19

583 59 6
                                    

La hora tan esperada había llegado.

Todos los invitados "importantes" ya se encontraban en el salón principal charlando entre ellos y bebiendo champagne.

Souta se encontraba correteando con unos niños, mientras sus padres charlaban con una pareja amiga que estaba ansiosa por ver a esa niña que aun no tenían el gusto de conocer.

-Estoy ansiosa por conocer a su niña – Izayoi le sonrió a esa joven mujer de la cual eran amigas hace mucho – Esto de estar en el extranjero tanto tiempo hace que me pierda algunos momentos importantes.

- No te preocupes, querida, Kaghome estará encantada de conocerte también.

- No veo la hora de besarla y comprarle mucha ropa. Ya me comporto como tia cargosa – Bromeo, logrando que todos rian.

- Disculpame, Sara. Ire a ver si mi niña ya se encuentra lista para bajar – Beso la mejilla de su marido y con algo de rapidez subio las escaleras, entrando a la habitación de la azabache. Al verla tuvo que contener las ganas de llorar – Mi pequeña – Kaghome se giro y camino hacia ella, tomando sus manos con fuerza.

- Madre, ¿Me veo bien?

- Cariño, no encuentro palabras para describir lo hermosa que eres – Con suavidad apoyo su frente sobre la de su niña, sonriendo - ¿Cómo te encuentras?

- De maravilla. Nunca me sentí tan bella como ahora.

- Un vestido y un poco de maquillaje no te hacen mas bella de lo que eres, cariño – Acomo su cabello tras su oreja – Pero me alegro que te sientas asi.

- Gracias, madre.

- ¿Estas lista para bajar y recibir a los invitados?

- Si, madre. Aunque estoy algo nerviosa.

- Es normal, cariño. Pero todo saldrá bien, estaremos allí – Dandole una ultima mirada, sin querer alejarse de ella, retrocedio un paso – Ire a buscar a tu padre, asi entran juntos.

- No es necesario – Una voz gruesa se dejo oir en la puerta, alertando a ambas mujeres – Aquí estoy.

- Padre – Era increíble el efecto calmante que ese hombre tenia sobre el cuerpo de la azabache. Se sentía tan querida y protegida con él cerca, que parecía magia.

- Estas magnifica, pequeña – Con delicadeza acaricio su rostro y la azabache inclino su rostro para dejarlo apoyado en la mano de este – Ya eres toda una señorita. Aunque no estoy de acuerdo con el vestido, muy ajustado, muy revelador – Gruño levemente, haciendo reir a ambas mujeres.

- Ya es una adulta, Inu No – Se quejo su mujer, rodando los ojos.

- No, no lo es. Sigue siendo una niña, muy pequeña – Refunfuño, mientras la abrazaba contra su pecho con recelo – Hay varios jóvenes allí abajo, al primer que la mire mas de un minuto, se va de la fiesta.

- Inu No, la despeinas – Se acerco a él para que se aleje de su hija, mientras Kaghome reia ante los celos de su padre – Y si, como tu quieras, cariño. Ahora, por favor, ¿Quieres recobrar la compostura para que puedan entrar a la fiesta?

- Si, bella. Seguro – Le ofrecio el brazo a su pequeña, la cual lo tomo con fuerzas.

- Ire a buscar a Souta, asi se arregla antes de la presentación – Se acerco a su hija, besando su frente – Todo saldrá de maravilla, mi pequeña.

- Lo se, madre – Y con paso seguro, se fue dejándolos solos - ¿De verdad merezco que me presenten como una Taisho, padre?

- Lo mereces mas que nadie, cariño. Eres la jovencita mas fuerte y guerrera que alguna vez conoci – La miro fijamente, mientras volvia a acariciar su rostro con cariño – Es hora de que seas una joven normal, que tengas una vida normal, rodeada de personas que te aman y cuidan. Soy tu padre ahora, mi niña. Yo te protegeré y hare todo lo que este a mi alcance para que tu y tu hermano sean felices.

La capacidad de la fortaleza.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora