XXXV

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Miré a mí alrededor fijándome si ella no estaba por ahí. No, no había ninguna señal de ella.

— ¿Se puede saber qué demonios haces? —me preguntó Louis.

—Estoy mirando —le dije y volví a mirar para todos lados.

—Sí, ya lo sé. Pero ¿Qué miras? —me dijo él.

—Nada, nada. No me hagas caso —dije y dejé de mirar. Josh me miró frunciendo el ceño.

— ¿Hay algo que quieras contarnos? —me dijo el castaño. Lo miré bien.
¡Oh, diablos! Olivia, ya le fue con el cuento.

— ¿Tu noviecita ya te fue con el chisme? —le dije con tono burlón.

— ¿Qué? ¿Qué pasó? —preguntó Louis.

— ¿Sabes con quien se acostó ayer a la madrugada Ruel? —le dijo.

—No, ¿Con quién?

—Joshua—le dije para que se detuviera.

—Con Sophie —le dijo. Louis se giró a verme sin poder creerlo.

—No es cierto —me dijo.

— ¡Maldita sea, Josh! No tuviste que haberlo dicho —dije enojado.

—No, no puedo creer que lo hayas conseguido —me dijo Louis aun sin poder creerlo.

—Bueno, ya esta no quiero hablar del tema —le dije y volví a mirar a mí alrededor.

Estábamos en la Universidad, ayer por la tarde me la pasé peleando con Molly y Olivia y también riendo un poco.

Aquellas dos me acusaron de ser un cínico que necesita urgentemente la ayuda de un profesional. Y puede ser que tengan razón, pero yo ni iba a dejar que se salieran con la suya. Hoy era un día nuevo y yo tenía que estar muy alerta para vigilar a Sophie.

El auto que yo estaba esperando que llegara, llegó y se estacionó a unos cuantos metros de donde estábamos nosotros. Las tres bajaron al mismo tiempo. Mi mirada se posó en mi prima.
Al instante Molly me miró fijamente. Sonrió triunfante y me sacó la lengua en forma de burla. Vi como las tres entraban a la Universidad y comencé a empujar a mis amigos para que caminaran.

— ¿Qué sucede? —preguntó Louis.

—Caminen, caminen. No podemos perder de vista a esas tres —les dije y los seguí empujando.

Las divisé caminando hacia uno de los salones, entonces apresuré nuestros pasos y sigilosamente nos acercamos más a ellas.

—Hoy tenemos que ir a la biblioteca antes del medio día, Sophie —le dijo mi prima.

— ¿Para qué? —preguntó ella.

— Tienen que ayudarme a dar unos libros, ¿si? —dijo Olivia.

𝑷𝑬𝑳𝑰𝑮𝑹𝑶𝑺𝑨 𝑶𝑩𝑺𝑬𝑺𝑰𝑶́𝑵 ° ʀᴜᴇʟ 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora