6.

588 56 18
                                    

Una semana mas paso desde ese incidente entre hermanos.

Inuyasha, al enterarse de la relación de su pequeña hermana con ese mujeriego que tenia por compañero, no habia reaccionado muy bien. Como poseso, y sin golpear, habia irrumpido en la habitación de la azabache, diciéndole que sobre su cadáver aceptaría esa relación. Kaghome también le habia gritado que si a sus padres no les molestaba, a él tampoco tenia porque molestarle.

¿La respuesta final? Un portazo por parte de ambos. Kaghome adentrándose al baño e Inuyasha saliendo la habitación de ella.

Sus padres estaban mas que preocupados, pero luego de hablar con Kaede, la sabia consejera de la familia, habían aceptado que tan solo eran celos de un hermano desacostumbrado a una jovencita en la casa, y a una normal contestación de una adolescente que no quería que la molesten. Típica pelea de hermanos.

Por su lado, los padres Taisho estaban ansiosos por contarles una gran noticia a Kaghome. Hacia meses, desde antes de que esos niños llegaran, habían estado tratando de comunicarse con el Doctor Hinkcullet, un experto en psicología para niños.

Sabian muy bien sobre el problema de Souta, por eso ponían especial empeño en buscar la mejor ayuda posible. No querían quedarse solo con lo que le habían dicho en el hospital.

-Kaghome, cariño. Te hemos llamado por una razón – Comento el padre, mientras le hacia señas de que se sentara en el sillón frente a ellos.

- ¿Qué ocurre?

- Sabes lo importante que ustedes son para nosotros, ¿No, pequeña? – Pregunto su madre, con una sonrisa amorosa – Por eso solo queremos lo mejor para ustedes.

- Tu eres la persona mas importante en la vida de Soso – La azabache sonrio con cariño al ver que habían adoptado ese apodo para su hermanito – Por eso queremos comentarte algo que planeamos durante meses.

- Esperemos que estes de acuerdo con nosotros.

- Diganme que sucede – Pregunto algo nerviosa – Me están asustando un poco.

- No temas, cariño – Su padre tomo sus manos, sonriéndole con cariño. Si lo mirabas desde lejos, ese hombre de porte de gladiador, te daba mucho temor, ya que siempre conservaba su semblante duro, pero una vez que lo conocias, podías notar la bondad brotar por sus ojos – Es algo bueno, creeme.

- Hablamos con el Doctor Hinkcullet. Es un psicólogo especializado en niños que sufrieron accidentes y, como Souta, tienen un post trauma – Kaghome, sumamente sorprendida, abrió sus ojos sin creer lo que estaba escuchando. ¿Era lo que ella pensaba? – Pero este hombre vive en Alemania.

- Gracias a unos contactos que tengo, y luego de mucho insistir, hemos logrado concretar una consulta con él. Le comentamos algo de lo que ocurrio, y se intereso mucho en el caso. Acepto vernos.

- ¿Cuándo lo podría ver? – Pregunto ansiosa. Si todo salía bien su pequeño podría hablar nuevamente.

- La semana que viene, cariño – Tan pronto. Casi parecía un sueño. Kaghome llevo sus manos a su boca, mientras pequeñas lagrimas comenzaban a correr por sus mejilas. Era casi imposible.

- Lo se, pequeña – Su madre la abrazo contra su pecho, mientras sus pequeñas manos se prendían de su espalda – Estoy segura que Souta podrá hablar antes de lo que creimos.

- Gracias. De verdad. Muchas gracias – Susurro con su voz quebrada por la emoción. Inu No, por su parte, abrazo a sus dos mujeres. Siempre habia deseado una pequeña niña, y cuando Izayoi casi muere al tenerlo a Inuyasha, habia descartado esa idea. Pero ahora, que veía a la mujer que amaba, abrazando a esa niña que en tan poco tiempo habia pasado a ser la luz de sus ojos, se sentía completo. No podía pedirle nada mas a Dios.

La capacidad de la fortaleza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora