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Ya eran las cuatro de la mañana, todos deberían estar durmiendo cómodamente.

Excepto Bakugo.

- ¿Justo ahora se le ocurrió tener hambre? -. Murmuró entre dientes, mientras dejaba fideos con queso en la mesa -. Más vale que comas o hago que tragues hasta el plato, ¿Me oíste?.

- sí, Kacchan -. Habló tiernamente.

Dió su suspiró cansado, se supone que el dormía a las nueve para salir a correr a las cinco, pero con ese niño durmió a las una y se despertó a las cuatro por qué lloraba por hambre.

- ¿Bakugo-kun...?.

Giró su rostro, observando a una adormilada Ochako, con su cabello más despeinado y con notables ojeras.

- ¿Que haces despierta a esta hora?.

- lo mismo te pregunto a ti -. Contestó, sentándose al lado del peli-verde.

- le doy de comer al bastardo -. Llevo una porción a la boca del menor, este lo saboreó gustoso.

La castaña sonrió, le daba ternura ver esa escena, sin duda nadie le creería si dijera que Katsuki Bakugou le daba de comer a Deku sin gritos o explosiones.

- Uraraka -. Habló el pequeño, viéndola con una sonrisa.

Enfoco su mirada en el niño, devolviendole la sonrisa.

- hola, Deku-kun -. Saludo amable, luego mirándolo seriamente y señalandolo con su dedo índice -. Debes dejar dormir a Bakugo-kun, el necesita entrenar y esforzarse para ser un gran héroe, ¿Entendido?.

- sí -. Respondió el menor.

Ochako lo tomo entre sus brazos, mirándolo fijamente. Se notaba que había crecido un poco, y ya no era tan liviano, pero seguía siendo alguien adorable.

- Bakugo-kun.

- ¿Qué quieres? -. Preguntó tosco.

- ve a dormir, yo cuidaré de Deku-kun -. Le dijo, mirándolo.

- ¿Eh?, No te dejaré sola con el mocoso -. Negó, con su ceño fruncido -. Además, es mí turno de cuidarlo.

- no te preocupes por eso -. Sonrió -. Se que sales a entrenar a las cinco, y has dormido tarde, ve a descansar.

- ¿Estás segura que no te importa cuidarlo, cara redonda? -. Pregunto aún no del todo confiado con las palabras de la chica.

Sonrió, negando con la cabeza.

- no importa que ahora sea tu turno, tu también me ayudas cuando me toca cuidarlo -. Dijo amable, sorprendiendo un poco al rubio.

La castaña se levantó de su asiento, antes de irse, sonrió una última vez al cenizo.

- descansa, Bakugo-kun -. Dicho esto, se marchó hasta que el rubio no pudo verla más.

Está bien. Admitía que la chica siempre fue amable con todos, pero a lo que le concierne, nunca se llevaron del todo bien.

Y por alguna razón, se sentía un poco mal dejarle al peli-verde a su cuidado siendo su turno. Pero ignoró rápidamente ese sentimiento, recordandose que fue ella misma quien tomo la desición.

[...]

Otra vez estaban ambos llevando a Deku a U.A, ya todos estaban acostumbrados a verlos a ambos cuidar del niño, aunque se seguían sorprendiendo que el chico con menos paciencia del mundo cuidara de el.

Y, obviamente, los chicos no se burlaban de eso, querían seguir disfrutando de su vida. Aunque siempre estaba el que no le temía a la muerte, Monoma siempre aprovechaba de hacer enojar al egocéntrico de la clase A.

Uraraka se encargaba de frenar sus discusiones cuando iban a ir más lejos y armarán escándalo, utilizando su quirk, si era necesario.

- buenos días -. Saludo con una sonrisa la castaña.

El cenizo entro después de ella, conservando su ceño fruncido.

- buenos días, Uraraka -. Saludo Iida -. ¿Cómo llevas eso de cuidar a Midoriya?.

- bien, Bakugo-kun me a ayudado, así que es más fácil -. Sonrió, sentándose en su lugar.

El de lentes sonrió ladinamente, no le sorprendía las palabras de su amiga, sabía que si el rubio no fuera de ayuda, ella no se vería tan segura de sus palabras.

La castaña centro su atención en el pequeño cuando esté comenzó a llorar y quejarse en su coche.

- ven aquí, Deku-kun -. Lo tomo entre sus brazos, acariciando su cabello -. Ya, ya, tranquilo.

Sin embargo, este no dejaba de llorar, alertando al rubio, que se acercó y con una mirada, la castaña le extendió el peli-verde.

El menor apoyo su cabeza en el hombro del cenizo, mientras esté le daba palmaditas en la espalda, tranquilizandolo.

La castaña sonreía enternecida por la adorable escena, el chico lo noto, y con solo ver la mirada de la chica se dio cuenta de lo que le quería decir.

Serás un gran padre, Bakugo-kun.

Desvió su mirada a otro lado, ocultando lo avergonzado que se sentía por esas palabras.

- ¡Bro!, Eres genial cuidando niños -. Habló Kirishima, dándole un golpe amistoso en la espalda.

- cállate o te partiré la cara, dientes de tiburón -. Amenazó sin gritar, para no despertar al menor.

Todos quedaban sorprendidos por lo cuidadoso que era el chico más gritón de la clase, siendo la castaña la única que no le sorprendía el comportamiento de este.

- Bakugo será la niñera número uno -. Bromeó Denki, recibiendo una mirada asesina de parte del nombrado, haciendo que tragara pesado.

- si que estás cambiando a Bakugo, eh, Uraraka -. Dijo pícaramente Mina, dándole unos suaves codazos a la castaña.

- Bakugo-kun ya era así, solo que no conocíamos esa parte de el -. Contestó, no entiendo la segunda intención de las palabras de Mina.

- está debe ser una gran oportunidad para invitar a salir a Uraraka, ¿No, Bakugo? -. Dijo en tono burlón Kirishima, siendo escuchado por la castaña, que se sonrojo levemente.

- ¿Que - censura - dices, tomate con dientes? -. Vociferó con enojo, el peli-rojo lo miro pícaramente.

- lo que oíste, Blasty -. Contestó, atrayendo a ambos chicos en un abrazo por los hombros -. Todos sabemos que desde que cuidan de Deku no han tenido descanso y tiempo para ustedes, así que, por hoy lo cuidaremos nosotros, y le dejaremos el día libre para que ambos puedan salir a divertirse.

El cenizo frunció más su ceño - si es que se podía - a punto de protestar.

- eso es una mi-

- ¡Eso es increíble! -. Exclamó la castaña con emoción, interrumpiendo al explosivo -. Ante ayer quise ir a una nueva dulcería que inauguraron, pero no pude por cuidar de Deku-kun -. Habló agachando su mirada triste, levantándola nuevamente con un brillo en sus ojos -. Ahora puedo ir, ¿No quieres ir, Bakugo-kun?.

El nombrado iba a negar, otra vez siendo interrumpido.

- claro que irá, necesita divertirse -. Dijo, golpeando amistosamente el hombro de su amigo.

- ¡Sí! -. Exclamó eufórica la castaña, dando pequeños saltitos.

Mientras que el cenizo tenía un tic en el ojo.

cuidando de Deku - Kacchako -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora