You Should Be Here [Minsung]

Prólogo

Familia Lee. 3 años antes.

Jeongin está jugando con Minho a un juego de mesa. Están solos en casa porque Woojin ha salido a pasar el día con un amigo y sus padres a comer al centro comercial, así que han decidido buscar la manera de entretenerse ellos solos.

—¡Te he ganado! —exclama Minho, riéndose de Jeongin, que abulta su labio inferior.

—¿Podemos hacerlo otra vez?

—La última.

Sin embargo, antes de poder empezar, la puerta principal se abre y ambos se encogen al escuchar los gritos.  

Los dos chicos, de quince y diecisiete años, miran cómo su padre fuerza a Woojin, de dieciocho, a entrar en casa. Después de eso, son testigos de los golpes que recibe por parte del hombre y los gritos enfadados de la mujer. Woojin, mientras tanto, hace todo lo posible por protegerse la cabeza y no deja de gritar que no le haga eso delante de sus hermanos pequeños, pero nadie le hace caso.

Sus padres siempre los han tratado con cariño y nunca antes les habían pegado, por lo que Jeongin está demasiado sorprendido y asustado para moverse. Sin embargo, Minho consigue reaccionar y va directo a su padre.

—¡Déjale! —Trata de empujarle, pero recibe una bofetada que acaba tirándole al suelo.

—Esto es lo que todos los maricones deberían recibir —dice, pateando a Woojin, que se queja entre lágrimas—. Como vuelva a encontrarte de la mano con un chico...

Al principio Jeongin ni siquiera puede asimilar qué significa "maricón", pero cuando se da cuenta de lo que está sucediendo, no escucha ninguna amenaza más y se pone de pie con determinación. Se escabulle al piso de arriba y busca el teléfono fijo que hay encima de la mesita de noche de su madre y llama a la policía sin pensárselo dos veces. Les explica lo que está sucediendo en voz baja y todo lo rápido que puede, pero su padre no tarda en notar su desaparición y en ir a por él.

—Jeongin.

Es el más pequeño de los tres hermanos y siempre ha estado un poco más mimado que el resto, sobre todo por su madre. No son pocas las veces que la mujer se lleva al menor a comer fuera, a ver tiendas o a dar un paseo, cosa que no suele hacer con los otros dos. Jeongin ha empezado a notar esa diferencia hace poco, y se siente mal por ello, pero sus hermanos nunca le han culpado de nada.

—Papá —dice, colgando asustado.

—¿A quién llamabas?

—A nadie.

Se arrodilla para estar a la altura de Jeongin, que está sentado con la espalda apoyada en el armario.

—¿Y Woojin y Minho hyung?

—¿A quién llamabas?

Jeongin sacude la cabeza, pero cuando su padre vuelve a insistir, cogiéndole del pelo, aprieta los ojos con fuerza.

—A la policía.

—¿A la policía? ¿Estás denunciando a tus propios padres?

—Estabais... estabais maltratando a mis hermanos.

Desde el piso de abajo se escuchan los gritos de dolor que emite Jeongin cuando su padre empieza a golpearle también a él.

Woojin hace todo lo que puede por levantarse bajo la atenta mirada de su hermano y de su madre, pero está demasiado herido como para conseguirlo e ir a ayudar al menor. Minho entiende al instante lo que está intentando y decide hacerlo por él, levantándose de su lado y subiendo a la habitación.