capítulo 23

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Los días transcurrieron, casi al punto de que un mes estaba por terminar, Levi buscaba incesablemente a Eren, en su trabajo, en la universidad, incluso en el burdel donde lo vio por primera vez, allí conversando con Hange, y mirando el lugar, recordaba cada detalle vivido con el joven, su corazón dolía como los mil demonios.

Hange: Realmente es extraño que Eren se comporte de este modo, el...

Levi: Lo lastime, ignore todos sus llamados de atención, los ignore uno por uno, lo dañe Hange, lo dañe mucho.

Hange: No voy a justificarte, ni a ti ni a Eren, ambos tienen un grado culpa en todo esto, pero a fin de cuentas, pudieron terminarlo de un mejor modo, evitando lastimarse tanto.

Levi: Es que... Tks, nunca quise terminar, nunca lo quise así, fui un idiota por descuidar la relación, ve tú a saber en qué cosas el estaría pensando, sus inseguridades, es tarde plantearme esto, pero necesito verlo.

Hange: Entiendo...


La mirada de Hange estaba algo perdida en su mente.


Hange: Si se algo de el te avisaré enseguida, okey?.

Levi: Gracias.

Hange: Quieres dormir aquí? Cómo en los viejos tiempos?  (Sonríe).

Levi: Gracias, pero prefiero estar en mi hogar y descansar, me siento demaciado agotado.

Hange: Ánimos, todo saldrá bien (sonríe).


Ambos amigos se saludan, Levi toma su cosas y sale del burdel, su cabeza era un mar de dudas y dolor constante, todo ese mes había hecho hasta lo imposible por seguir a Eren, seguir sus invisibles pasos, y nada estaba funcionando del todo bien, tenía miedo por el, miedo por que esté vagando por ahí, sin hogar o a donde ir, pero también sabía lo astuto que era el muchacho, que se defendería con uñas y dientes ante cualquier adversidad, lo conocía muy bien, tanto que le dolía.
Aquella mañana era típica, como todas, Levi salió de su trabajo, tomo un café en una pequeña cafetería cercana al centro de la ciudad, y de allí se dirigió hacia una plaza donde solía despejar cualquier un poco su nueblada mente, mientras miraba los coches pasar, divisó a un muchacho, su corazón se acelero, el cabello castaño, su porte y altura, era Eren, este se encontraba tomado del brazo de otro joven, quien reía a su lado y de un momento a otro planto un sutil beso en los labios, Levi no pido tolerar tal cosa, cruzo la calle como si se lo llevará el mismísimo demonio, y sin pensarlo, arremetió una piña al joven, quien quedó tirado en el suelo tocando su mejilla, para cuando Levi quiso volver a atacarlo, la pareja del joven lo detuvo a los gritos.

X: Pero que Mierda te sucede maldito enfermo!!!!, Ya deja de golpearlo!!!!.


Aquel chico no era Eren, ni siquiera se parecía, había cometido otro error.


Levi: Yo... Yo... Lo sient...

X: Vete a la mierda, déjanos en paz o llamaré a la policía maldito demente, VETE!!!.


Sus piernas respondieron y esto fue en modo de corrida, una que lo hizo alejarse de todo ese desastre que había creado, lágrimas caían por su rostro, todo se había ido al demonio, extrañaba su antigua vida, extrañaba a Eren como jamás lo había hecho.
Ese día ni siquiera volvió a su casa, camino por diversos lugares alejados de la ciudad hasta que poco a poco la noche fue cayendo, ingreso a un bar donde bebió diversos tragos, quería y necesitaba ahogar su dolor, acallarlo un poco más.

Levi: Tenga!

Pone dinero sobre la barra.


X: Señor, esto es más de la mitad de su cuenta, por fav...

Las apariencias engañan (La vida secreta de un adolescente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora