Capítulo 29

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Así fue como por la mañana ambos partieron, aquella noticia totalmente desafortunada saco de su eje a Levi, quien se veía afligido y con un semblante más serio de lo normal. Tomando sus cosas abordaron un taxi, el cual rápidamente los llevo al aeropuerto donde sus boletos que Eren había pedido de urgencia por la noche fueron recibidos, y al instante la pareja se encontraba sentada en aquel gran avión, llenos de tanta incertidumbre.

Eren: Todo estará bien, estaré contigo.

Sin obtener una respuesta pero si un apretón de mano sincero, el viaje comenzó para ambos, y al pasar 4 horas, pudieron finalmente llegando a Francia. Eren, a pesar de todo, se encontraba fascinado por la ciudad, al salir del aeropuerto todo era tan diferente a lo que conocía, los edificios, las calles, las pequeñas galerías y sus enormes plazas, incluso pudo divisar a lo lejos por el espejo del taxi, la enorme torre Eiffel, Eren se encontraba Bastante emocionado con el lugar, pero la situación por la que estaban allí era otra, podía dejar de lado sus ansias de conocer el lugar y solo cuidar a su pareja por esta vez. Rápidamente aquel taxi cruzo la cuida para ir llegando a una parte más campestre, donde el bello paisaje montañoso sorprendo al castaño una vez más, al cabo de minutos, una enorme casa de hizo presente, casi como si de una una estancia se tratara, y fuera, pudo divisar la figura de su amiga viéndolos llegar. El taxi estaciono, Mikasa se acercó y pago la cuenta, ambos bajaron sus respectivos equipajes y sin más Mikasa los abrazo cálidamente.

Mikasa: Me alegra verlos juntos al fin, me alegra que estés a su lado Eren.

Luego aquel abrazo se dirigió hacia su primo, con el cual, intercambiaron palabras en francés, seguramente algo que solo ellos deberían entender, que solo ellos podrían decirse, eran familia, compartían el dolor de igual manera. Cuando el abrazo finalizo, la joven limpio su rostro ya que alguna lágrimas habían caido, y tomando la mano de Eren los adentro a la morada.

Mikasa: Siéntete como en tu casa Eren, de seguro estaremos haciendo algunos asuntos en estos días, pero por favor disfruta de tu estadía aquí (sonríe cálidamente).

Eren: Gracias, de todas maneras haré lo posible para ayudar en lo que les sea necesario.

Mikasa: Gracias, te tendré en cuenta (sonríe).

Así fue como los tres ingresaron a la morada, Eren podía notar que era bastante antigua, allí, muchos muebles y fachada eran completamente decorativos, también, muchas imágenes antiguas puestas sobre la pared, realmente era un lugar acojedor, sería este el lugar donde su pareja vivió de niño?, Aquella idea le género aún más curiosidad, moría por saber más sobre Levi, su pasado, quien era, sus gusto, conocer a su familia, aún que, realmente este contexto no era el que hubiera deseado, incluso se odiaba internamente, ya que de no sé por su estúpido capricho de huir del azabache, tal vez pudo conocer a su madre, la cual hoy no estaba con ellos, aquel pensamiento realmente le dolía en lo más profundo de su ser, pero las cosas eran de ese modo, realmente no podía evitarlas, y lo hecho, hecho estaba.
Eren empezó a asentarse en aquella casa, conoció también las afueras del lugar, el hermoso paisaje montañoso y los árboles que le rodeaban, su pareja y amiga poco estaban allí, así que solo trataba de conocer un poco más el lugar.
Al cabo de dos días de llegados, fue cuando al fin tanto Levi como Mikasa pudieron acondicionar todo para llevar a cabo el entierron de la difunta mujer. El coche se encontraba listo, y los tras ya vestidos partieron hacia el mismo y luego al cementerio donde se llevaría a cabo la ceremonia. Una vez llegados allí, muchos autos estaban fuera, y poco a poco gente se acercaban a ambos, en especial a Levi, el cual en ningún momentos cambio su tranquilo semblante a pesar de la sustanciación en la que se encontraba.
Por suerte aquella ceremonia fue rápida, realmente al castaño le ponía incómodo ver a su pareja siendo el centro de atención, conocía lo suficientemente a Levi como para detectar la incomodidad que estaba sintiendo, y no, no había que ser genios para detectar aquello, lamentablemente tener que poner la cara en estas cuestiones era lo peor, pero aquella mujer siempre fue alguien tan amable y bondadosa, ella realmente estaba llena de amigos y conocidos, todos quisieron despedirse adecuadamente.
Al finalizar todo, Eren, quien se encontraba fuera de la enorme capilla, ingreso para buscar a su pareja, y allí estaba, parado frente al féretro, mirándolo fijamente, de manera lenta Eren fue acercándose para posar su mano en el hombro del azabache.

Las apariencias engañan (La vida secreta de un adolescente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora