Capítulo 14

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Así fue como, cuando la tarde cayo, Eren se encontraba dirigiéndose a un bar, donde habia acordo encontrarse con sus amigos. Este quedaba en el centro de la ciudad, un lugar cómodo de llegar para los tres, y también muy conocido. Hacia mucho tiempo que por temas de trabajo y la universidad Eren no podía visitar o siquiera hablar con sus amigos de toda la vida, le daba algo de pena aquella situación, pero sabía perfectamente que ellos lo comprendían, también tenían asuntos que atender, ya no eran niños con tiempo para perder.
Una vez que llegó, ingreso y busco una mesa, pero, a lo lejos, pudo divisar una rubia cabellera, coloco un poco mejor su vista en esta, y, allí estaba su amigo Armin, esperando en una mesa. Al verlo, una sonrisa se le escapó, y fue hacia su lugar. Ambos chicos al verse no pudieron contener sus ganas de estrecharse en un abraso, algo que para ambos era totalmente común y natural, ya que se conocían desde niños, y la confianza era plena en los dos.

Armin: Realmente te extrañaba, a ti a Mikasa (Sonríe).

Eren: También yo Armin, siempre estábamos juntos, en todas partes, me hacían sentir tan especial.

Armin: Realmente quisiera volver a esos tiempos, aggg (toma asientos), detesto mi estúpido trabajo de medio tiempo, mi jefe es un imbécil.

Eren ríe ante el comentario de su amigo, verlo tan enfadado se le hacía tierno.

Armin: Ey!!! No te burles.

Eren: Ajajaj disculpa Armin, no quería que sonara como burla, lo siento, pero... De qué trabajas?.

Armin: En una tienda de ropas, ash... Mis compañeros son unos malditos, adoran burlarse de los empleados nuevos, y mi jefe...mi jefe es un completo imbécil!!!

X: Wow! Con esa boca besas a tu madre cariño?.

Ambos chicos voltearon a ver, y, efectivamente era Mikasa, quien acaba de llegar justo en el momento donde Armin expresaba todo su descontento.

Armin: Mikasa, tu no entenderías!.

Mikasa: Ay ya! Ven aquí y dame un abrazo pequeño cabeza de coco, tu no sueles ser así de gruñon, donde está esa dulce y amable persona que solías ser?.

Sonriendo se acercó a su amigo para estrecharlo en un cálido abrazo, el cual Armin recibió con gran cariño.

Armin: Ajajaj ya, ya, estoy mejor, no me quejare de mi trabajo, al menos no frente a ustedes ajajaj.

Ambos amigos rieron. Mikasa saludo a Eren, al cual también abrazo, y los tres pidieron algo de comer y beber, así sin más, las conversaciones no se hicieron esperar.

Mikasa: Y bien muchachos, que cuentan? Ah pasado mucho tiempo, no creen? Ajajaj.

Eren: Realmente si que pasó mucho tiempo, disculpen por no comunicarme con ustedes, estuve muy ocupado.

Mikasa: Lo se Eren, no tienes nada que disculparte, todos estábamos en las mismas condiciones.

Armin: Es cierto, mi estúpido trabajos me impedía cualquier otra cosas.

Mikasa: Ahí empieza de nuevo...

Los tres empezaron a reír. Realmente eran amenos los tiempos y que podían pasar juntos, se extrañaban mutuamente, más aún por que se conocían desde pequeños, y ese había sido el periodo más largo que pasaron sin tener contacto, y los tres estaban atravesando situaciónes donde necesitaban un oído confiable y palabras sinceras.
La noche transcurrido entre risas y bebidas, más charlas y más risas, Eren había hechado de menos todo ello, a sus amigos, los buenos momentos.
Para cuándo el reloj marco las 3 Am, los tres decidieron partir a sus respectivos hogares, Mikasa debía trabajar por la tarde, y Armin igual. Los tres amigos se despidieron cálidamente, con un enorme abrazo, y prometiendo no perder contactó, al menos, no por tanto tiempo como está vez.

Las apariencias engañan (La vida secreta de un adolescente)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora