sus costados huesudos con éxito. El contraste de las distintas tonalidades de azul resaltaba sus ojos azules como el mar por el que tanto tiempo navegó de pequeño.

—Te llamas Lancelot del reino de Olkarion —recordó Pidge molesta, mientras luchaba por acomodarse en la falda de su traje. Llevaba un cinturón repleto de moneditas, que hacían ruido al más mísero ruido, y golpeaban su vientre descubierto. A Lance le resultaba extraño ver a su amiga así vestida. Y más teniendo en cuenta que ni ella misma parecía sentirse cómoda en las telas. Trató de colocarse el velo de la cabeza, provocando que la diadema de monedas se le enredara en el pelo—. Has recibido una invitación a palacio como candidato a casarte con el príncipe de Altea y punto. ¿Alguien me explica cómo se pone la cosa esta? —dijo desesperada cuando el velo acabó por retorcerse y hacerse un nudo.

Lance tomó el velo entre sus manos, riéndose del aspecto de su amiga. Podría estar vestida de las mejores telas del país, y aun así seguía viéndose como una chica callejera. Desenredó el nudo con gran habilidad y lo colocó, dejando que cayera en su espalda.

Sintió una pesadez en el estómago al hacerlo. Un recuerdo de su hermana menor, vistiéndose con telas de exportación de bastante calidad con ayuda de su hermana mayor, Verónica, acudió a su cabeza. Las lágrimas de su hermana al verse incapaz de ponerse semejante vestido y la facilidad con la que se lo colocó Verónica. Ese recuerdo lo volvió a vivir en compañía de Pidge, solo que esta vez, él no estaba escondido en una esquina, sino tomando el papel de su hermana.

Se alejó a de la chica y se revolvió el pelo, incómodo. Las lágrimas insistían en volver a sus ojos por su familia como tantas noches. Pestañeó verías veces con tal de quitarse cualquier rastro de debilidad.

Volvería a verlos. Y les daría la vida que nunca pudieron costear.

—Entonces —continuó Lance, evitando mirar a Pidge—, ¿entro y me presentó en medio del palacio llamando a la puerta o qué?

—¡Claro que no! —se apresuró a exclamar Hunk negando con la cabeza. Con un chasquido hizo desaparecer el espejo y los alfileres que habían estado flotando a su alrededor—. Así no vas a impresionar a nadie. Tenemos que pensar a lo grande.

𝗔 𝗪𝗛𝗢𝗟𝗘 𝗡𝗘𝗪 𝗪𝗢𝗥𝗟𝗗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora