Tony
Cogí el informe que me extendía Pepper, mi ayudante, y lo dejé en el montón con el resto de informes.
– Gracias, Peps, creo que ya están todos.
– ¿Quieres que se los lleve a tu padre?
– No, yo mismo se los daré. Vete a casa y yo termino.
– ¿Seguro?
Asentí con convicción.
Ya se habían pasado casi dos horas de la hora de salida y no podía hacerla trabajar más.
Había sido un día horrible y estresante. Mi padre me había presionado para tenerle todos los informes hoy, pero era culpa mía por siempre dejar todo para el último momento y no tenía ni la mitad redactados. Sino fuera porque Pepper se quedó a ayudarme aún continuaría con ellos. Así que al menos ella se había ganado el irse a descansar, mientras yo terminaba de pasar al pc todas las cuentas de todos los proyectos que habíamos hecho este año.
Siempre me pasaba lo mismo y ya estaba acostumbrado a tener uno o dos días al mes así, pero hoy me sentía mal porque justo había caído en el único día que Steve y yo tenemos la casa para nosotros solos.
Al padre de Steve le gusta 2 o 3 veces al año hacer una noche de nietos. Se quedan todos a dormir, se ponen película y juegan a todo tipo de juegos, además de la comida chatarra y la cena especial de la abuela Sarah.
Al principio no me gustaba mucho esta tradición porque sentía que alocaría más a los niños, pero realmente no era así, se quedaban tan cansados de trasnochar que los siguientes días se dormían temprano, además de que nos daba una noche para nosotros solos. La cuál hoy nos íbamos a perder por mi culpa.
– Muchas gracias, Tony –asintió ella saliendo para ir a recoger sus cosas.
Me volví hacia la pantalla y comencé a apuntar todas las cuentas que había en los informes. Con un poco de suerte llegaría a casa antes de que Steve se acostara y al menos podría compensarle mis constantes despistes.
Llamaron a la puerta que tenía abierta e hice un gesto con la mano para que pasara para no tener que separar la vista de lo que estaba haciendo.
– ¿Interrumpo? –Preguntó la voz de Steve.
Alcé automáticamente la cabeza al creer que sería Pepper.
– Cariño, ¿qué haces aquí?
Levantó la mano para enseñar una bolsa con la cena.– No voy a dejar que estés sin cenar si puedo evitarlo –se acercó y se sentó en una de las sillas frente a mi mesa–. Espero que te apetezca comida china.
– Es mucho mejor que el sándwich que pensaba hacerme al llegar a casa –bromeé, apartando algunos papeles para dejarle espacio–¬. Gracias por cuidarme tanto, mi amor.
Se levantó y vino a darme un beso para luego masajear mis hombros.
Llevaba tantas horas aquí sentado que me dolía la espalda. Steve sabía bien como terminaba cuando tenía un día así y siempre me daba un masaje para relajar mis músculos. Aprendió mucho sobre eso cuando fue bombero y hacía muchas guardias. Después de muchas horas trabajando, sea esperando o en una emergencia, al final se le cargaba la espalda, así que uno de los más veteranos les enseñó justo en que músculos había que masajear para destensarlos.
– No sé qué haría son ti –dije, con un ronroneo por el gusto.
– Volverte loco, probablemente –rio.
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SUPERDADS - Día A Día
FanficSigue el día a día en la vida de Steve y Tony, después de 20 años casados, cuidando y lidiando con sus 6 hijos: Peter, Susan, Johnny, Harley, Maria y Morgan.