Capítulo 20.

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-Hasta que por fin llegas -. Dijo con voz grave desde el sofá. 

Miré hacia el sofá y vi humo que salia de allí. Supuse que estaba fumandose un cigarro, ya que todo el salón olía a este.

La poca luz que entraba por las rendijas que había entre las cortinas, no ayudaban mucho. Esto le hacía verse como una sombra sentada en el sofá de mala manera. E intimidaba bastante.

Decidí no contestarle y mejor encerrarme en mi habitación. No quería saber nada de él. 

Corrí hasta mi habitación y cuando iba a cerrar la puerta sentí que alguien hacia presión contra ella hacía a mí, logrando entrar en la habitación. 

-Sal de aquí, Adrián. No te acerques a mí. -dije con voz temblorosa. 

Él me cogió fuertemente de los brazos y pagandome bruscamente a él. Gemí de dolor y cerré los ojos.

- ¡¿Te crees que puedes dejarme abandonado, aún sabiendo que te había organizado una cena romántica?! -gritó en mi cara furioso. 

-¡Sueltame!  -chillé.  Sabía que esto no iba a acabar bien. 

-¡Encima vienes vestida con la ropa de ese desgraciado! -gritó aun más fuerte refiriéndose a la sudadera de Niall.

-¡Dejame, Adrián! -dije asustada -. ¡Quiero que te vayas, vete de mi casa!

-¡Seguramente te lo habrás follado esta noche!  ¡Nunca apareciste! -gritó, apretandome aún más-. ¡Eres una zorra!

Llevé mi mano hasta su mejilla fuertemente,  soltándole una bofetada.  Él rápidamente me soltó y llevó su mano a su mejilla.

-¡A mí me respetas! -grité ofendida -. ¡Vete de mi casa, Adrián!  ¡No te quiero volver a ver!  ¡Hasta aquí llegamos! 

Él me miró de una manera realmente intimidante. Nunca me había mirado de esa manera tan horrible y con tanta furia. Tenía miedo de él. 

Levantó su mano en forma de puño rápidamente y la estrelló en mi mejilla con todas sus fuerzas.  Sentí como caía a la cama, derrotada y con mucha impotencia. Yo no podía hacer nada contra un monstruo como él,  solo huir. 

Lo miré con los ojos llenos de lágrimas, no sólo el golpe me había dolido si no que su comportamiento también.  Sentí mi labio arder y palpitar. Llevé mis dedos hacía ellos y los sentí húmedos. Los miré y estaban llenos de sangre.  Me había partido el labio. 

-¡Eres una bestia!  -sollocé.

-¿Cómo has dicho?  -dijo él seguido de una pequeña risa de superioridad.

Empezó a andar hacía la cama y se tiró encima de mí.  Comenzó a pegarme puñetazos por todo el rostro y el cuerpo, mientras que yo intentaba protegerme, pero parecía imposible.  Siguió pegandome con todas sus fuerzas hasta dejarme hecha polvo. 

-Repite lo que has dicho, nena,  y la próxima vez será peor -dijo amenazante mirándome con esos ojos negros.

-Eres...una bestia...-conseguí decir con las últimas fuerzas que me quedaban. 

Lo último que pude ver fue su puño contra mi rostro, para después ver todo negro.  

Memorias De Medianoche [One Direction,vampiros].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora