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Manuel definitivamente había bebido más de la cuenta, pero Mateo estuvo a su lado todo el rato.

Entonces... ¿Tomas clases luego de la escuela? — Mateo ladea la cabeza mirándolo, Manuel asiente con ojos pequeños —. Eso es terrible.

Lo es, sí lo es. — Afirma y bebe de su vaso, Mateo se ríe poco al verlo algo en pedo —. ¿No ha llegado Valen?

No, no ha llegado, ¿seguro que venía? —

Totalmente, él no me dejaría acá sólo. — Responde con seguridad y Mateo asiente —.

Se quedan en silenció otra vez, Manuel buscando con la mirada a su amigo o otra botella para prepararse un trago, pero su mirada para hasta Mateo, que esta sentado a su lado, con piernas cruzadas y un short corto, un buzo adidas blanco y una gorra gris, lo podía ver a la perfección y lo mejor era que Mateo también lo estaba viendo.

Sí me seguís viendo así, vamos afuera y te como la boca. — Comenta Manu sin una pizca de vergüenza —.

Creí que te parecía un nene de barrio. —

Sos un nene de barrio, mira que tenes en el cuello y decime si me equivoco. — Responde Manuel encogiéndose de hombros —. Mis viejos han de estar como locos buscándome ahora.

Olvidate de tus viejos. — Mateo se acomoda en el sillón y Manu le mira —. Deja de lado todo eso, no te va a pasar nada malo, yo estoy acá.

¿Vos me vas a cuidar? — Manuel se ríe un poco —.

Con tal de que andes bien y te dejes de preocupar tanto, lo haré, eso y más. — Contesta con seguridad y a Manuel se le remueve el corazón —. Solo sí vos me dejas.

¿Que estas haciendo, Mateo? — Cuestiona Manuel, el nombrado frunce leve el ceño sin entender, Manu le quiere besar la frente —. Me refiero... — Pasa su brazo por el respaldo del sillón e inconscientemente toca los hombros de Mateo, quién lo sigue con la mirada —. Jamás hice esto, salir de mi rutina e incluso no hacer caso a mis viejos, vos haces que todo esto parezca que esta bien.

¿Que parezca? Manuel, hacer estas cosas a esta edad es lo más normal. Lo sentís de manera extraña porqué no estas acostumbrado. — Se encoje de hombros —. ¿A que le tenes tanto miedo? Digo, lo tenes todo y a la vez nada.

Manuel se queda en silenció por un largo rato, tanto que Mateo se siente incomodo por haber preguntado, pero se relaja cuando Manu le pone la mano en la rodilla, para empezar a platicarle.

Que sé yo. — Responde en un primer momento —. Supongo que todo mi mundo y la gente en el, mi familia es otra cosa y mis amigos igual.

Mateo ladea la cabeza y se da cuenta de que tan cerca están, realmente muy cerca, apenas lo noto se pose a sudar, Manuel parecía de lo más relajado y se mordió el labio porqué era demasiado lindo.

Pero Manuel también lo mira, se quedan quietos apreciando sus facciones relajadas, la música y la gente pasan a segundo plano ahora, porqué todo se escucha lejano y Mateo solo desea una cosa y es lo mismo que quiere Manuel.

Se anima a acercarse un poco más y ahora puede oler el perfume de Manuel, se siente más nervioso cuando este también se acerca y le acaricia la nuca, se le eriza la piel y se siente desfallecer.

¿Iba a pasar?
Sí, y re sí.

Mateo lleva su mano hasta la mejilla de Manuel y este hace un leve movimiento, pues le estaba tocando la cara con la mano helada, se sonríen un poco y luego rozan sus narices.

Mateo entre abre sus labios cuando siente los de Manuel cerca, su respiración se acelera y siente su corazón latir en sus oídos, siente a Manuel temblar en el momento en que juntas sus labios, pero se están besando y eso no lo deja pensar en nada más.

Sus labios se mueven lentamente y Manuel aprovecha para acercar un poco más a Mateo a su cuerpo, este le rodea el cuello con la mano y se siente morir ahí mismo.

Sus bocas se sienten totalmente, con aliento caliente y olor a alcohol, Manuel succiona suavemente el labio inferior de Mateo y este jadea un poco, para luego abrazarlo por el torso, se sienten un poco incómodos por estar en el sillón, pero les importa poco cuando el beso se hace más intenso.

Sus lenguas se tocan y el sonido de los besos se puede escuchar, Manuel se siente avergonzado y sus mejillas se sienten calientes, Mateo le acaricia su corto cabello y esta por subirse encima de este, cuando un grito los hace volver de golpe.

¡Que me dejes tranquilo! — Es Valentín, Manuel lo busca con la mirada y lo encuentra echo una furia y con ojos llorosos —.

Ambos se levantan del sillón y Manuel se apresura a llegar hasta su amigo, para preguntar que pasa, pero solo se queda callado cuando observa a Dani acercarse de manera rápida e intentar agarrar a Valentín pero este se aleja como si el toque quemara.

Valen espera, deja te explicó que paso. — Pide Daniel casi rogando, Mateo se posa a su lado y Manuel toma a Valentín del brazo —.

¿Que me vas a explicar? — Grita llamando la atención de algunos presentes —.

Valen, calmate. — Murmura Manuel a su lado y su amigo se gira a verlo —.

No, no y no, Manuel. No me voy a calmar, ¿quieres saber porqué? — Exclama —. Porqué Daniel es un gil que no sabe lo que quiere, eso pasa, que se la vive dentro de una fachada no más.

Callate, Valentín. — Advierte Daniel y Manuel empieza a ponerse nervioso —.

Posta, te queres comer a la mina esa y luego venís a mi diciendo que me quieres y no se que más. Sos un reprimido de mierda. — Su voz no tiembla ni un poco, pero sus ojos se empañan en lágrimas y todo pasa muy rápido —.

Daniel empuja a Valentín tan fuerte que logra tirarlo, Manuel lo empuja de vuelta y le grita que se tranquilice, Valentín esta completamente cegado por el enojo, que se levanta lo más rápido que puede y se va contra Daniel.

¡Basta, Valetín! — Mateo lo empuja lejos de su amigo y Manuel lo aleja de él, no quiere que se pelen entre ellos —.

¡No te atrevas a buscarme! — Grita Daniel totalmente rojo del puro enojo —.

¡Sos vos el que va a venir a chuparme la antena! — Le grita de vuelta, Manuel lo abraza por el torso y lo saca de la casa como puede —.

Los gritos de Daniel se escuchan por todo el lugar y Manuel logra ver como Mateo intenta tranquilizarlo.

Puff, todo se había ido a la mierda.

é l i t e; Trueplik.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora