Once Upon a Time (Joshler/Tysh)

¡Enfermero Tyler! 1/2

Lo dividimos en dos partes porque le agregamos algunas, varias, distintas cosas, esperamos les guste. ❤️

— Da duta dadre.

— Sin malas palabras, William.

— Do de digas dé dader, dor da duta.

El atractivo, fuerte y sumamente enojón Joshua Dun estaba “tirado” encima de su cama.

El mayor de los dos hermanos de la tierna familia McCollum Dun siempre fue considerado alguien bastante fuerte, destacando en las actividades físicas y rendimiento, terminando con varios premios y su ego más elevado, reluciendo su perfecta sonrisa de perlas y hermosos y pequeños ojos bicolores. Era un banquete servido en la mejor mesa de alto caché.

Pero cuando se trataba de enfermedades volvía a hacer ese pequeño niño llorón y exagerado de sus hermanos y padres.

Aparte de gruñón.

— Te advertí que no debiste ir en medio de la lluvia por esos tacos, ¿pero acaso me escuchas? — regaña la mayor con un toque de diversión, sacando un termómetro de su bata.

El rizado sorbe su nariz, tira el papel (quién sabe dónde), sus ojeras son algo oscuras y su imperfecta nariz roja y mocosa. Suspira y, ya seguro de que puede hablar decente, traga saliva para quitar la resequedad de su garganta.

— No me trates como a un niño chiquito, joder. — contesta harto, pero un termómetro interrumpe en su boca, totalmente sorprendido y con su ceño fruncido hacia su hermana pelirroja.

— No te regaño, sólo te pido amablemente que mantengas tu boca cerrada.— sonríe, pasan unos minutos y el termómetro hace un ruido avisando que ya estaba listo, lo saca de su boca, mira el mismo y suspira.— treinta y siete grados.

Vuelve a la mesa de noche de Joshua, dándole una pastilla un vaso de agua. De su bata saca una pastilla.— Es amoxicilina, la que tomabas cuando eras chiquito.— Él mira el medicamento con asco, frunce sus labios y la toma.

— Toma, ésto te ayudará a que tu fiebre baje y a atacar la infección.—Joshua la observa, luego a la pastilla, comienza a masticarla en vez de tragar, Abby da una mueca de asco. — ¿En serio, no puedes tragarla? — regaña divertida, negando con su cabeza.

— Le dices algo a alguien y yo mismo te agarro a nalgadas.— El rizado da un trago grande de agua, hace una mueca por el sabor amargo.— odio las pastillas, odio estar aquí. Debo de ir a mi entrenamiento.— intenta levantarse, pero la mano de su hermana mayor la detiene.— ¿te importaría? Sueltame.

— Oh no, señorito. Usted no se moverá de aquí.— sentencia Abigail.

Joshua se para unos centímetros.— ¿que mierda dices? No te estoy pidiendo permiso.— responde agresivo.

— Ni lo tienes. Tu estás muy enfermo, no voy a permitir que salgas y que a los minutos me llamen por teléfono de que mi hermano menor lo encontraron desmayado a mitad de su sesión y una pesa cayó encima de su cabeza.— contestó en un tono sarcástico, sonriendo.

— Estás loca y siendo dramática, Abi. Déjame ir, con un carajo.— tiembla un poco, los espasmos volvieron sólo con esa mínima actividad.

— Es un no, y punto.— Joshua iba a replicar algo, pero estornuda fuertemente, seguidamente de otro.— no puedes con tu alma y quieres salir, deja de ser un niño mimado y quédate en cama.

Lo ayuda a recostarse, escuchando los gruñidos y la mirada fuerte que le acecha, sabe cómo es su hermano menor, le divierte y le parece en cierto caso adorable.