Pinceladas de violeta - Clannad Fanfic (KYOU Y TOMOYA)

Capítulo 9

TOMOYA'S POV

Me alejo poco a poco de Fujibayashi y voy abriendo los ojos. Ella hace lo mismo y me mira. Nos quedamos en silencio unos instantes y entonces ella se sonroja horriblemente. Se cubre la cara con las manos y empieza a tartamudear. Qué típico. Niego con la cabeza y pongo las manos en sus hombros.

               -Oye, si te he molestado con esto... perdona, no he podido retenerlo- me disculpo-. Quizás he sido demasiado repentino... lo siento mucho.

                -N...no, no pasa nada...-deja de cubrirse la cara con las manos y evita mirarme a la cara- de hecho, yo... siempre me has gustado. A lo mejor te parece extraño, pero... ¿saldrías... conmigo?

Nunca imaginé que Fujibayashi me iba a pedir esto. ¿Dónde está la chica tímida?

            -Claro que sí- asiento reteniendo las lágrimas al pensar en Kyou-. Saldré contigo, Fujibayashi.

                   -Etto... ¿Podrías llamarme sólo Ryou?

            -Está bien, Ryou- le sonrío y ella se sonroja un poco- Entonces tú puedes llamarme Tomoya.

             -¿Q-qué? Ah... yo...- se ha vuelto a sonrojar horriblemente. Es adorable- Vale, Tomoya...-kun.

                -No, no. Sin el "kun". Sólo Tomoya.

                - ¡Es muy vergonzoso!- se cubre la cara con las manos de nuevo y niega repetidamente con la cabeza.

Me río. Es todo un caso.

                -¿Quieres que mañana vaya a buscarte a casa para ir juntos al instituto?

                -¡Sí!- está súper contenta. 

                -Vale, pues te estaré esperando abajo. Te picaré.

Asiente alegremente y yo le sonrío. Creo que con Ryou podré olvidar todo lo que pasó con Kyou. Ella me sacará del infierno que me tiene atado a la mayor de las Fujibayashi.

RYOU'S POV (Sí, Ryou)

Hace 10 años...

¡Qué buen día hace hoy! Me apetece mucho ir al parque a jugar a la pelota. Onee-chan se ha ido a comprar unos diccionarios para el colegio hace media hora y papá está trabajando. ¡Qué aburrido!

Al final decido bajar al parque. Me calzo dando dos golpecitos en el suelo con la punta de los zapatos y cojo mi pelota azul. Salgo de casa dando saltitos alegremente mientras el pelo, que me llega hasta la cintura, ondea libre al viento. Mi hermana y yo somos casi idénticas menos por el color de los ojos y la cinta del pelo.

Una navidad, cuando mamá aún no se había ido al cielo (eso nos dijo papá), nos regaló una cinta blanca con triangulitos violetas en los extremos hecha por ella misma a mi hermana y a mí. Yo la até en un mechón del lado derecho de mi flequillo (desde mi punto de vista) y mi hermana en un mechón de su lado izquierdo. De esa manera, aunque las tres estemos separadas nuestros corazones siempre estarán cerca.

Mi hermana tiene el pelo un poco más largo que yo, pero sólo unos centímetros. A mi realmente me encanta llevar el pelo largo.

Por fin llego al parque. Sonrío y entro corriendo observando los columpios vacíos, al igual que el tobogán. Hace sol y las cigarras cantan en todo su esplendor. Supongo que después de jugar un rato me asaré viva de calor, pero no me importa. Me doy cuenta de que bajo la sombra de uno de los árboles del parque hay cuatro niños hablando. Parecen tener unos tres o cuatro años más que yo. No les doy importanca y dejo la pelota en el suelo.