capítulo 21

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Los nervios y la tensión eran inmensas, su corazón latia mil, a tal punto que parecían salirse de su pecho, sus manos estaban sudorosas y su ropa aún desalineada, jamás pensó que sería descubierto de aquel modo.
Acomodo rápidamente su ropa interior, subió sus pantalones y como pudo, trato de huir de la escena, pero, pasos se escucharon, Jean estaba acercándose a la puerta, fue tan rápido todo que el ganó de mano, encontrándose con un Eren desconcertado y parado frente a su habitación.

Eren: Y-yo... yo s-solo pasaba p-por aquí, venía a b-buscarte para el almuerzo.

Dijo intentando lucir normal, pero sus nervios eran evidentes, nada podía salvarlo ya.

Jean: bien, me vestire y estaré allí (sonríe).

Eren: O-okey...

Sin más Jean entro a su habitación, pero esta vez cerrando la puerta, y Eren, no quiso quedarse a averiguar que sucedería, y salió de allí lo antes posible. Agradecía que Jean ignorara todo aquello, tal vez por vergüenza, por no poder explicar lo sucedido, o tan solo la incomodida de ser observado por alguien más.
Cuando llego al comedor, tomo los fideos estos se encontraban algo fríos.

Eren: Mierda...

Volvió a calentarlos un poco más, había perdido la cuenta de cuánto tiempo estuvo parado frente a aquella puerta, parecieron minutos, pero su cuerpo y sensaciones daban a entender que fue un largo rato.
A los segundos Jean bajo, y tomó asiento en la mesa, Eren acercó los fideos y colocó la mitad en cada plato, y ambos empezaron a comer. La tensión se sentía en el aire, la incomodidad se había apoderado de lugar, ninguno de los dos hablaba o siquiera se dirigían la mirada, solo se dedicaban a comer. De un momento a otro, el teléfono de Jean empezó a sonar, este lo atendió y fue a otra habitación, mientras tanto Eren recogió los platos y utensilios de la mesa para lavarlos, prefería hacer eso a tener que ver a su amigo a la cara, moría de vergüenza, no sabía que explicación dar al respecto. Su amigo apareció nuevamente en el comedor, pero con su mochila en mano.

Jean: Saldré un rato, volveré a la tarde (sonríe amablemente).

Eren: Okey, suerte (devuelve la sonrisa).

Jean sale de allí, y Eren respira en paz, aquel almuerzo fue el más tenso y extraño de toda su vida, por un parte sentía algo de culpa.
Las horas pasaron, y la tarde noche había caído en la ciudad, Jean aún no llegaba, y Eren había estado tomando un siesta, y ahora somnoliento intentaba incorporarse de la cama, mientras trataba de sentarse en la cama, imágenes de lo sucedido en la mañana llegaron a su mente como flashes, rápidos, cortos, pero despertando en el algo fuerte, que quemaba su pecho, entreabria sus labios con placer, rosaba su entrepierna con sus manos, estaba completamente encendido ante aquello. Lentamente se quitó la ropa, y sin más, tomo su miembro para comenzar a masturbarlo.

Eren: Ahhhh ahhhhh.

Gemia sin miedo, sintiendo placer, dejándose llevar por el calor que sentía en su pecho, y las sensaciones otorgadas por sus calidad manos.
Las imágenes de su amigo tocándose sus genitales eran lo necesario para encender a Eren aún más de lo que ya lo estaba, podía sentir como tocaba la piel ajena, como aquel miembro estaba en sus manos, palpitando,pidiendo por más a cada segundo.

Eren: Ahhggg Jean Ahhggg!!!.

Su deseo aumentaba cada vez más, a estas alturas, sabía que solo con haber visto no era suficiente, poco a poco, empezó a acariciar su entrada.

Eren: Ahhhhhhh!!!.

Grandes espamos surgían, necesitaba más, necesitaba saciar su deseo interior, introdujo dos dedos en su boca, los ensalibo lo suficientemente, y lentamente los introdujo en su interior.

Las apariencias engañan (La vida secreta de un adolescente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora