You Should Be Here [Minsung]

18

El domingo Jisung llega a casa de Felix con unos minutos de retraso. El día anterior Felix le había propuesto ir a pasar la tarde a su casa y jugar a los videojuegos.

Pero ni siquiera llegan a encender la televisión.

Las intenciones de Felix no tienen nada que ver con jugar con su amigo.

—Jisung...

—Dime —dice, sentado en el suelo.

Tiene la mochila sobre las piernas y está buscando el disco que ha traído para enseñarle a Felix.

—No quiero jugar.

Jisung levanta la cabeza con confusión.

—¿Cómo que no? Ayer me dijiste...

—Sé lo que te dije, pero...

—¿Te sientes mal? ¿Ha pasado algo?

—Estoy bien. Es solo que...

—¿Quieres que me vaya?

—No, yo...

—¿Entonces quieres que me quede y te ayude con alguna cosa?

Felix se pone serio y Jisung podría jurar que con esa expresión, el australiano da miedo de verdad.

—Está bien, lo siento. Habla.

El chico asiente y sonríe ligeramente. Después va a sentarse delante de Jisung.

—Me gustaría hablar de tu hermano.

—¿Qué ha hecho Seungmin ahora?

—Él no, el otro.

—¿Changbin hyung?

Felix asiente.

—¿Qué ocurre?

—Quiero que me cuentes cosas sobre él.

—¿Por qué?

El menor duda unos segundos mientras se retuerce las manos entrelazadas con nerviosismo.

—Porque pensaba que me odiaba y luego entró en la sala de realidad virtual solo para que yo pudiera jugar.

—¿Por qué pensabas que te odiaba?

Suspira y mira hacia otro lado.

—Por cómo me miraba.

Jisung sonríe.

—No creo que te estuviera mirando de esa manera. Sé cómo es cuando está con gente que le cae mal, y estos dos días ha estado raro, pero no de esa manera.

Felix mira hacia el suelo y aprieta las piernas contra su pecho.

—¿Por qué te importa tanto lo que piense?

Se encoge de hombros y alza la mirada con timidez.

—No lo sé.

—Lix, ¿cómo te sentiste cuando estuviste a solas con él?

—¿A qué te refieres?

—Descríbeme cómo te sentías.

—Agradecido de que estuviera ahí solo por mí.

Jisung se quita las zapatillas y las deja junto a la televisión de Felix. Están solos en casa, pero se han encerrado en la habitación y no parece que vayan a salir de allí en un buen rato.

—Aparte de eso. Supongo que hablasteis.

—Bromeamos.

—¿Te sentiste igual que cuando bromeas conmigo?