• Día 3

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Steve

Volví a mirar el teléfono y la decena de mensajes que me estaban llegando por momentos. ¿De verdad esto era necesario?

Odiaba que la tecnología cada vez fuera más necesaria en el día a día, incluso para ser padre.

Ahora había grupos de WhatsApp para los padres de cada clase en el curso de Maria. Me ha parecido bien cuando me lo han propuesto porque parecía algo práctico, pero ahora al ver lo mucho que escribían me parecía un descontrol de tecnología.

Hablaban hasta para preguntar sobre alguna prenda de un niño perdida y tras eso uno a uno respondía en una cadena interminable. ¿Era absolutamente necesario responder cada vez? Era absurdo que hasta para decir mil veces no debieran contestar. Yo con un visto me daría por aludido de que es un no. Creía que esto sería más para aclararnos sobre las actividades que los niños puedan tener, pero parecía más un cotilleo.

Finalmente, harto del sonido terminé silenciando el grupo por un rato. Parecía que la hora de salida del colegio era la más activa, lo cuál era estúpido ya que la mayoría de madres y padres estaban aquí.

Volví al mundo real, dejando al fin la tecnología a un lado, y observé por el retrovisor como Maria trataba de peinar a Morgan el poco pelo que tenía.

– ¿Cuándo le crecerá más? Quiero hacerle trencitas como las que tú me haces.

– Pronto, princesa. Seguro en un par de meses podremos hacerle coletitas pequeñas –le sonreí.

– Otitas –balbuceo Morgan.

– ¡Sí! Coletitas –repitió Maria, emocionada.

La puerta del copiloto se abrió de golpe y entró Harley con mala cara.

– ¿Qué te pasa?

– Me han prohibido jugar el próximo partido de fútbol... –refunfuñó.

Otra vez... Ya sabía lo significaba eso y lo tenía merecido.

– Has vuelto a suspender –afirmé–. Sabes lo que pada cuando no estudiar, si no lo haces ya sabes lo que va a pasar, así que tú solo te buscas el problema y quizá algún día así aprendas. ¿Qué asignatura ha sido esta vez?

– Historia. Nos puso un examen sorpresa, no es justo –respondió cruzándose de brazos.

– Por eso siempre tienes que estar al día con el estudio. Mira Peter como no tuvo ese problema.

– Sí, pero a mí me gustaría dejar de ser virgen antes de los 18, gracias –dijo sarcástico.

Oh Dios. ¿Cómo se atreve a decir tal cosa? ¡Y frente a sus hermanas!

– ¡Harley! Vigila tus palabras.

Johnny entró rápidamente en el coche, acomodándose entre los asientos de Maria y Morgan, y sacó su teléfono sin decir nada.

– Como mínimo podrías saludar –le llamé la atención.

Respondió con un gruñido y rodé los ojos. Era una batalla imposible ir contra la tecnología. Probablemente era uno de los mayores contras de estar con alguien que se gana la vida creando nuevas tecnologías.

En casa teníamos absolutamente de todo tipo de nuevas tecnologías innovadoras, incluso algunas ni siquiera estaban a la venta. Especialmente todas eran ideas de Tony, las cuales no se animaba a enseñarle a su padre para que aprobara su fabricación. Se volvió muy inseguro desde que su padre rechazó un par de sus propuestas hace unos años porque decía que eran similares a ideas suyas. Por eso ahora debo soportar a Tony creando sus ideas en el garaje y utilizarlas en casa. Algunas cosas son prácticas, como un cerrojo con mando a distancia para nuestra habitación o el panel de manaje de la bañera, pero otras cosas terminan incendiando el garaje.

SUPERDADS - Día A DíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora