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El martes, Jisung espera pacientemente a que Minho le abra la puerta de su casa. Sin embargo, es el mayor de los hermanos Lee el que lo recibe.

—¡Jisung! ¿Qué haces por aquí? Pasa, pasa. —El pequeño da pasitos cortos hasta estar dentro y entonces Woojin cierra y sonríe, invitándolo a sentarse —. Innie está con su profesora de repaso arriba, pero si esperas un poco... Habrá terminado en una media hora.

Jisung permanece de pie. Cruza los brazos detrás de la espalda, se mira las zapatillas y luego encara a Woojin.

—He venido a ver a Minho hyung... Tenemos que ensayar.

—¡Oh, claro! También está arriba, en su cuarto. ¿Quieres que te prepare un zumo de naranja?

—¡Sí!

Woojin se ríe y le dice que ahora se lo sube, por lo que Jisung se planta frente a la habitación de Minho y toca a su puerta.

No responde, así que duda si abrir o si ir a preguntarle a Woojin qué es lo que sucede. 

Finalmente baja y entra en la cocina con timidez.

—Hyung...

—¿Pasa algo, Sunggie?

—No, no, es solo que... Minho hyung no me abre la puerta. ¿Estás seguro de que está en casa?

—Claro —dice—. ¿Has entrado y no estaba?

—No he entrado. No quería abrir sin que me diera permiso.

—Ve y abre. Si te dice algo yo te he dado permiso.

—Pero...

—No seas tonto, no tienes que tener vergüenza. Ve.

Jisung da media vuelta y vuelve a subir las escaleras. Vuelve a tocar, por si acaso esta vez Minho sí le hace caso.

Pero obtiene el mismo resultado.

Se lo piensa durante unos segundos, pero termina abriendo la puerta.

Minho está tumbado boca abajo en la cama, con el guion como almohada y con la boca abierta. 

A Jisung la imagen le habría parecido tierna si no fuera porque sus ojos se van directamente a su espalda desnuda.

Su rostro se torna completamente rojo y está a punto de salir de nuevo y bajar para esperar a que se despierte, pero Woojin llega con los zumos de naranja.

—Qué irresponsable es este chico —dice con un bufido—. Despiértale tú porque sino le echaré el sermón.

—No pasa nada, hyung. Debe estar cansado. Creo que voy a marcharme a casa para dejarle dormir.

—¡Claro que no! —Deja los vasos sobre el escritorio—. Además, se va a constipar otra vez, así que mejor que se ponga algo más de ropa.

Jisung se queda mirando hacia un lado para evitar el contacto visual con el mayor o seguir observando la espalda de Minho. Woojin le da unas palmaditas y, tras decirle de nuevo que lo despierte, abandona la habitación.

Y entonces vuelve a estar encerrado en las mismas cuatro paredes que un Minho sin camiseta.

Se acerca lentamente a la cama y se arrodilla delante. Está temblando cuando apoya la mano sobre su hombro y le mueve con cuidado.

Coge aire con brusquedad cuando Minho aprieta los ojos y los abre despacio, mirándole directamente.

—Oh... Oh, me quedé dormido. —Jisung aparta la mano y Minho apoya los codos en el colchón y el rostro en sus manos y bosteza—. Lo siento.

—Está bien, hyung. Si quieres seguir descansando, yo puedo...

—No, no, no. —Se incorpora hasta quedarse sentado y Jisung aparta la mirada en seguida—. Vamos a ensayar. Estaba estudiando para estar preparado.

—Yo también lo he hecho.

—¿Sí? —dice, empezando a sonreír.

A Jisung casi le cuesta respirar al verle sonreír con esa cara de recién despierto y solo vestido con un chándal. Espera no borrar nunca esa imagen de su mente.

—El domingo Felix me ayudó mucho.

—¿Ensayaste con él? —Jisung asiente con una sonrisa—. ¿Qué parte?

—Sobre todo el final. Es la parte que me resulta más difícil.

Minho se queda unos segundos callado, observando fijamente a Jisung, que sigue evitando mirarle. Está sonrojado y el mayor no puede entender por qué, pero su cabeza funciona a toda velocidad, y la conclusión a la que llega le enfada más de lo que debería.

—Si querías que cambiara mi papel con el de Felix, solo tenías que decirlo.

Jisung frunce el ceño al instante y mira a Minho con confusión.

—¿Qué quieres decir?

—Nada, yo... Nada.

—Hyung, ¿prefieres hacer el papel de Felix? ¿Es eso? ¿Yo te molesto? Quizá nuestra relación en la obra es un poco diferente, pero... Estoy intentando hacerlo bien para estar a tu altura, aunque... si de verdad no quieres podemos buscar una solución.

—¿Para estar a mi altura? Soy yo el que está intentando estar a la tuya, deja de decir tonterías. ¿Quieres que mi papel lo haga Felix sí o no?

Jisung no entiende por qué le dice eso, de dónde ha podido sacarse esa idea. Intenta concentrarse en su cara para no mirar su cuerpo, y tal vez porque tarda más de lo normal Minho entreabre los labios.

Y de repente Jisung se da cuenta de lo que está pensando.

—No, hyung, no quiero. Quiero que seas tú. ¿Tú... tú quieres que yo lo cambie?

—No, yo también quiero que seas tú.

Jisung sonríe ligeramente.

—¿Ensayamos...?

You Should Be Here [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora