King of Ice ❀ᴛᴀᴇᴋᴏᴏᴋ

» Trece

Llevaban caminando un poco más de tres horas, sin embargo, no se sentían en lo absoluto cansados. El paisaje del mismo modo se pintaba con un poco de neblina, que adjudicaron al tipo de humedad y frío que habría en el lugar, siendo así que TaeHyung se quitara su abrigo para colocarlo en el castaño.

JungKook agradecía desde el fondo de su corazón aquella nobleza y cuidados que el de cabellos oscuros le daba, porque sabía lo mucho que le costaba cualquier muestra de interés y el miedo que le generara, aunque no lo dijera. De pronto se sintió extraño, como si el lugar se volviera una especie de mal presagio o algo fura a pasar en el final de aquella sección de bosque.

—No puede ser—escuchó la voz clara de TaeHyung, girándose a su dirección y encontrando el rostro ajeno fruncido—. ¿Cómo es que no me di cuenta desde que entramos a este lugar?

El castaño le miraba sin aun entender nada de lo que pasaba, a lo que el mayor notó aquellos ojos sobre él e hizo una mueca extraña.

—Este lugar, tiene ese tipo de gas de la verdad—soltó sin más, haciendo que el menor abriera los ojos con sorpresa, a lo que TaeHyung soltó un suspiro—. No puedo creer que no me diera cuenta de que esto era lo que pasaba desde hace un rato.

—Pero ¿no es dañino o sí?

—No del modo mortífero que preguntas—aclaraba de pronto, haciendo que el menor le mirara sin entender—. Hay cosas que... la gente prefiere disfrazarlas con una mentira.

— ¿Por qué harían eso? —indagó sin entender aquel punto.

—Para protegerse a sí mismos y quizá no hacer sentir mal a quienes le importan—sinceró con naturalidad, a lo que el menor no sabía si era producto de aquel lugar o que de verdad quería dejar salir aquello—. Como lo haces tú, aunque no lo parezca, pero realmente me importas demasiado.

—Tú también me importas demasiado, además se que suena loco, pero...—quería detenerse, no quería exponerse de aquella manera, pero sabía que era inútil debido a la condición en la que ambos se encontraban, expuestos a sus sentimientos—. Después de mi hermano, eres la persona que más me interesa en este mundo y con quien yo quiero estar a su lado.

Listo, la había dicho con tanta fluidez y naturalidad que incluso él mismo se sorprendió. Notó las cejas alzadas de sorpresa del contrario, se sintió un tanto tímido y avergonzado de sus propias palabras, ya que él no era una persona de decir eso tan a la ligera. Incluso anotó la sorpresa plasmada en el rostro ajeno, el cual parecía estar en una especie de lucha interna sobre decir algo con la misma sinceridad que él acababa de mencionar.

—Para mí tú eres la primer persona que en mucho tiempo me ha importado, incluso más que mi propia vida o bienestar—admitía a regañadientes, sabiendo lo muy profundo que había tenido todo eso en su corazón—. Y tú simple existencia ha llenado un vacío que ni yo mismo sabía que tenía, hasta el día en que abrí los ojos en tu cabaña y miré los tuyos. Sin embargo, eso no va a cambiar nada y no es porque yo quiera alejarte, de hecho, el alejarte me provoca una tristeza enorme.