XLVIII

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La miré fijo a los ojos y sentí una pequeña presión en mi pecho

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La miré fijo a los ojos y sentí una pequeña presión en mi pecho.


— Creo que sí — le dije.

— ¿Crees? — dijo confundida.

— Mamá, la verdad es que nunca me pasó algo así. Yo...

— Eres un don Juan – me acusó con indignación.

— Sí, puede ser...

— ¿Con cuantas mujeres has estado? — me preguntó.

—Mamá, ¿no crees que...?

— Contéstame,Ruel — sentenció con firmeza.

Sonreí ante su enojo. Siempre quise que mi madre me regañara.

— No lo sé – contesté.

— ¿Cómo que no lo sabes?

— No, no lo sé. Nunca me puse a contarlas.

— Oh, eres un desconsiderado, mujeriego. No puedo creerlo...

— Mami, ya no me regañes. Sabes que solo tú me interesas — le dije poniendo mi mejor cara de niño bueno. Ella me miró bien y sus ojos se humedecieron. Sonrió y volvió a abrazarme.

— Aún consigues comprarme — dijo sin soltarme. Se alejó y me miró – Pero creo que eso ahora no es así... porque he visto cómo la miras.

—Ella no solo es hermosa por fuera, también lo es por dentro — le conté.

— Sí, se nota y mucho.

— Te extrañe tanto – le dije.

— Y yo a ti, bebé — me dijo y se puso de pie entregándome su mano — Vamos a fuera.

Tomé su mano y caminamos hasta la parte trasera de la casa. Salimos y detuvimos nuestros pasos al ver cómo Sophie y Stacy reían y jugaban con las muñecas.

Sentí un cosquilleo en mi estómago. Ella era tan bella, y tan dulce. Ambas se giraron a vernos. Stacy se puso de pie y corrió hasta nosotros.

— Tu novia es muy linda, hermanito – me dijo sonriente.

— ¿Qué es eso de 'hermanito', enana? Aquí la hermanita eres tú — le dije.

— No, yo soy toda una mujer. Sino pregúntale a mamá, ya me maquillo — dijo y colocó sus dos pequeñas manos sobre su cintura parándose coquetamente.

𝑷𝑬𝑳𝑰𝑮𝑹𝑶𝑺𝑨 𝑶𝑩𝑺𝑬𝑺𝑰𝑶́𝑵 ° ʀᴜᴇʟ 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora