—“Dos extraños bailando bajo la luna, se convierten en amantes al compás de esta extraña melodía que algunos llaman destino y otros prefieren llamar casualidad” —El andaluz se paseaba por su cocina cantando y bailando mientras preparaba su desayuno, muy enérgico para ser las seis de la mañana de un lunes.
Sintió un pequeño rasguño en su pierna y se agachó a acariciar la pequeña cabeza de su mascota.
—¿Ya tienes hambre tío? —Al escuchar el pequeño “meow” como respuesta fue a por el plato del gato y le sirvió el alimento, dejando a su mascota satisfecha.
Tomó su propio desayuno mientras en su mente hacía planes de las cosas que tenía que hacer durante el día, que aparentemente, no eran muchas. Al terminar, tomó armamento básico, comida y algunos karmas de su cofre decidido a conseguir algunas cosas nuevas en el pueblo; su casa necesitaba una renovación, incluso pensaba en mudarse pero por el momento así estaba bien.
◾◽◾◽◾
—“Esque seguro te mueres el primer día tío” “¿tienes ya el testamento, cariño?” mis cojones, les voy a demostrar que soy capaz de esto y más —el pelinaranja peleaba consigo mismo, no sabía en que momento había tomado sus pocos ahorros y se había dirigido rumbo a Karmaland. Se sentía genial, se encontraba muy emocionado y animado a pesar de recordar las palabras de desaliento de sus seres queridos, eso no importaba ahora y no le iba a afectar ni impedir que hiciera una nueva vida en Karmaland. Lo único que de verdad extrañaría con el alma era a a su pequeña Lucille, a quien había dejado en manos de su mejor amigo, confiaba con la vida en que cuidaría buen de ella.
—¿Aló? ¿Hay alguien que me pueda ayudar? ¿Por favor? —tocaba las puertas pero parecía más que nada un pueblo fantasma, vamos, tampoco esperaba una fiesta a cambio ya que era un completo desconocido además de que sería muy extraño.
En el horizonte apenas y se asomaba el sol, de hecho, aún había oscuridad por todo el pueblo; se golpeó mentalmente, pero claro, era muy temprano para haber llegado de la nada, ahora le tocaría esperara que alguien lo ayudará o al menos se apareciera un alma para enterarse un poco de lo que pasaba.
O al menos ese era el plan inicial hasta que un zombie pequeño le robó su mochila y entonces tuvo que perseguirlo.
—Ven acá pequeño hijo de puta. Devuélveme mis cosas, cabrón — no podía perder la mochila, era, literalmente, lo único que tenía.
◾◽◾◽◾
Tal vez fue muy pronto para salir, tal vez debió llevar el arco y tal vez debió evitar pasar por el bosque debido a que aún estaba oscuro, debió saberlo, ¿cómo pudo siquiera tomarlo cómo una opción?
—Me cago en todo —estaba tan molesto consigo mismo, seguía corriendo lejos del esqueleto que le tiraba flechas con el arco.
Parecía tan fácil regresar y confrontarlo con su espada (que llevaba en mano y no soltaba) pero detrás no solo tenía al esqueleto de los cojones sino que también a creepers, arañas y zombies. —¿No les faltó llamar al puto dragón? ¡Cabrones! —miró un segundo hacia atrás solo para ver como un creeper explotaba cerca de una mina y solo eso bastó para que no notara el desnivel de tierra frente a él, lo que lo hizo caer —¡Mierda! —se quejó de dolor en su tobillo pero tan pronto como cayó se levantó al ver una flecha pasar por su lado; sin importarle el dolor punzante en el tobillo siguió intentando correr. Bastaron tres minutos más para salir del oscuro bosque y ver a lo lejos el pueblo y como el sol comenzaba a resplandecer de entre las montañas, mucho más animado, siguió corriendo lo que más le permitía su tobillo.
Una vez entrando al pueblo, buscó con su mirada alguna cabaña donde poder entrar y resguardarse hasta que las criaturas se dispersaran; se asustó al ver a un pequeño zombie corriendo hacia su dirección con algo extraño en las manos, de reojo vió a alguien corriendo detrás de la criatura, pero no era momento de pensar en detalles como esos cuando tenía un problema mayor delante de él, cogiendo aire, sostuvo firmemente su espada y peleó con la criatura hasta que la mató.
Rendido por el cansancio físico y mental, lanzó la espada a un lado y se dejó caer, ya le daba igual lo que pasara con el, estaba tan jodidamente cansado que podía llorar, pero no lo haría.
El golpe de la caída le quitó el aire,pero daba igual, se dejó llevar por una suave voz que lo llamaba, no entendía las palabras pero le gustaba esa voz, le transmitía tranquilidad.
◾◽◾◽◾
Llevaba un buen rato pensando en sí os iba a gustar mi fic y me emociona saber que solo con la descripción hay personas a las que os gusta la idea, así que muchas gracias, espero que os guste el primer capítulo.
Si tenéis dudas o recomendaciones dejadlas en los comentarios que os responderé
Spread love xx
ESTÁS LEYENDO
Destino // Mangelito
Fanfiction[AU Mangelito] ¿Todo es cosa de buena suerte o destino? O donde el destino es tan caprichoso de hacer las cosas a su modo para unir a dos personas tan diferentes hasta el amor y separarlas hasta la desolación solo para su propia diversión. *** -H/H...