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El pelinaranja estaba asustado, no se podía quedar sin nada. Así que siguió persiguiendo al pequeño zombie, llegó un momento donde se cansó y el zombie le tomó ventaja.

—Pero hay que ser hijo de puta para aprovecharse. —habló a la nada muy sofocado.

Corrió un poco más y a lo lejos vió una silueta que intentaba correr hacia él, lo que lo asustó más, no sabía si seguir corriendo o darse la vuelta y resignarse a haber perdido sus cosas. Vió como la silueta sacaba una espada y mataba al zombie ladrón así que se decidió a correr un poco más, parecía que no quería matarlo.

En la cercanía pudo notar que la silueta era un hombre mal herido, así que decidió ir a ayudarle. Vió como el hombre botó la espada por un lado y se dejó caer, finalmente llegó a su lado pero no fue lo suficientemente rápido para evitar que este tocará el suelo de manera brusca.

—Hombre, ¿Que te pasó? ¿Puedes hablar? ¡Hey! Mírame, ¿A dónde te puedo llevar? ¿Cómo te ayudo? —parecía que sus intentos por mantener despierto al chico eran en vano ya que finalmente se desmayó. Lolito entró un poco en pánico pero notó que seguía respirando. —Vamos Lolito no es momento de entrar en pánico, calma, calma, calma. —respiró hondo, vió su mochila y la tomó, dentro no había nada que pudiera ayudarlo, agua algunos alimentos (los utilizaría cuando el chaval despertara), un botiquín —Genial, genial.

Echó una mirada alrededor  y en todo el pueblo no se veía algún hospital y, oh gran sorpresa, tampoco algún aldeano al cual preguntar por ayuda o por la casa del chico.

A lo lejos podía ver algunas casas pero no estaba seguro de que alguien habitara ahí y no valía arriesgarse a llevarlo cargando por terrenos tan altos, dejarlo solo no era una opción.

Se acomodó la mochila y tomó en brazos al chaval, lo llevaría a unos cuantos metros lejos del pueblo donde se podía apreciar un lago, esperaba que fuera tan seguro como lo aparentaba.

Con cuidado caminó por un buen rato hasta el lago, al llegar a la orilla de este, recostó al chaval en el pasto y sacó de su mochila el pequeño botiquín, después usó la mochila como almohada para el chaval.

Con cuidado curó las heridas del chico, él cual reaccionaba al dolor que provocaba el contacto del alcohol con su piel removiendose lentamente, pero sin despertar aún, eso tranquilizaba un poco a Lolito, le hacía saber que ese chaval estaría bien, por el momento solo dormía.

Por último, se acercó a limpiarle el rostro y se quedó pasmado un buen rato.
Él era un chico muy hermoso, de verdad, tenía unos lentes que enmarcaban sus ojos, que por el momento permanecían cerrados pero a la vista tenía unas pestañas largas y rizadas de manera natural, no podía ver sus ojos, pero apostaba a que eran hermosos, no tenía dudas, también podía ver algunos lunares que fácilmente podrían ser la envidia de cualquier constelación y el toque que lo hacía ser tan hermoso como se podía era la barba, no una descuidada, una barba cuidada a la cual ni siquiera algunas cicatrices pequeñas le quedaban mal eran parte del encanto, esa barba enmarcaba la belleza de su rostro.

No notó el momento en el que había dejado de curar y simplemente se dedicó a dar caricias a la mejilla del pelinegro, al cual parecía gustarle, si seguir el tacto significaba algo. —Mierda tío, controlate un poco —con pesar separó la mano de la mejilla del chaval y a este le extrañó que el tacto no se sentía más, pero después de unos  cuantos segundos regresó a su sueño profundo.

Lolito se sentía extraño, le atraía este chico físicamente y ahora más que nunca estaba seguro de lo que quería, quedarse en Karmaland, pero tampoco era tan fácil como parecía...

Ya con el sol sobre ellos y en un lugar seguro, Lolito, se dió unos segundos para pensar —La madre que me parió — se dejó caer en el césped, habían pasado tantas cosas en pocos minutos, ¿De verdad quería una vida así? Estaba a tiempo de dejar todo atrás y volver a su vida normal... ¿Su vida normal? Estar encerrado en su apartamento, trabajar, regresar a casa, pelear con su pareja por la falta de tiempo, vagar un poco por la vida, dormir y repetir esto una y otra y otra vez. Miró al pelinegro y a su alrededor, esto no era lo que esperaba de Karmaland, claro, era mucho mejor, en una hora que había estado en el lugar había tenido más aventura que en toda su vida y... Se sentía bien, se sentía correcto.

La oportunidad perfecta para ser una nueva persona y dejar detalles pequeños de su pasado atrás.


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Holaaa

Tenedme un poco de paciencia por favor, sé que esto va un poco lento pero creo que es necesario, perdón si me enrollo mucho en las descripciones y no hay mucho diálogo pero os prometo que esto cambiara cuando los personajes se relacionen más.

Una bella persona me escribió algo sobre que está historia no era como la pareja tóxica y no será tóxica pero tomaré un poco de eso para darle un trasfondo a la historia, no os preocupéis que yo lo hago con cuidado.

Dibujo del capítulo por @KHiromy (en Twitter)

Gracias por sus comentarios y votos, me alegraís la vida y me inspiraís a seguir escribiendo.

Spread love xx

Destino // MangelitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora