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Habían pasado más que un par de semanas durante las que Lolito fue puesto a prueba, haciendo distintas actividades y ayudando a arreglar las casas de algunos compañeros. También había aprendido muchas cosas sobre las armas y crafteos en Karmaland; aprendía a pasos rápidos, le gustaba minar y usar la mesa de crafteos.

Respecto a Mangel, ya se encontraba lo suficientemente mejor como para hacer las cosas por su cuenta.

Lolito y Mangel, estaban bien, no habían hablado aún de su ¿relación? o "lo que sea que tienen". Tampoco es que lo sintieran necesario, sólo sabían que se sentían bien con su manera de estar.

Era una tarde que tenía muy buena pinta; Lolito, Mangel y Rubius estaban tomando un descanso después de un rato minando, fue entonces que Rubius hizo el comentario.

—¿Y tú no piensas hacerte una casa propia Lolito? —dijo fingiendo desinterés mientras comía pollo.

Mangel se quedó mudo por unos segundos y estaba a punto de hablar pero Lolito lo hizo más rápido.

—Yo estoy muy a gusto aquí con Mangel, y espero que él conmigo, además ambos aportamos para la casa. Pero si algún día le molesta mi presencia confio en que me lo dirá y yo me retiraré.

—Yo estoy muy a gusto contigo Lolito —intervino Mangel rápidamente, tomando la mano del otro por sobre la mesa, Lolito dió leves caricias con su pulgar. Rubius miraba la escena con recelo.

—Tengo que irme —avisó levantándose rápidamente.

—¿No seguiremos minando? —preguntó Mangel extrañado.

—No, yo... había quedado con Vegetta de hacer unas cosas. Lo siento —salió de la casa sin esperar nada más. Mangel se levantó de la mesa.

—¡Rubius! —habló en vano ya que el mayor no se detuvo, suspiró pesadamente —Perdón por la actitud de Rubius, está un poco celoso de ti. —Lolito se levantó también y fue hasta donde Mangel se encontraba.

—No tienes que disculparte por él, además no me ofende su actitud, creo que es normal que este un poco celoso.

—Por una parte lo entiendo pero no debe llegar al punto de ser grosero o desagradable. Alex no es así.

—Ellos no son iguales Mangel.

—Lo sé... sólo me molesta que sea grosero contigo, no lo mereces.

Lolito lo miró detenidamente con una pequeña sonrisa, entrelazó sus manos y dejó un beso en la mano de Mangel.

Mangel se sonrojó, nunca nadie lo había tratado de esa manera, con tanto cariño y no sabía cómo reaccionar. —L-Lolito

—Te quiero, mi niña.

Mangel se quedó mudo, no sabía cómo responder a semejante declaración, ¿Él quería a Lolito? Sabía que los sentimientos que tenía hacia el pelinaranja no eran exactamente de amistad, entonces, ¿Qué eran?

—No necesitas decirme nada, mi niña, solo quería decírtelo.

Mangel sólo lo abrazó, sentía que era muy pronto para decirle que lo quería, además necesitaba aclarar sus sentimientos, no quería malinterpretar las cosas y que le hicieran daño de nuevo.

En sus mejores tiempos de amistad con Rubius habían llegado a ser tan cercanos que él llegó a confundir sus sentimientos hacia el mayor, llevándose una gran decepción cuando notó que el mayor sólo le tenía aprecio como mejor amigo; después de eso se alejó por un tiempo e intentó olvidar sus sentimientos por su amigo, afortunadamente lo logró y pudo retomar una parte de su amistad con Rubius.

Destino // MangelitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora