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Daniel y Mateo estaban esperando por Valentín afuera del colegió ya que saldría en unos minutos más.

El colegió era de arquitectura muy elegante y la puerta de salida estaba enorme con barrotes altos color blanco y había policías a cada lado de esta, Dani resoplo un poco impaciente y miro a Mateo, quién estaba muy quitado de la pena jugando con el pasto bajo sus manos.

Poco a poco la calle de fue llenando de carros caros con choferes y otros parecían ser los padres de familia, Mateo observó los autos y luego miró de reojo el auto de su amigo, que no era para nada elegante, pero al menos tenía.

El timbre sonó por todo el lugar dando pase a la hora de salida y Daniel por fin pudo respirar hondo sin tirarse a gritar de la pura impaciencia, los murmullos se empezaron a hacer cada vez más fuertes y Mateo levantó la vista cuando las puerta se abrieron con un rechinido bajo, se puso de pié y espero por ver a su amigo salir.

Los alumnos empezaron a salir con tranquilidad y cada vez más y más bajaban por las grandes escaleras hasta finalmente salir por la puerta, unos se iban en sus autos y otros tantos subían a los autos aparcados afuera, Dani casi suelta un grito al ver a Valentín salir entre la gente.

Mateo sonrió al ver por fin a Valen el cual venía bromeando con otros dos chicos, pudo distinguir a uno igual de alto que él y otro más bajo, parecían buenos amigos pues venían riendo y empujándose un poco, pero fue hasta que estuvieron frente a ellos que Mateo los pudo ver mejor.

Perris, estos de acá son Daniel y Mateo. — Señala Valentín a cada uno —. Teo, Dani, ellos son Ignacio y Manuel, mis amigos también. — Presenta al grupo, Nacho parece no tener problema alguno para saludar a ambos ya que lo hace muy alegremente, pero es Manuel quién solo los mira por largos segundos —.

Mateo decide ignorar la mirada de Manuel pero ciertamente ese chico le intriga así que de vez en cuando lo observa mientras Valentín despide a Nacho.

¿Nos vamos? — Cuestiona Dani, Valen asiente y mira a Manuel, pero antes de preguntarle si va con ellos Manu lo mira directamente a los ojos —.

¿Podemos hablar, Valen? — Pregunta de manera muy serié, Valentín asiente con normalidad y ambos se alejan solo un poco —.

Que raro... — Murmura Dani cuando sabe que Manuel no puede oírlo —.

Mateo solo asiente y mira a lo lejos como Manu le dice unas cuantas cosas a Valentín, quién parece explicarle un par de cosas ya que hace ademanes con las manos.

Entonces Manuel señala su propio cuello y luego mira directamente a Mateo, Valentín toma la mano de Manu y hace que la quite de su cuello, poniéndose rojo de la cara. Daniel mira aquello y luego observa a Mateo.

No era un misterio describir que Manuel le estaba comentando a Valentín que Mateo tenía un tatuaje en su cuello y es que eso no era, sino lo que significaba del tatuaje.

Te estas comportando como todo un gil, Manuel, ellos, quiero decir; Mateo no es así, él es un pibe re bueno. — Comenta Valentín con tranquilidad, mirando a Manuel algo preocupado por él —. Dale, vení con nosotros.

Para cuando dijo aquello Daniel y Mateo ya se habían acercado, Manuel los miró a los dos y luego intercambio miradas con Valen, quién le sonrió para animarlo.

Puedes conocer la plaza, sí es que jamás haz ido, qué eso parece lo más lógico. — Mateo abre la boca solo para hablar con sarcasmo y eso logra llamar la atención de Manuel, que lo mira sin expresión alguna —.

¿A vos quién te pidió opinión? — Pregunta con molestia en su voz, Valen se ríe un poco y toca el hombro de su amigo, para que le preste atención otra vez —.

Te veo mañana, Manu, ¿vienen por ti? — Pregunta Valen sacándose la mochila de los hombros y pidiéndole a Daniel que la sostenga, para luego sacarse el suéter del uniforme —.

Sí, vienen por mi. — Responde Manuel, justo en ese instante una camioneta blanca se estaciona a sus espaldas y Mateo alza la vista para ver al conductor y darse cuenta que es un hombre mayor —. Cuidate, ¿si? — Pide a su amigo y Valentín rueda los ojos, se acerca a él y se dan un abrazo —.

Manuel rodea la camioneta y abre la puerta del copiloto, sube y deja su mochila en la parte de atrás, Daniel se ríe un poco al darse cuenta que no se despidió de ellos, así que decide hacer broma.

Nos vemos en el puente de La boca, Manu. — Alza la voz y Manuel lo observa con molestia, el hombre que conduce también lo hace —. A las ocho, no faltes.

Manuel solo rueda los ojos y le sube el vidrio a la ventanilla del auto, no sin antes darle una última mirada a Mateo.

El la camioneta desaparece a la distancia y Mateo resopla, luego mira a Dani y Valentín.

Es un cheto hasta los husos. — Comenta riendo —.

Un cheto demasiado lindo, que seguramente le va a dar vuelta a su mundo entero.

é l i t e; Trueplik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora