Un esposo de mentiras [DoTen]

El crush de Doyoung

El primer día en la universidad para muchos es malo, para otros es un día sin importancia y/o para algunos afortunados uno bueno, para Doyoung comenzó realmente normal, se levantó sin percances, hizo todo a tiempo y llegó adecuadamente a clases. No hubo muchas cosas interesantes que decir de su primer día, ni de la primera semana, tampoco del primer mes. No tenía muchos amigos y no buscaba tenerlos tampoco, así funcionaba bien para él. Solo convivía un poco con un chico de su clase, pero no llegaron a tener gran amistad, solo eran compañeros de proyecto cuando de parejas se trataba, así evitaban la tediosa tarea de buscar otra persona.

Con quien hablaba más seguido era con su primo Jaehyun, que a pesar de no estar en la misma carrera -y sabrá alguien en cual estaba- lo veía muy seguido rondando su facultad, él decía que tenía amigos ahí, pero el pelinegro prefería no preguntar. Siempre se la pasaba invitándolo a fiestas de otros compañeros, y aunque le decía que irían compañeros de su carrera e incluso de su mismo grupo, no le gustaba ir. Vamos, te vas a divertir. Igual y conoces a alguien. Pero eso tampoco funcionaba.

Algunas de sus compañeras -y compañeros también- en cierto momento se le insinuaron, pero a Doyoung no parecían interesarle ninguno y mucho menos ellas.

Trataba de mantenerse al margen de todo, pero los chismes siempre llegan a los oídos de todos, y "ese chico tan guapo de cuarto semestre de la facultad de artes, está soltero ahora" era algo que todos en la universidad sabían desde hace un mes. En lo personal no conocía al chico, acepta que le causaba curiosidad pero no demasiada. Simplemente era el saber cómo era él chico que parecía ser del tipo de todos.

Al salir de su salón de clases, un pequeño cuerpo se estampó contra el de él, haciendo que ambos tiraran sus cosas al suelo.

—lo lamento— dijeron al mismo tiempo.

Cuando miró al chico con quien había chocado, no pudo evitar pensar en lo lindo que era.

Y al ver la sonrisa del chico, notó que lo estuvo mirando todo ese tiempo.

—Pe-perdón— no quería parecer más extraño de lo que seguramente ya era.

—Al menos sé que no te dejé con algún retraso o algo así, que no hablaras y tuvieras la mirada fija en mi mientras hacías esa mueca extraña, me preocupó un poco.— dijo con simpleza el otro antes de levantar su último cuaderno y marcharse.

Doyoung no alcanzó a decir ni hacer absolutamente nada más. Resignado, perdiendo entre los demás estudiantes al chico lindo, se agachó para guardar sus cosas, y como ya deseaba irse, con premura tomó todo y se dirigió al autobús.

De camino a la parada del autobús no puedo evitar pensar en que podía ser el chico del que todos hablaban en su universidad.

El sonido de su celular lo sacó de sus pensamientos, buscó entre sus cosas y lo halló al fondo de su mochila. Jaehyun, no podía ser otra persona.

— ¿Dónde estás?

—En el autobús, ya voy a cas—

—vuelve acá, te dije qué hay una fiesta, no puedes dejarme ir solo.

—En primer lugar, sabes que no me gusta ir a fiestas, y en segundo, las veces que te acompañé me dejaste, te ibas por ahí y tenía que regresar a casa solo.

—Eso solo pasó una o dos veces, además, te quedas solo porque quieres, hay gente que se te acerca y tú solo los ignoras. Pero eso no importa, debemos ir a esta fiesta.

— ¿Debemos?— Doyoung rodó los ojos. Estaba a punto de negarse cuando su primo apareció frente a él, exhausto de haber corrido, supone, para alcanzarlo.