7.5 (*)

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Jeongin sube las escaleras. No tiene que alimentar a Yoshi hasta dentro de dos horas, pero no se le ha ocurrido ninguna otra excusa para irse. Sí, le encanta ver a Seungmin feliz, pero le duele de verdad que sea al pensar en Hyunjin. Y es que, aunque sabe que nunca será por él, no puede evitar sentirse triste.

Cuando está en su cuarto cierra la puerta y se tira boca abajo en la cama. Quiere gritar tantas cosas que no es capaz de decir nada. ¿Cómo la gente se guarda sentimientos tan fuertes sin explotar? A él le está resultando demasiado difícil. Al principio no era para tanto, siempre se decía que era simple amistad o incluso admiración, pero entonces ¿por qué no sentía lo mismo por Jisung?

Finalmente tuvo que admitirse a sí mismo lo que sentía. Y hasta ahora solo se ha enterado Minho. Así que o bien el pequeño Jeongin es demasiado bueno disimulando sentimientos, o bien nadie se fija lo suficiente en él. Ni siquiera Jeongin sabe cuál de las dos opciones le hace sentir más triste.

Mueve los pies y aprieta los ojos. No es un buen momento para echarse a llorar, no con todo el mundo en la planta de abajo. No puede volver a permitirse otro momento de debilidad delante de gente.

Nunca, nunca, bajo ningún concepto, delante de Seungmin.

Dos toques en la puerta le hacen girarse para ver cómo se abre y una cabeza se asoma con una sonrisa.

—Vengo a disculparme por llamar estúpida a tu tortuga. —Entra y cierra la puerta a sus espaldas al ver a Jeongin tirado en la cama—. ¿Puedo pasar?

Jeongin se sienta cruzando las piernas, se muerde el labio con fuerza y asiente porque abrir la boca le haría derrumbarse.

No sabe por qué justo ahora se siente tan sensible ante todo. Quizá ha tenido que ver el hecho de que hoy ha conocido a Hyunjin.

—¿Estás bien? —le pregunta Seungmin, acercándose y agachándose delante suya. Apoya las manos en sus piernas y le mira a los ojitos brillantes.

—Sí —susurra.

—¿Le has dado de comer a Yoshi?

Niega con la cabeza y Seungmin sonríe.

—¿Estás cansado? ¿Es por eso que estabas aquí tumbado?

—Estoy bien —responde—. Voy a darle de comer a Yoshi.

Se levanta de la cama y Seungmin se pone en pie y le coge del brazo cuando Jeongin está a punto de coger la comida de la tortuga.

—No vas a engañarme, Innie, no estás bien. Somos mejores amigos, te conozco.

—¿De verdad? ¿Me conoces?

Seungmin entrabre los labios y aprieta más el agarre.

—¿Qué quieres decir?

—Nada. Suéltame. Le doy de comer y nos vamos.

—No —contesta, haciendo lo posible por no dejar que Jeongin se suelte—. Tío, para quieto.

No le hace caso, así que termina por sujetarle de los hombros y estamparle la espalda contra la pared. Jeongin cierra los ojos por la impresión y baja la cabeza.

—Innie... —dice Seungmin con los ojos muy abiertos—. Perdona, yo no... No, Innie, no llores. Lo siento, ¿vale? Mírame. ¿Te he hecho daño?

Jeongin sacude la cabeza con suavidad. La verdad es que poco le importa el golpe que le ha dado, simplemente ha acabado por derrumbarse. Seungmin le seca las lágrimas y le levanta el rostro. Ambos escuchan unos pasos en el pasillo y miran hacia la puerta, pero nadie abre.

—Necesito saber qué te tiene así —dice Seungmin, volviendo al tema. Se queda en silencio esperando una respuesta, pero Jeongin sigue con los ojos cerrados y tratando de bajar la cabeza para que no le vea llorar—. ¿Es por amor?

—Cállate —le dice.

—¿Lo es? ¿Mi Jeonginnie por fin se ha enamorado?

—Cállate —repite con la voz temblorosa.

—Pero sonríe, pequeño, si eso es muy bonito. Cuéntame, ¿quién es?

—No.

—¿No quieres decírmelo?

Jeongin vuelve a negar con la cabeza.

—¿Por qué?

—No está bien. Yo no debería...

Seungmin apoya las manos en la pared, encerrando a Jeongin, que cada vez tiembla más.

—¿No deberías quererle? No digas tonterías, ¿eh? Puedes sentir cosas por quien quieras. Venga, confía en mí, yo confié en ti. ¿Es una chica?

—No.

—¡Oh! ¿Es un chico? —Seungmin sonríe y observa con cariño al pequeño, que todavía está hecho un manojo de nervios y lágrimas.

—Te dije que te callaras. No quiero hablar contigo de esto.

Se seca la cara con rabia y aparta de un empujón al mayor.

—Innie.

—Jeongin. Para ti Jeongin —dice, y antes de entrar al baño para lavarse el rostro, se gira hacia él—. Y dale de comer a la estúpida tortuga.

You Should Be Here [Minsung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora