Maratón 1/6

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Como una intuición de sí misma Sophie se puso frente a mí. La miré y no pude evitar sonreír divertido. 

— ¿Qué necesitas, Hamilton? —le pregunté sin dejar de sonreír.
Él no dejaba de mirar a Sophie. Estaba esperando a que ella le dijera algo sobre lo que acababa de ver.

— ¿Por qué lo estabas besando? —le preguntó él a ella.
Sophie me miró y luego volvió la vista a él.

—Creo que debemos hablar Nicholas, pero no aquí —le dijo ella. Entonces dejé de sonreír y me puse algo nervioso. ¿A dónde quería hablar si no era ahí? Ella se giró a verme —Debo hablar con él, Ruel.

— ¿No me estarás pidiendo que te deje sola con este idiota, verdad? —le dije en voz baja.

Ella levantó su mano y acarició mi rostro.
—Es solo por unos minutos. Iré a hablar con él, le contaré todo y volveré a buscarte.

—No —sentencié.

—Por favor mi amor. Es mejor si yo hablo con él y dejamos las cosas bien en claras.

—No confió en él Sophie.

—Pero sí confías en mí, ¿verdad? —me dijo mientras me miraba fijo a los ojos.

—Sí —dije soltando un suspiro. Ella sonrió y se puso en puntas de pie para besarme cortamente. Giró y miró de nuevo a Hamilton que estaba rojo de la rabia.

—Vamos Nicholas —le dijo ella y comenzó a caminar.
Él la siguió y pasó por mi lado en forma retadora.

—La rozas y te mato —le susurré cuando pasó cerca mio.
Él sonrió como si acabara de escuchar un chiste. Y a mí me encantaría ver su cara cuando Sophie le diga: 'Nicholas, Ruel y yo somos novios. Lo lamento idiota, pero nunca sentí nada por ti además de lastima.' Reí por lo bajo y decidí ir a caminar un poco para no pensar tanto en que dejé sola a mi novia con su ex. Pero eso... no es malo, no lo es. Ella misma me ha dicho que nunca lo amó y que solo lo aprecia como a un amigo. Pero él, él es un maldito infeliz.

—Ruel, ¿podemos hablar? —me giré a verla al escuchar su voz.

—Annie —le dije y tragué un poco de saliva. ¿Qué es lo que quiere ahora? — ¿Hablar? ¿De qué?

— Ruel... no sé si tú te has dado cuenta de que yo... yo estoy enamorada de ti —me dijo.
Cerré los ojos fuertemente y maldije para mis adentros. Lo que menos quería escuchar en este momento era la declaración de amor de Annie.

—Annie yo... —intenté hablar pero ella se acercó y apoyó uno de sus dedos sobre mis labios. Al instante me alejé.

—Déjame hablar —me pidió. Asentí.

—Voy a escucharte, pero evita tocarme... por favor —le dije. Ella asintió.

— ¿En qué andas? —me preguntó.

— ¿Con qué? —le pregunté.

—Con tu vida... hace como una semana que no te veía. Y no lo sé... ya no sales, ya no estás faltando a clases, ya no eres el mismo de siempre.

—Cambié —le aseguré.

— ¿Cambiaste?

—En realidad me cambiaron.

—Sophie, ¿cierto? —dijo mientras sus ojos se humedecían un poco.
Sentí un nudo en mi estómago y eso creo que se llama culpa. Me siento mal por ella, me siento por mal haberla ilusionado. Y ahora que amo a alguien se cómo se siente aquello.

—Sí, por ella —le contesté.

— Ruel, yo estoy dispuesta a compartirte con Sophie —me dijo.
Fruncí el ceño y la miré bien.

𝑷𝑬𝑳𝑰𝑮𝑹𝑶𝑺𝑨 𝑶𝑩𝑺𝑬𝑺𝑰𝑶́𝑵 ° ʀᴜᴇʟ 🦋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora