12.

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El dia tan ansiado por el regreso de sus padres llego. Una mezcla de emociones se arremolinaba en el pecho de ambos jóvenes ya que, aparte de extrañarlos y desear verlos, sabían muy bien que tenían que contarle lo sucedido con Wolf y sus amigos, y no era algo que desearan hacer.

Ambos estaban esperando el arribo del avión, mientras tomaban un café con dulces y charlaban.

Cualquiera que los viera, los podría confundir con una pareja de enamorados, ya que tomaban sus manos y se acariciaban con delicadeza, mientras sonreían como tontos.

El vuelo proveniente de Alemania, arribara en 10 minutos, por la puerta 16. Repito...

Ambos hermanos se miraron con alegría, por fin, luego de tantos días casi interminables, podrían ver a sus padres.

Los minutos se hicieron interminables, hasta que vieron entrar a una pareja, junto a un niño de cabellos azabaches, que buscaba con su mirada a su hermana.

-¡Soso! – Grito emocionada Kaghome, corriendo a abrazar a su hermano, que la veía completa y llena de emoción – Como te extrañe, hombrecito – Murmuro sobre su oído, abrazandolo aun mas fuerte.

- Hola, cariño – Saludo la joven mujer a su niño, que la abrazo contra su cuerpo.

- Hola, madre – La peli negra sonrio, pero sintió una incomodidad proveniente de él, asi que se alejo un poco para mirarlo fijamente.

- ¿Qué ocurre, amor mio? ¿Sucedió algo mientras no estábamos? – El peli plata menor abrió sus ojos, muy sorprendido y luego miro a su hermanita, que tenia la misma reacción que él. ¿Cómo demonios esa mujer lograba notarlo?

- Hablaremos en casa, madre – La abrazo nuevamente para alejar su mente de esa idea – Por ahora, disfrutemos del reencuentro.

- Hola, hijo mio – Saludo el hombre, en un fuerte apretón de mano.

- Madre – Murmuro la niña y, sin poder evitarlo, se abrazo a ella con fuerzas, para comenzar a llorar como una pequeña – Madre – Volvio a murmurar con acongojo, que partio el alma de Inuyasha, ya que sabia a que se debía su llanto.

- Aquí estamos, mi niña – Murmuro Inu No, abrazándolas a ambas mujeres. Él también tenía un mal presentimiento, y no queria pensar que algo malo hubiese ocurrido, pero ese frio característico que recorria su columna vertebral asi lo decía.

- Hola, campeón – Saludo con una sonrisa al pequeño que veía la escena confundido – No te preocupes, solo los extraño – Intento tranquilizarlo aunque sabia muy bien que ese niño no era ningun tonto.

- Ya nada pasara. Estoy aquí, mi pequeña – Aseguro Izayoi, sin soltar a su niña.

Kaghome, aunque habia planeado mantenerse fuerte, no habia podido hacerlo. El ver a sus padres, y volver a sentir esa protección que solo con ellos sentía, habia logrado que todos sus intentos de mantenerse firme, fallaran.

Eran muchas emociones juntas. El anhelo de verlos, el saber que llegaban a salvo del viaje, el miedo de tener que contarles lo ocurrido con Wolf, pero sobre todo, la decepcion de saber que, a pesar del tratamiento, Souta no estaba hablando.

-Volvamos a casa y charlemos.

Para buena suerte de la familia, Souta habia logrado dormirse apenas subieron al auto, y estaban seguros que dormiría hasta el dia siguiente, ya que en Alemania, entre el medico, los paseos, los juegos y la diversión, casi no habia dormido nada.

-Preparare algo de te – Comento la mujer, logrando que Kaghome salga tras ella para ayudarla.

- ¿Qué sucede, hijo? – Pregunto Inu No, notando lo nervioso que se encontraba. No podía mantener sus manos quietas, miraba hacia todos lados y no dejaba de morderse el interior de su labio. Estaba seguro que en cualquier momento sangraría.

La capacidad de la fortaleza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora